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Guardianes del Nuevo Sol

"Escamas Platinadas y Coloridas. Plumas y Palmas de Fuego, Guerreros Alados de Gloria, Sombras del Desierto y Sangre Azul, impulsados por la Armonía Himosa. Marchan hacia la Bestia Solar de Tres Cabezas, su futuro incierto, pero Almas envueltas como auras torbellinas. El Huevo. El Artefacto. O sus Almas. Con una deben pagar el Precio y Sellar a la Bestia, al Soberano. Cada uno con su Linaje en mano: Plumas, Hoja, Lanza, Capa, Sombra, Canto. De las profundidades, la Mariposa Dorada. De los cielos, Piratas de Metal. De los Montes, Aves de Hojas Rojas. De las Arenas, una Reina Olvidada y sus fieles Leones. 'Vax' de Escamas Verdes y Negras, sobre su espalda un Crío Heredero de Cetro Esmeralda, caza por Mar, Monte y Plumas su presa, dos de la tumba, uno Sin Nombre. Corren Maligno y Salvadores, Muerte y Cambio. Si ambos empatan, el Mundo Pagará, pero el Tiempo favorece el Cambio y olvida la Muerte."

Historia

Originalmente un grupo de exploradores elfos, mercenarios y un paladín, el grupo conocido actualmente como los "Guardianes del Nuevo Sol" comenzó como una banda de siete aventureros amateur, que justo estaban en el lugar correcto en el peor momento posible.   Los exploradores elfos, un grupo de cuatro compuesto por: Ob Nixilis, soldado desgraciado de Tal En Saamanar, una aprendiz Guardiana del Bosque y Bladesinger, Aura Valmenthor y Kanra Larthelian, y una extraña arcanista llamada Bennu. Encargados de explorar y mapear la región alrededor del enorme Bosque Fey, se dirigieron hacia la costa norta cuando un violento terremoto los tomó desprevenidos. A los momentos, vieron una gigantesca forma con alas negras volar desde la Grieta al oeste, ahora dirigiéndose hacia ellos. Acorralados y sin defensas efectivas, saltaron el mar, y nadaron hacia la Isla de Charmuk que sólo estaba a 600 metros.   Pasaron varios días explorando la isla, tratando de pasar desaparecibidos por sus habitantes Humanos y Enanos, con quienes ellos nunca habían interactuado, hasta llegar a Puerto Varl con la esperanza de conseguir los medios para volver.   Unos días antes, un joven Paladín humano llamado Athos acababa de tomar sus primeros juramentos a la Orden de Heironeous, prometiendo actuar con caballerosidad, valor, y sinceridad mientras restauraba orden al mundo. Se había criado toda su vida en el único, pequeño convento/cuartel de la Orden en toda la Isla, por lo que entendía que muchos no compartirían sus valores o creencias. También necesitaba dinero para llevar su misión divina al resto de Grethor, y Puerto Varl era el mejor lugar.   La encantadora barda humana Luce Maferjer, y su socia asesina Khajit, Ziva, se encontraban en problemas luego de una transacción que salió muy, muy mal. Quedarse en Puerto Varl era una muerte segura, y el unico ofreciendo una salida barata era el Conde Kulbren como parte de una misión de recuperar ciertos bienes suyos.   Reunidos los siete aventureros en el despacho del Conde, el enano les describió que un barril metálico, grabado con runas mágicas le había sido robado recientemente, y los responsables habían huido al puerto opuesto de En Vu.  

Un Huevo en un Barril

Poco después del desembarco comenzaron a hacer preguntas por el puerto, y se encontraron con una herbolista anciana apenas Semi-elfa llamada Umivra; sumamente atónita por la presencia de Elfos Veldar de sangre pura en la región. Les dió una breve reseña histórica acerca de qué había ocurrido, dado que Ob y Kanra recordaban éste lugar como un antiguo fuerte marítimo de la Ascendencia, explicándoles que tras la Guerra Negra algunos regimientos elfos no pudieron volver a sus hogares, y se asentaron junto con los humanos sobrevivientes. También les explicó que la mina local había estado teniendo problemas desde hace unos días atrás, y se reportaban extraños ruidos. Como agradecimiento por haberse tomado el tiempo de escucharla, y devolverle la esperanza que la Ascendencia seguía existiendo, les otorgó sus últimos Panes de Lembas, y les mostró una arboleda secreta donde vivían los últimos perenimras, semi-unicornios, descendientes de los corseles usados por los Paladines de Corellon Larethian.   Con suficientes provisiones en mano y monturas ágiles, galoparon hacia el sur durante un par de días hasta llegar a la mina. Afuera, una pila de cadáveres putrefactos y señales de nigromancia. Entrando con cautela, descubrieron un grupo de ocultistas demoníacos que habían invocado un demonio semejante a un Balor mediano, que estaba en proceso de un ritual para corromper un huevo grande: un huevo de Dragón Dorado. En una esquina el barril que se les había encargado recuperar, abierto.   Los aventureros tomaron a los ocultistas por sorpresa, y despacharon con relativa facilidad. El demonio, sin embargo, casi cobra la vida de Ziva tras un ataque fallido, y Athos, quién tropezó tratando de protegerla. Acabado el combate, decidieron que un huevo de dragón, raza hasta entonces considerada extinta, era demasiado valioso para devolver a un enano codicioso y debían llevarlo a alguna de las legendarias Ciudadelas. El viaje sería arduo, y parecía que el mundo fuera de su bosque fey era carente de magia notable.   Encaminados hacia la ciudad más grande de la región, Landsfell, el grupo se encontró con una caravana de humanos, enanos de superficie y khajiits que se habían detenido en el mejor paso a través de las montañas. El puente que conectaba el paso había sido dañado, presumiblemente en el terremoto, y tardaría semanas en asegurar su estabilidad. Bennu, nerviosa por la demora, utilizó un conjuro ritual que tardaría una hora y drenaría buena parte de su Maná. Mientras tanto, el grupo se encontró con dos otros aventureros: Gode y Lyrith, un mercenario ex-Guardias Carmesí y una Vanguardia Enana desterrada a la superficie.  

