Los Koma-Inu y los Kan Men Gou
El Senlinmen o tierra intermedia es un pseudo plano muy especial que se ubica entre los límites de todos los demás planos, separándolos al crear una barrera física y espiritual.
Es el lugar en donde Izanagi dejo las cuatro puertas que permiten el acceso a los otos planos antes de sucumbir a su sueño eterno y para protegerlas creo a un espíritu perro guardián que lealmente durante los próximos milenios acabaría cumpliendo una labor mucho más grande.
Por la cantidad de trabajo, el perro se sacrificó y se dividió en ocho partes, los Koma-Inu, cuatro femeninas y cuatro masculinas, para que cada una protegiera ambos flancos de las puertas de quienes quisieran a atravesarlas, solo permitiéndolo a ciertos seleccionados.
Con los milenios su existencia se hizo conocida en el Ashihara en donde comenzaron a construir monumentos piedra que imitaban a estos perros blancos con melena y dejaban estas estatuas en las puertas de palacios y ciudades para protegerlas. Los perros comenzaron a bendecir estas estatuas, permitiéndole a ciudades tener barreras protectoras que impedían el ingreso de malos espíritus.
Durante un periodo de escasez, alguien abandono a un bebé a los pies de una de estas estatuas de piedra y al escuchar su llanto uno de los perros acudió a su ayuda, llevándoselo con él al Senlinmen. La noticia voló rápidamente y ahora no era raro encontrar niños solitarios frente a los perros de piedra, niños que a veces eran rescatados por los perros y llevados a su hogar.
Los niños crecieron y crearon no solo una ciudad, también fundaron un clan especial que jamás abandonaba el Senlinmen y se dedicaban en asistir a los perros guardianes en su labor de defender las puertas.
Sucesos misteriosos terminaron en la desaparición del clan completo y los espíritus de los perros, dejando el Selinmen desprotegido de los males, al igual que las ciudades bendecidas por los canes.
Para poder hacer frente a la ola de monstruos que empezaron a abarrotar las puertas varias brigadas de cegadores han ido llegando al plano para poder cubrir la ausencia de los Kan Men Gou, al menos durante el tiempo que sea necesario para encontrar la solución a la desaparición de las horas del día. Ahora mismo la misión está siendo dirigida por el clan Tori.
El infinito plano rojo
El plano es infinito y al mismo tiempo tiene muy pocas cosas, su extensión no se asemeja a ninguna locación geográfica ubicada ni en el Isekai, ni en el Ashihara. Consiste en enormes prados de hierba clara que fácilmente supera el metro de altura, un fuerte viento de un lugar desconocido acaricia el manto dorado creando una armoniosa canción silenciosa. El cielo parece estar permanentemente nublado y en un limbo constante entre el amanecer y el anochecer.
Los árboles y flores que crecen por aquí son escasos y su coloración es de un rojo intenso que no varía en ningún momento del año. A veces la hierba circundante también conquista amplios kilómetros carmín.
En el centro parece ubicarse la ciudad en ruinas de los Kan Men Gou, que rodea el lugar donde se ubican las cuatro puertas a los planos.
Un río de agua fría corre cerca de allí, pero no parece ir a ningún lado y se comporta de manera algo antinatural, los reportes indican que hay una cascada enorme cerca de los inicios, pero aun siguiendo el camino no se llega a ningún lado.
Si caminas en cualquier dirección por varias horas nunca encontrarás mar ni montañas, de hecho no verás nada, solo hierba extendiéndose hasta el infinito. Sin solo o luna para guiarte es fácil perderse y la energía espiritual se comporta de manera errática luego de cierta distancia, así que está prohibido alejarse demasiado.
No hay animales en todo el plano, de ningún tipo, ni siquiera insectos, lo que hace que este siempre en un perpetuo silencio.
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