Sin invitación no se entra by Calliope | World Anvil

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Mon 2nd Oct 2023 08:10

Sin invitación no se entra

by Calliope Vanhoutte

Querido y apreciado Diario,
 
En esta lúgubre ciénaga, donde los ritos siniestros se entrelazan con sombras insondables, continuamos nuestra penosa travesía hacia las ruinas en las que se plasman símbolos arcanos de un pasado oscuro y enigmático. El suelo, empapado en la sangre de ofrendas pasadas, no hacía sino añadir un macabro matiz al ya sombrío panorama que se cernía sobre los corazones temerosos.
 
Mientras avanzábamos con la precaución de almas que intuyen la cercanía del abismo, Millie y Einar, guiados por sus presentimientos afilados como aceros, nos instaron a detenernos. Einar, valiente como el más intrépido de los guerreros, se aventuró a posar su pie en el terreno entre las ominosas rocas que preludiaban desgracias, solo para ser asaltado por un relámpago celestial. ¿Podría ser que la benevolencia de alguna deidad lo rescató de las garras de una muerte segura? En este momento crítico, emergió Peace, lista para ser nuestra salvadora. Shi, con su sabiduría colosal, pronunció palabras crípticas acerca de "la diosa alimenta la bendición para proteger". Aunque el significado me escapa, las palabras resonaron con una profunda sagacidad.
 
Optamos por atravesar el terreno traicionero, con Peace flotando en el aire para evitar los rayos mortales que se desataban al contacto con el suelo. Einar, rápido como el viento, esquivaba los peligros arcanos con destreza, mientras Shi y yo avanzábamos por el barro, como en un spa, experimentando sus beneficios en cada paso. Millie, del otro lado del fango, nos seguía con firme determinación.
 
Shi, observando las manchas de sangre que salpicaban el terreno, especuló sobre su antigüedad, sugiriendo que podrían tener entre tres y trece semanas. No obstante, impertérritos, avanzamos hacia el altar en el nivel superior, conscientes de los encantamientos persistentes que acechaban a cada paso. Al llegar ante el espléndido altar, mi curiosidad me llevó a tocarlo, y de ese contacto surgieron lenguajes arcanos que invocaron al espíritu de un colosal guardián al otro lado del altar. Fue un encuentro desgarrador, donde las fuerzas ocultas de lo sobrenatural se manifestaron ante nuestros ojos atónitos.
 
Identificándome como Calliope, intenté entablar una conversación con el gigante que custodiaba las puertas tras el altar, expresando nuestra noble intención de adentrarnos en lo que parecía ser un antiguo templo. No obstante, el gigante, con aburrimiento manifiesto, proclamó que no éramos bienvenidos, pues no portábamos la marca de los invitados. Viendo que nuestro camino estaba bloqueado, Shi, con gracia felina, ascendió por la hiedra que serpenteadora ascendía por la pared, haciendo señas para que la siguiéramos.
 
De este modo, Peace, Millie y yo ascendimos con cautela, observando un comportamiento peculiar en Peace que no pasó desapercibido. Einar cerraba la marcha, asegurándose de que ningún peligro acechara en nuestras sombras. Al llegar a la cima, se desplegó ante nosotros un majestuoso patio, con una escultura abandonada en su centro, un testamento silente de épocas olvidadas. La vastedad del reino se extendía ante nosotros, un lienzo invitándonos a sumergirnos en las profundidades desconocidas de la aventura.
 
Tuya dramáticamente,
 
Calliope