Las Pruebas de Branka

Tras un par de días el grupo arribó en la ciudad de Landsfell, único lugar de la región con una Torre de Magos adecuada. Bennu se encontró con una enana "Forja-Runas" llamada Branka y decidió pasar el resto del dìa aprendiendo todo lo que podía de ella, mientras que Athos esperaba una audiencia con el Sumo Sacerdote de la Iglesia de Heironeous. Para pasar el tiempo, Ob decidió ampliar su arsenal y recaudar fondos aceptando un contrato por la cabeza de un Troll, que casi termina en su muerte, la de Gode, Luce y Ziva por mala suerte.   Branka determinó que Bennu tenía cierto potencial, aunque nunca había visto un Elfo Veldar antes. Le pidió a Branka si podían llegar a un acuerdo para que mejorara su equipo y obtener algunos de sus Inventos de Artífice, y les pidió tomar algunas muestras minerales y plantas del área alrededor de la Grieta Continental al sur. La misión era arriesgada, pero parecía fácil, hasta que se encontraron con un Terror de Grieta que los atacó, y tuvieron su primer encuentro real con las aberraciones no-muertas que invadían. En el viaje de vuelta, Bennu no aseguró correctamente una "esencia demoníaca" y terminó manchando parte de su ser con su corrupción, un error que la traumaría por bastante tiempo.   Afortunadamente, cuando volvieron unos días después, Branka tenía listo su parte del trato y decidieron que era hora de mostrarle el Huevo Dorado al Sumo Sacerdote, del cuál Athos sólo había hablado porque Bennu se había auto-designado como su portadora. Al verlo, invocó al Hierofante, quién dijo que debían viajar hasta el Puesto Vel inmediatamente y pedirles a los Guardias Carmesí que intentaran cruzar la Grieta hacia Ciudadela de En Volem.  

La Noche Oscura, llena de Terrores

A medio camino hacia Puesto Vel fue cuando Lumeris y Kothxpan, junto con otros agentes de Maveraas, emboscaron al grupo y su escolta de 20 Paladines. Arrasaron casi completamente con ellos, sobreviviendo solamente Bennu, Ob y Kanra. Tras una bienvenida tensa por los Guardias Carmesí del Puesto Vel, fueron aceptados y cuestionados por el Guardia-Comandante Arkasis Silvard. Al principio fue un tanto escéptico, incluso tras ver el huevo dorado, pero los aventureros mostraron su valía rescatando a tres de sus Patrullas de Grifos horas después.  

El Favor de los Carmesí

Fue entonces cuando los Guardias enviados a explorar la zona de la emboscada encontraron a Athos y Gode, apenas con vida, y se prepararon para cruzar hacia la Ciudadela más cercana: En Saam. El comandante Silvard, esperando una emboscada, dirigió a todos los jinetes de grifos restantes para despejar un camino, pero fueron nuevamente emboscados por Lumeris y Kothxpan, quienes utilizaron un extraño cetro para abrir Grietas a voluntad. Gracias a los aventureros, las bajas de los Guardias Carmesí parecieron ser mínimas, pero en un acto desesperado, el mago intentó Desterrar al grupo. Debido al esfuerzo supremo de Bennu, lograron quedarse en el Plano Material, pero terminaron en una pequeña isla al sur de Auriga, habitada principalmente por Orcos, un pequeño clan de Raptorans y un Dracolich Ancestral, que domina toda la planicie oeste.  

El Destierro

Por favor del destino, sus caminos cruzaron con Talia y Vaecyn, ambos integrantes de la aldea raptoran. La primera es una clériga de Akadi y Skylord aprendiz, y Vaecyn es su hermano adoptivo Aasimar quien opera con destreza, sigilo y honor. Tras advertirles del Dracolich, el duo les ofreció santuario a los aventureros en su aldea, y poco después, el tío-abuelo de Talia, "Viejo Urix", les reveló a los hermanos que su destino era ayudarles a eclosionar el Huevo Dorado y acabar con las Grietas.  

