Durante los primeros años de vida del mundo, poco después de su creación, los únicos habitantes que poblaban las yermas montañas eran los dioses primordiales, Izanami e Izanagi, quienes con el tiempo fueron dotando a las bastas de regiones de Lu yan con vida utilizando la corriente del tao como arcilla para sus creaciones.
En la época de las primeras canciones humanoides, dioses y espíritus convivían todos juntos en el mismo plano, un lugar extraño y cambiante conocido como Laiyuan o tierra convergente. Aquí la naturaleza no seguía un orden como tal y se adaptaba a la presencia de las divinidades y su cercanía, se suele contar que todos los habitantes del Laiyuan coexistían en armonía, pero luego del regreso de Isanagi del Yomi, la tierra de los muertos, comenzaron a nacer los primeros Yokai, espíritus en su mayoría muy juguetones y malignos que se aprovechaban de los humanoides y gastaban bromas a los sirvientes de los dioses.
Todo comenzó a volverse un desastre y para evitar perder las riendas de la situacion Izanagi como último gesto de creación separo a las tierras convergentes en 3 planos distintos: Takamanohara o tierra amaneciente, el paraje que sería el nuevo hogar de las deidades más importantes, el Ashihara o tierra de atardecer, que sería el lugar donde los humanoides y las bestias podrían habitar, y por último, el Isekai o tierra anocheciente, un plano misterioso en donde se encuentran tanto los yokai como otros espíritus varios.
También existe el Yomi, la tierra de los muertos o el inframundo, el sitio a donde las almas de los mortales van al morir, o al menos así se supone que es en la mayoría de los casos. Pocos dioses o espíritus tienen algún poder de palabra en este punto que es reinado por la diosa Izanami.
Viajes
Entre las opciones disponibles podemos encontrar la más importante de todas, existe un lugar entre el Isekai y el Ashihara conocido como Senlin Men, la casa de las puertas, un lugar aislado y celosamente protegido por un elusivo clan, aquí están las 4 puertas de jade, puertas que son acceso permanente a los 4 planos y el único método por el que una persona normal puede trasladar su cuerpo físico de un lugar a otro. Por otro lado, a través de la meditación y la cultivación un cegador puede acceder a un sector recluido de otro plano en donde habita su patrón espiritual, por supuesto la libertad de movimiento es sumamente restringida, pues se suele reducir a una sala que muestra tan solo una fracción ínfima del hogar del espíritu. Como ultima mención relevante están las rupturas temporales, pequeñas grietas que se abren entre plano por tiempo limitado, algunas duran unos segundos, otras duran días, pero ninguna se queda para siempre, la mayoría de yokais y espíritus que invaden el Ashihara llegan por este método.
Existen rituales y hechizos que permiten viajar, pero estos están prohibidos en casi todos lados por el riesgo que implican, además de que son de gran complejidad y la capacidad de utilizarlos está reservada solo para los más fuertes cegadores. Oh y claro, también existen criaturas con la capacidad innata de pasar entre los diferentes planos, ya sea por propia naturaleza o por algún artilugio con la capacidad de alterar el tao, pero estas entidades son raras y guardan fieramente sus trucos.
Sea como sea, el plano que más le compete a los mortales son las tierras atardecientes y la mayoría nace y muere sin jamás haber interactuado o conocido nada de planos ajenos, al fin y al cabo ese es un asunto que solo le concierne a monstruos y héroes.