Ojo al acecho

Querido pergamino ilustre,
 
En estos oscuros días, nos hallamos en una mazmorra de lo más peculiar, donde la sangre adorna las piedras como si fuera una tendencia de moda. Nos enfrentamos a un gigantesco autómata que, al parecer, no está en busca de nuevos amigos. Killian, con su gracia digna de las crónicas de los trovadores, danza entre los golpes y las garras de la bestia mecánica, evadiendo con una agilidad que desafía la lógica. Oh, Killian, cuyos encantos son tan mortales como su destreza, posee todos los atributos necesarios para encarar esta batalla en el terreno y en la cama.
 
Continuamos nuestra gesta con lo usual: golpes por aquí y por allá, incluso el jabalí de Shi se involucra en la refriega. Peace intenta lanzar un hechizo, pero en lugar de algo grandioso, solo logra emitir burbujitas rosadas. Queda muda y mudos quedamos todos ante la ineficacia del hechizo. Al final, tomo la iniciativa y lanzo a "Pan-Dao" hacia el ojo del ente metálico, con una precisión inusual que lo deja fuera de combate. Pan-Dao no parece para nada impresionado, pues la promesa de sangre se desvaneció cuando el impacto fue con una criatura de metal. Sospecho que va a ignorarme al menos unos días.
Shi, en su sabiduría animal, invoca a un aliado espectral que se materializa como un gigantesco gato, listo para unirse a nuestra causa, Meaw!. A pesar de haber vencido a la bestia de metal, el desafío persiste, ya que cuatro gárgolas acechan en la penumbra. Millie, con su aguerrido temple, aniquila a una de ellas con golpes certeros y precisos. No obstante, la atención se centra en una figura encapuchada que, desde las sombras, nos observa y toma notas con interés. "¿Acaso no has tenido suficiente?" chilla Millie, desafiante. La figura, aparentemente indiferente, murmura algo y nos insta a revelar nuestras identidades.
 
Fish, que así se hace llamar la figura encapuchada, dice estar evaluando nuestra habilidad para superar pruebas. Millie, sin andarse con rodeos, amenaza con clavarle la daga en el trasero. Fish, con calma, se quita la capucha, mostrando un rostro descompuesto de no-muerto, y menciona algo sobre una misteriosa señora y otros enigmas incomprensibles.
 
Una puerta se abre, revelando un pasillo oscuro que exploramos con cautela hasta toparnos con otra puerta. "Vamos, equipo, necesitamos un breve descanso antes de lo que sea que nos aguarde tras esta puerta" sugiere Killian. Fish, de manera peculiar, decide dejar físicamente su ojo allí para "mantener un ojo sobre nosotros". ¿Qué nos deparará al final de este túnel envuelto en sombras y secretos?
 
Siempre tuya,
Calliope