Vuelo

La única forma que conocían de escapar la isla, y quizás cruzar el mar y la Grieta que les separaba de Auriga, era por el aire. Los orcos de la antigua fortaleza Mor-Akor eran los únicos con acceso a una Nave Aérea funcional, por lo que se convirtió en su nuevo objetivo. Entraron con sumo sigilo a la fortaleza antigua, y hubiesen podido robar la aeronave sin atender si no fuese por un glifo-trampa en la entrada. Pasaron los próximos minutos peleando contra piratas orcos fuera de la aeronave como a bordo, luchando desde la bodega hasta la cubierta principal, y casi perdiendo todo a manos de un Golem de Arcilla. Por suerte, los daños fueron mínimos, y Gode logró intimidar al resto de la tripulación para que les sirvieran hasta llegar a Auriga... o morir.   An pleno mar, las nubes de repente se tornaron más oscuras y opresivas, mientras que las aguas se agitaban cada vez más abajo. No tardaron mucho en darse cuenta que, a pocos kilómetros, la forma de un Dragón Primordial de la Tormenta luchaba en plena tempestad contra otra criatura colosal. Su conflicto era tal que el clima se había vuelto agresivo y violento. A pesar de sus mejores esfuerzos, la nave terminó estrellándose cerca de la costa.  

El Paso de los Antiguos

Milagrosamente, todos lograron despertar casi ilesos, pero con una fatiga abrumadora. Athos notó una luz brillante sobre ellos, que parecía desvanecer a medida que se levantaban. Caminaron entre pasillos de piedra durante un tiempo, hasta encontrarse con el Paso de los Antiguos, el lugar donde se decía que Bahamut mismo aterrizó por primera vez en éste mundo. Explorando el espacioso y enorme templo, llegaron a la conclusión que las enormes habitaciones vacías en realidad habían sido guaridas para Dragón Metálico que servían al Rey Dragón. Tras reponerse y orientarse en la aldea de Paso, del otro lado, se dirigieron hacia la aldea de Virstaan para conseguir un pasaje a la Ciudadela de Sylvaraas.  

La Bendición de Bahamut

Llegaron para encontrarse sólo con ruinas chamuscadas y algunos no-muertos. La aldea ya había sido atacada y desecrada por Lumeris y Kothxpan, y sus oscuros siervos Pseudo-Dragón ya estaban sembrando caos y destrucción por las rutas principales. Buscando sobrevivientes en la catedral central, descubrieron un enorme cristal blanco, roto, detrás del altar. Vaecyn sintió una conexión extraña con éste, y convenció al resto del grupo de intentar repararlo. Resultaron ser teletransportados de nuevo hacia el Paso de los Antiguos, pero ésta vez el ambiente era uno de calma, y vida vibrante. Adentro, se encontraron cara a cara con Bahamut mismo, quién les explicó que les había mandado un mes atrás en el tiempo para evitar la destrucción de Virstaan y un ataque masivo a Sylvaraas. Teniendo el Huevo Dorado, les otorgó su Bendición Mítica, pero explicó que estaba prohibido que las Deidades y Dioses intervinieran tanto, o desataría una Guerra en el Cielo que destruiría su mundo, y quizás todo el Plano Material.   Rápidamente retomaron sus pasos hacia Virstaan, donde evitaron que un Khajiit asesino, infectado con Energía de Grieta, matara al Hierofante a cargo de la aldea y destruyera la Piedra Ioun, efectivamente reescribiendo la historia. Tras explicarle la situación al religioso a cargo, fueron escoltados por paladines y caballeros auriganos durante tres semanas hasta llegar a Sylvaraas, donde inmediatamente se los llevó ante la gobernadora Valernia Elen'tiri. Al darse cuenta de la monumental importancia y obra del destino ante ella, tomó un enorme interés en su grupo, equipándoles con armas, armaduras y recursos de diseño aurigano y dándoles acceso a casi toda la ciudadela, incluyendo las biblioteca de la Torre de Magos.  

