Palabra de Vistani

Resulta que Nak se ha ido, afortunadamente nadie a sido saqueado. Al parecer en el castillo están cansados de ver nuestras caras. Llaman a la puerta y un tal Garcia, prepuber, nos avisa de un alistamiento de los Barbero en el Norte. Para solventar el problema con el transporte, nos dirigimos a ver a Emilio Valero, un transportista que huele a ilegalidades a kilómetros. Llegamos a las más que recargada finca de los Valero. INDESCRIPTIBLE…Carmen y yo pasamos la noche en la ciudad, eso debería ser suficiente para describir el lugar. A la mañana siguiente nos ponemos en marcha con Emilio. De camino nos encontramos con un viajero, con un nombre muy largo, que va de expedición a Sansi. El pobre parece bastante perdido. Resulta ser un cartógrafo, teniendo en cuenta de que Emilio sólo nos deja en Barro. Los días son entretenidos, las noches un poco too much…estos Visanti son muy escandalosos. Llegamos a la entrada de Barro, donde una gente mala tiene puesta una barricada con la bandera de los Barbero. Pasar no va a ser fácil. Después de que Alfie desembolsara una pequeña gran cantidad de monedas, entramos en la ciudad de aire medieval. Nos despedimos de Emilio y nos dirigimos al pueblo donde se ha avistado a los Barbero, Vadodemidipedes. Una columna de humo y olor a carne quemada. El pueblo está en siniestrado total. Percibo el olor canino y veo garras en las paredes. Carmen encuentra un borracho dentro de un barril. El hombre recuerda a un grupo de mercaderes que llegaron cantando y ofreciendo bebidas. Nos lo llevamos a seguir la pista de las pisadas. Llegamos a un viejo templo elfico, con una luna y un escenario siniestrado. Después de un rato repartiendo, el os/humano pide clemencia a cambio de los aldeanos.