Einar, el elfo sexy

Querido diario,
 
Hace tiempo que no plasmaba mis pensamientos en estas hojas de pergamino, mas los acontecimientos recientes merecen ser inmortalizados. Me he visto envuelta en una guerra inusitada en Sansi, de la cual, por fortuna, emergimos victoriosos gracias a la llegada triunfal de Guan Dao, un ogro que, en su exceso de fama, ha olvidado sus modales pero nos rescató de un aprieto. Debo admitir que nos ha sacado más de una sonrisa (o carcajada) en los mejores tiempos. También se han presentado algunos asuntos políticos que me resultan tan enigmáticos como las intrincadas tramas de una obra de teatro medieval, aunque quizá sean tan triviales como las chanzas de un bufón en la corte. En fin, seguimos siendo los mismos de siempre, aunque la vida ha tomado un giro peculiar, que incluye la necesidad ocasional de orinar en las esquinas. ¡Ay, las extrañezas de la licantropía!
 
Mientras Alfie se permanecía encerrado en su habitación obsesionado con pistas para dar con las codiciadas coronas, los días fluían tranquilamente y disfrutabamos de la vida en nuestro pequeño refugio. Una tarde apacible de verano, Peace y yo nos relajábamos en el jardín cuando alguien golpeó la puerta con firmeza. Una voz varonil preguntó por mi persona, y por un instante, me ilusioné pensando que quizás la vida me deparaba un romance. ¡Oh, cuán ingenuos pueden ser los sueños! Sin embargo, resultó ser un amigo de Alfie, un tal Einar. Hemos acordado asistir a Einar en su búsqueda de la tercera corona, con la única condición de que él deshaga el maleficio de la licantropía que nos aqueja. Así que gracias a Einar, podríamos pronto disfrutar de la luz de la luna sin aullidos.
 
Hasta nuestra próxima charla, mi querido diario, cuando, quién sabe, quizás nuevas sorpresas nos aguarden en esta comedia en la que hemos sido lanzados.
 
Con entusiasmo y curiosidad,
Calliope