La Ciudadela Blanca y El Tribunal

Valernia reconoció que los aventureros todavía tenían mucho que aprender si iban a ser los custodios del Huevo Dorado, mucho más si pretendían acabar con El Cataclismo, por lo que los envió en una serie de misiones. La primera, explorar y despejar un lugar conocido como El Tribunal creado por los Antiguos Eberron. Allí descubrieron indicios sumamente perturbadores acerca de la naturaleza de los Forjados y la relación de los Eberron con las otras razas mortales. También fue su primer encuentro con una Apóstata de Sangre Tiefling y un grupo de mercenarios y saqueadores de tumbas profesionales. Luego, descubrieron que un Dragón Verde juvenil y el Dragonborn de Bahamut Zaláj estaban enfrentados en una feroz pelea alrededor de una Piedras Ioun dañada e inestable.   Tras derrotar a la bestia, el grupo se presentó ante un escéptico Zaláj, y al intentar reparar la Piedra fueron nuevamente teleportados hacia el Paso de los Antiguos, donde Bahamut se apareció de nuevo, aunque solamente para revelarle a Zaláj que su destino era guiar y proteger al Huevo. Concordando en sus objetivos, Zaláj decidió unirse al grupo y presentaron su informe ante la Gobernadora, quien resultó estar sorprendida e impresionada que un Draconiano estuviese operando en las mortales ruinas sin respaldo. Como su siguiente "prueba", Valernia les encomendó unirse a los Guardias Carmesí del Reino de Angers e investigar por qué habían perdido contacto con Nerkudab. Días después, llegaron a Tau Anjou para encontrar que el Lord-Regente Silvard ya había preparado sus Guardias para lidiar con Demonios y no-muertos que salían de las puertas de Nerkudab. Resultó ser que la ciudad había sido tomada por una Bardo no-muerta, y el plan de los Enanos para deshacerse del enemigo con una bomba de Lirio fracasó espectacularmente y abrió una Grieta en las ruinas del Palacio Imperial.  

Terror de las Profundidades

Aunque demostraron muy poco profesionalismo a la hora de planear su estrategia junto al Lord-Regente y High Lady Silvard, el grupo de aventureros logró rescatar a varios ciudadanos y descubrir la existencia del Lirio Verde, aparentemente producto secundario de concentrar grandes cantidades de energía de Grieta. Tras despejar la calle principal sur, rescataron al Legionario-Comandante Orvuk Kuhn y le informaron que ahora era el Rey de Kâz Restur. No dispuesto a retirarse sin terminar la batalla, los aventureros reagruparon con las tropas Carmesí y lanzaron un ataque coordinado hacia las ruinas del Palacio Imperial, donde había originado la enorme Grieta.   Los aventureros avanzaron por los pasillos hacia el norte, donde encontraron los últimos registros de un escriba sordo, detallando la caída de los defensores ante el poder de una barda no-muerta, y cómo el artífice Horvacio Lurgo "Chispador" había incursionado hacia la Grieta misma con magia y artefacto experimentales. Antes de llegar a su laboratorio, fueron atacados por una Imagen Épica de Kothxpan y Lumeris, con tal de evaluar sus habilidades de combate. Sin embargo, el dúo malvado no mitigó sus ataques, hiriendo seriamente a Gode, Bennu y Talia, y obligando al grupo a gastar sus mejores conjuros y ataques sobre ellos. Tras unos minutos de descanso, los aventureros encontraron el labratorio secreto de Horvacio Lurgo y varios de sus prototipos, incluyendo una Armadura Animada Inteligente, varios artefactos de Ciencia Rara y dos Pseudo-Dragones bebé en un encierro mágico. Aunque apenas entendían la tecnología del "Ñomo de Hierro", la utilizaron a gran efecto durante la batalla final de Nerkudab, donde las tropas combinadas de los vivos se enfrentaron a un Archihorror Arcano Mítico del Espacio-Grieta y un pequeño ejército infinito de humanoides y Troll no-muertos. Ésta fue la primera vez que las habilidades de cada aventurero florecieron involuntariamente: Athos fue temporalmente concedido las habilidades de Aspecto Angelical Épico, Bennu fue influenciada por su linaje Fénix, Ob Nixilis fue acompañado y protegido por un Aspecto de Conan el Bárbaro, Talia fue imbuida por la Gracia de Akadi y protegida por un Aspecto Aarakora del Aire, y finalmente Zaláj fue revestido por la Regalia del Dragón Ancestral.  

