La escarpada corona de hielo
Sumen es una de las seis regiones principales de Seiku, ubicada en el sector noroeste del continente. Es reconocida por tener climas fríos durante todo el año que rara vez pasan de los quince grados de temperatura. Es la cuna de los primeros cegadores y el hogar de uno de los imperios más prolíferos del continente, que se ha mantenido en pie gracias a la explotación de minerales de las enormes montañas de la región, las más grandes del continente.
El corazón de Sumen está dominado por las Montañas del Esplendor, una cadena montañosa imponente. Picos cubiertos de nieve eterna se elevan hacia el cielo, proporcionando un telón de fondo impresionante para toda la región. Descendiendo desde las alturas de las montañas, se extienden tundras vastas que se despliegan como un manto blanco. Kilómetros de paisajes abiertos donde la vegetación es escasa, pero la vida silvestre ha encontrado su hogar en la forma de manadas migratorias y criaturas adaptadas al clima frío como morsas, focas, renos, ibex, búhos, osos polares, pingüinos y zorros árticos.
Estas montañas cuentan con una enorme riqueza en minerales de todo tipo, muy valiosos para los asentamientos de personas, quienes tras trabajo duro en las minas venden el preciado material a todo el continente por un precio considerable. Aunque no es un trabajo fácil, las montañas, en especial cerca de su cumbre, son un laberinto escarpado lleno de barrancos y terreno inestable, por lo que su exploración se hace con sumo cuidado y requiere de muchos recursos.
Algunas zonas de las montañas del esplendor son tan altas que se les considera territorio sagrado, un lugar que alcanza el cielo y donde los dioses bajan a la tierra. Es un lugar de rituales cuyo acceso está restringido, no solo por el aspecto espiritual, sino que también por lo peligroso de embarcarse a la cumbre. Las montañas cuentan con una plétora de espíritus y deidades menores guardianas, por lo que es normal encontrar piedras con sellos sagrados, pequeños monumentos a los dioses y ofrendas varias en los caminos que serpentean por las montañas.
Largos ríos serpentean por las tundras, proporcionando vida y sustento a la región. En los meses más cálidos, el hielo se derrite y da origen a pequeños oasis de verdor a lo largo de las orillas de los ríos, creando un hermoso contraste con la vastedad de las tundras circundantes.
El clima de Sumen es predominantemente seco y extremadamente frío, con inviernos largos y veranos breves pero vibrantes. Durante las estaciones más cálidas, la región experimenta un respiro, permitiendo que la vida florezca en los lugares más bajos, pintando la base de las montañas con tonalidades de verde y flores silvestres.
Sumen se encuentra a lo largo de la costa de aguas frías, donde bloques de hielo flotan majestuosamente en las orillas. El sonido del hielo chocando suavemente contra la costa se mezcla con el rugido distante de las olas, creando una sinfonía única que solo puede ser experimentada en este rincón del mundo.
Sumen es un paisaje cambiante, donde la estampa de las montañas, las tundras y la costa se transforma con las estaciones, creando una experiencia visual y sensorial que evoluciona constantemente.
Río Zhōngyāng (chongyian)
Este río, que atraviesa la región casi por completo, dividiéndola a la mitad, es el río más largo de Seiku y también uno de los más caudalosos. Se congela por completo solo durante las semanas más frías del invierno antes de renacer con fuerza llevando el agua de la montaña hasta el río. Se dice que en la base se encuentra un enorme lago de aguas milenarias, tan frías como el más crudo invierno.
Durante la primavera los alrededores del río son el sector más vivo de toda la región, naturaleza alimentada por las puras aguas producidas por el deshielo, este río que ha llegado a causar inundaciones es una de las fuentes de vida más importantes en el continente.
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