Leyendas de Auriga

Tras ser derrotado el Archihorror, los aventureros siguieron el rastro de Horvacio dentro del espacio-grieta, donde se encontraron con un sombrío paisaje de un mundo consumido por el Caos Primordial del Abismo. El artífice ñomo, con sus últimos alientos, les explicó su plan original para cerrar la Grieta y salvar a Nerkudab: reducir su tamaño con un artefacto que ni siquiera él entendía bien, para poder encerrarlo en un Ámbar Rojo y finalmente destruirlo con un agujero negro al abrir una Bolsa de Contención dentro de su Agujero Portable. Al llegar la hora de enactuar el plan, la puntería de Ob Nixilis hizo posible semejante locura. Victoriosos, y la Grieta cerrada, los aventureros se convirtieron en los nuevos héroes de Nerkudab y ganaron el favor, y una deuda de, los Guardias Carmesí, la Familia Silvard y el ahora-rey Orvuk Kuhn.   Tras escaparse de las festividades rigurosas ésa noche, los aventureros fue teleportados a Sylvaraas para entregar su informe a la Gobernadora Elen'tiri, y un buen merecido descanso. Durante los siguientes cuatro días, el grupo tendió a sus propios proyectos personales y a explorar el popurrí cultural de la Ciudadela. La última noche, mientras todos descansaban, aquellos bendecidos por Bahamut recibieron una extraña visión en la que Maveraas les invitaba a enfrentarse a él, en su torre. Antes de despertar, vieron cómo se alzaba su ejército de no-muertos y la fuente de su poder nigromante: una Piedra Ioun Verde, infundida con energía de Grieta. Su torre lanzó un destelló cegador hacia el cielo de pura energía maligna, que se podía ver desde la Isla Fanghur, donde se encontraba Talia, aspirando a convertirse en Druida, en conversación con Ithilwen Mahariel. Rápidamente convenieron los aventureros, atónitos de la realidad de su visión, y fueron llamados a la oficina de la Gobernadora en cuánto antes.   Debido a la urgencia de la situación, y lo que se podría tomar como una declaración de guerra por parte de Maveraas, la Celadrin ya tenía una misión nueva para ellos: dado que sólo pudieron cerrar la Grieta en Nerkudab gracias al arcana experimental de Horvacio Lurgo, era necesario encontrar una forma de reproducir el proceso tras su muerte en el espacio-grieta. Años atrás, le había confesado a la gobernadora que sus mejores diseños se le ocurrieron tras una expedición fallada a la Forja Prohibida de los Eberron, poco más de un mes de Amoruk'eron Kâz, la capital enana. Adentro, fueron atacados por Constructos de Eberron de diferentes tipos y tamaños, y fue el único sobreviviente de su expedición. Tras semanas de vagar desorientado por los túneles del Infraoscuro, finalmente se topó con una extraña habitación donde el único objeto era un romboide alargado con extrañas ruinas flotantes. Se creía que era el artefacto Eberron conocido como el Lexicon Arcanum, pero los auriganos no habían encontrado evidencia concreta de su existencia.  

El Lexicon Arcanum

De ser ciertas las leyendas y teorías, el Lexicon podría no solamente cerrar Grietas, pero acelerar el proceso de sanación y eclosión del Huevo Dorado (que ya empezaba a tomar tintes Platinados), entre infinidad de cosas. Fue entonces cuando se les unió Phosphene de Virian, un bardo profesional y neófito Pathfinder de algún renombre, y formalmente se inscribieron como un grupo de Pathfinders bajo el nombre "Guardianes del Nuevo Sol". Teniendo acceso, permiso y los privilegios de ser Pathfinders a prueba, se les dio permiso para llevar a cabo misiones dentro de territorio Aurigano y en el Infraoscuro. Fue al volver a la torre de magos que conocieron oficialmente a Kildari "Jayven", con quién Zaláj había tenido un encuentro extraño hace unos días, y descubrieron que era la hija adoptiva de la Gobernadora.   Viendo que estaban preparados para emprender una misión completamente desquiciada y tonta, fueron teletransportados a Amoruk'eron Kâz y acompañados por una pequeña guardia enana hacia Forja Prohibida. Antes de arribar, fueron atacados por un Equipo de Purga Drow y su escolta se vio obligada a retirarse para no demorarlos más. Explorando los alrededores de La Forja, descubrieron una Reliquia Eberroniana sumamente errática llamada "Max", quién les "guió" por los alrededores hasta descubrir una Anomalía Arcana. A pesar de las preocupaciones de Benu y Zaláj, Max logró estabilizarla sin esfuerzo, y de ella salió la khajiit Ziva, quién daban por muerta tras su batalla con Lumeris en Grinstaad. La khajiit parecía estar en buena condición física, aunque algo más delgada, y "bien" mentalmente, alegando que había estado atrapada en una especie de Limbo tras "resolver" un Lexicon cuadrado de Inubrix, y así fue como escapó la llamarada verde de Kothxpan.   Todos sus intentos de un avance sigiloso hacia la Forja se vieron totalmente arruinados por la impulsividad de la reliquia Max, quién comenzó a tararear una melodía extraña y ensamblar Constructos Relojeros con forma animal en una sala de Servitor. Ob y Phosphene lo trajeron de vuelta, y le pidieron ayuda para descifrar una enorme puerta con un Glifo Épico inscrito. Antes de que completaran de analizarla, Max decidió dispararle con un rayo de energía Arcana y provocó una explosión que despertó a toda la Forja, destruyendo a Max por un efecto de feedback y haciendo desaparecer a Gode, quién no logró esquivar a tiempo. A pesar de la pérdida de dos compañeros, siguieron adelante, encontrando más laboratorios de Forjados y celdas de contención para orgánicos. Entrando por un pasillo lateral, descubrieron que tras la enorme puerta a la que disparó Max había una sala de conferencia utilizada por los Eberron. Sobre ella, todavía habían mapas de buena parte del mundo y la ubicación de tropas el día que desapareció su civilización, aunque no habían sido actualizado desde hace 15,000 años.   Siguiendo una teoría, Zaláj decidió sacar una muestra de Lirio Verde y sonó una alarma mágica en toda la Forja. Dos grupos de quince Servitors, acompañadas por un Guardián de Eberron y dos Técnico de Eberron entraron a la sala y comenzaron a atacar al grupo con extremo prejuicio. Gracias a las experiencias previas de Phosphene y el ingenio del grupo, lograron salir victoriosos y sin más bajas, pero al parecer sus actos habían provocado un cambio en las Distorsión Espacial que afectaban algunos pasillos de la Forja. Antes de que se obstruyeran las escaleras de nuevo, exploraron el nivel superior y se encontraron con la Forjado Experimental Reil, aún en stasis. Con su presencia se despertó, y por poco entran en una feroz pelea contra ella. A cambio de que la ayudaran a explorar las ruinas y recuperar su memoria, Reil accedió a ayudarles a encontrar el Lexicon Arcanum. Su presencia misma les permitió disuadir a varios Constructos Servitors, pero no pudieron pasar por el Guardián de la Forja, con quién fue imposible dialogar.   La pelea les permitió practicar varias de sus nuevas habilidades, y explorar las habilidades concedidas por la Bendición de Bahamut. Reil descubrió varias habilidades propias, llegando a la conclusión que había sido diseñada como un prototipo de combate basado en aleaciones de Lirio y Mithril, en vez de engranajes y aceite. Pasar por el resto de la Forja fue relativamente sencillo, siguiendo su paso. La instalación en sí, alguna vez produciendo miles de Forjados y Constructos por día, había quedado reducida a cenizas bajo una enorme catarata de lava. Sin embargo, varios de los Técnicos y Servitors seguían llevando a cabo sus últimas órdenes, y gracias a ellos encontraron un Portal-Espejo que llevaba a la sala del Lexicon.   El artefacto estaba custodiado por dos Guardianes Colosos, que parecían ser de los primeros diseños de Eberron, y el Avatar de Arcanum, protector del Lexicon y supervisor de La Forja. Le dio a Reil un ultimatum: ayudar a su familia mecánica, o perecer junto a los orgánicos. Sin recuerdos de su vida anterior, y ya habiendo desatollado vínculos de compañerismo con los aventureros, Reil decidió que no quedaba nada para ella en las ruinas de Eberron y eligió a los orgánicos. La batalla fue brutal, épica y casi resulta en la muerte de Bennu, Ob, Vaecyn y Zaláj, pero a pesar de su magia, el ingenio y determinación de los Guardianes del Nuevo Sol ganó la pelea.  

Laberintos Oscuros y El Caudillo de Los Pérdidos

Gracias a Reil, los aventureros aprendieron como desactivar el contenedor del Lexicon con seguridad y extraerlo sin activarlo, conocimientos que les serían sumamente importantes en el futuro. Al quedar sin poder la forja, comenzó a colapsar detrás de ellos y se abrió un túnel de mantenimiento incompleto que llevaba de nuevo hacia el Infraoscuro. Lo siguieron durante varias horas, vagaron sin rumbo fijo por los túneles subterráneos, enfrentándose a un clan de goblins liderados por el Dirigidor Tru'uump y finalmente entrando a otra ruina de Eberron. Buscando una forma de salir, descubrieron varios indicios de otros grupo de aventureros operando allí. Finalmente, se toparon con un grupo de mercenarios de El Caudillo, con la única misión de recuperar algún Lexicon, quienes los emboscaron debido a la poderosa magia de "Anansi".   El líder de los mercenarios no estaba dispuesto a negociar, y pretendía quitarles el Lexicon Arcanum a los Guardianes para no volver con las manos vacías a su amo. Sin titubiar, lograron cegar temporalmente a sus enemigos y empezaron a atacarlos antes que pudieran reaccionar y usar sus números a su ventaja. Descubrieron que los poderes de Anansi eran rivales a, si es que no superaban, aquellos otorgados por la gracia de Bahamut. Sin embargo, en cada oportunidad les permitió salir con vida, y preferiblemente ilesos, limitándose a utilizar conjuros de Compulsión, Emocionales o Afectar Mente, pero sus esfuerzos no evitaron que los Guardianes avanzaran hacia él, y en desesperación se teletransportó a él mismo y su compañero, Rham'har.   Tomando prisionero al único sobreviviente de los mercenarios de El Caudillo, un Hombre-Lagarto de piel gris-verdosa llamado S'tasss, los Guardianes atravesaron un Marco Espacial que llevaba hacia una pequeña ruina en medio del Desierto Kharan. Viendo que su misión se acaba de dificultar mucho más, los Guardianes decidieron separarse para informar al Consejo Aurigano de su estado actual: Reil, Valáj y Ziva volverían a Sylvaraas, mientras que el resto del grupo cazaba a Anansi y El Caudillo.   La magia de Bennu había aumentado a tal punto que logró, con mucho esfuerzo, crear un deslizador de arenas a partir de la piedra de la Ruina. Agregando una vela hecha con retazos de tela que habían acumulado en sus viajes, y la magia de Aire de Talia, arribaron en una pequeña aldea luego de dos días. Descubrieron que sus habitantes habían sido víctimas de las tropas de El Caudillo, que saqueaban, violaban y destruían por gusto. Antes de partir, habían contaminado la fuente de agua con un Slime alquímico, destruido los cultivos que no se pudieron llevar, y amputado a la mitad de los aldeanos para que no pudieran reponerse. Los sobrevivientes sufrían de hambre, malaria y otras enfermedades, sobreviviendo gracias a la ayuda de una caravana de Elfos del Desierto liderados por Tivalden Sar'iel. Sin titubiar, los Guardianes ayudaron a reconstruir la aldea, proveyendo una nueva fuente de agua fresca, Desterrando al Slime alquímico y sanando aquellos que podían.   Al siguiente día, se sorprendieron ante la aparición de Kildari y Ziva, quiénes habían sido enviadas de nuevo por Valernia para ayudarlos. La tiefling Pathfinder logró negociar un trato con Tivalden para que reabastecieran a la aldea, pagando los gastos y adquisición de suministros desde Mukana Sur. Aceptando que había poco más que pudieran hacer por los aldeanos sin arriesgar su misión principal, emprendieron viaje hacia una de las ruinas marcadas por Tivalden en su mapa. Allí, encontraron una torre metálica que descubrieron haber sido habitada por los antiguos Kasatha hace siglos. Tras recorrer sus peligros y encontrar una forma de subir y bajar de nivel, fueron emboscados por Rham'har y inició un feroz combate contra el khajit Shadowdancer. Ziva logró tenerlo quieto en el suelo mientras Athos se dirigió hacia Anansi", quién había sido mortalmente herido al utilizar ambos Lexicon para escapar. Viendo que estaba derrotado, Athos decidió perdonarle la vida, y el resto del grupo comenzó a replantearse su próxima movida.   Antes que pudieran hacer algo más, Ob entró en acción, ansioso por vengarse del bardo que lo había humillado con magia de compulsión en su último encuentro. Primero, se dirigió hacia Rham'har, ejecutándolo en el lugar y llenando de sangre el frente de Ziva. Utilizando su poder Mítico, cargó contra Anansi, pero Athos se interpuso en el camino. Viendo que no iba a detenerse, el Paladín invocó una Ira de Dios que lo dejó al borde de la muerte. Conflictuado por la decisión, la espada de Athos, Hoja de Virtud Divina sintió como flaqueaba su resolución y empezó a quemarle: su conflicto le había imposibilitado llevar a cabo sus deberes como Paladín, y como consecuencia había sido despojado de todas sus habilidades. Phosphene y Kildari accedieron a modificarle la memoria a Ob para que olvidara la pelea, mientras que el resto del grupo interrogaba al bardo. Comenzó revelando que su nombre real era Eqab Al-Ramir y, como ellos, había sido elegido por una Deidad (el Rey Linterna) para obrar en el Plano Material. Explicó que la Deidad le guió hacia el Lexicon Anima, dándole apenas suficiente poder y conocimiento para manipularlo sin repercusión, y le encomendó infiltrarse entre las tropas de El Caudillo hasta el tiempo indicado.   Viendo que su vida llegaba a su fin por sus heridas, les reveló que El Caudillo era una figura enigmática, cruel, que tenía un enorme séquito de seguidores dispuestos a dar su vida por él. Los mercenarios eran aquellos que buscaban ganarse su favor, y demostraban su valía conquistando y saqueando otros lugares en su nombre. Los verdaderos acólitos eran magos misteriosos de prendas negras, cuya única marca distintiva era un libro abierto con una llama púrpura. Kildari luego lo reconocería como la marca de los Archivistas Oscuros, una facción rebelde de la Sociedad Pathfinder que busca adquirir reliquias y conjuros para fines secretos. Tras debatir entre ellos, los Guardianes decidieron qe Athos deba custodiar el Lexicon Anima y darle algo de paz en sus último momentos a Eqab. Sin embargo, por algún impulso, Vaecyn decidió quitarle el Lexicon Anima a Athos, sin tomar precaución alguna. Su conciencia fue transportada a un lugar que representaba el poder del Lexicon, pero únicamente veía espacio verde, niebla y que estaba parado sobre una superficie líquida que no se hundía. A medida que pasaba más tiempo, una niebla comenzaba a hacerse más y más densa alrededor suyo, y susurros se escuchaban más fuerte e intimidantes. Decidió zambullirse por el líquido, y logró controlar el poder del Lexicon suficiente para resucitar a Rham'har.   Momentos después, se vió devuelto a la realidad, pero su brazo presentaba las mismas Quemaduras de Maná que Anansi. Peor aún, el Lexicon Anima había desaparecido por cuenta propia.   Habiéndole modificado la memoria a Ob, lo despertaron y se despidieron de Anansi. El grupo decidió que la mejor mentira era decirle que había cargado hacia el Bardo y había activado un glifo trampa muy poderoso en su trayecto. El elfo lo aceptó, dado que no había evidencia a lo contrario. Pasaron el resto del día escapando de la torre metálica, acompañados por Rham'har, y se asentaron a unos kilómetros de la base de El Caudillo: una pequeña fortaleza del antiguo Imperio Kharan que había ocupado. En medio de la noche, decidieron infiltrarse por una de las granjas laterales y avanzaron por una napa subterránea hasta encontrar una salida cerca de los aposentos de El Caudillo. Poco después, se encontraron cara a cara con la enigmática figura, postrado sobre un Trono de Lirio Dorado y rodeado por sus aprendices.   La pelea fue mucho más voraz debido al poco tacto de Athos, que si bien logró revelar que su enemigo en realidad era el último Eberroniano, incitó su ira al relatar como destruyeron La Forja, al Avatar Arcanum y se habían robado el Lexicon Arcanum, pero a pesar de su uso indiscriminado de Palabras de Poder contra ellos y un repertorio completo de conjuros avanzados, lograron matarlo gracias a una distracción de Kildari. Una vez fallecido, murieron con él todos los acólitos Lirio-Infundidos y aquellos por cuyas venas corría la sustancia, además de todos los Archivistas Oscuros. Sintiendo que el resto de la fortaleza avecinaba, tomaron su trono y despejaron una mesa con fragmentos de otros Lexicons antes de cruzar por el Adurna gata élfico que había en la habitación de atrás. Rahm'har decidió quedarse atrás, utilizando sus habilidades de Shadowdancer para escaparse de los mercenarios y rescatar a Timasi, cumpliendo su promesa a Eqab.  

Un Paso entre Mundos

Alejándose con el pesado e incómodo trono, Vaecyn ciego y Kildari fatigada tras utilizar conjuros demoníacos, atravesaron como pudieron el extraño y oscuro mundo dentro del espejo. La maga hermitaña y la pathfinder tiefling desconocían con exactitud qué era el lugar, que parecía estar vacío salvo anchas calles y enormes arcos góticos de antiguo diseño Tel-Quessir. Al llegar a una especie de mausoleo de piedra entre cuatro avenidas, y descubrir sólo un Adurna gata roto adentro, los Guardianes decidieron separarse para saber hacia dónde llevaban las tres calles que les faltaban recorrer. Hacia la izquierda descubrieron una extraña isla flotando en medio del espacio, custodiada por espectros de Horrores Arcanos y que tenía solamente un Adurna gata que parecía llevar a la Torre de Maveraas. Siguiendo la avenida hasta el final, descubrieron la silueta que parecía ser la Corte Quessir de Cormanthor: antigua capital de la Ascendencia Tel-Quessir antes de la extinción abrupta de los Fey Tel-Quessir. Si bien Ob y Bennu, estaban completamente atónitos ante semejante descubrimiento, el camino se cortaba abruptamente y no parecía haber manera de avanzar.   Al volver con Kildari y Ziva, siguieron caminando con el trono dorado durante hora más en la dirección opuesta, hasta descubrir otra isla flotante que parecía estar custodiada por espectros humanoides. Talia, adelantándose, no sintió maldad o caos alguno proveniendo de ellos, y decidieron declarar su presencia. Inmediatamente fueron enfrentados por el espectro de la Centinela Tyra Karn y tres espectros adicionales. De manera inquietante, parecía conocerlos mejor que ellos a sí mismo, revelando en voz alta secretos de cada uno acerca de su linaje y familia. No fue hasta que Vaecyn presentó su Capa del Ruiseñor, un regalo de la Gobernadora Elen'tiri, que la Centinela les permitió pasar.   Una vez cruzado el Adurna gata, se encontraron en la Sala de Artefactos de la Torre de Magos de Sylvaraas. Tras activar a propósito un glifo alarma, los guardias rápidamente los escoltaron hasta los aposentos de Valernia Elen'tiri, quién luego de escuchar su breve reporte, llamó a todos los magos a reunirse en la Sala de Archimagos, donde yacía el Huevo ahora Dorado-Platinado. Media hora después, el Archimago Auroch Folf'mei se ofreció para utilizar el Lexicon Arcanum, en conjunto a la magia del resto del Círculo de Archimagos y cinco Forjados que custodiaban al huevo en todo momento.   Luego de cinco minutos de conjuración intensa, el huevo pareció reventarse, largando una oleada de choque que tumbó a los lanzadores y los Guardianes del Nuevo Sol. Bennu y Talia fueron las primero en reaccionar, y al revisar los restos del huevo sobre la Mesa de Conjuración sobre la cuál había estado flotando, se encontraron con un dragón platinado bebé confundido. Se hacía llamar "Io", y finalmente había nacido el hijo de Bahamut.   No fue sin bajas, lamentablemente, y el Archimago Folf'mei sufrió de graves quemaduras de maná que consumieron su brazo izquierdo. Sin embargo, Io simplemente comenzó a lamerlo, por pedido de Bennu, y las quemaduras desaparecieron, dejando piel nueva y sana en su lugar.
Fecha de fundación
13 de Medioaño, 731 E.d.G.
Tipo
Adventuring Party
Nombres alternativos
"Aventureros Amateur"

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