Elfos oscuros
Los Elfos Oscuros son una subraza, descendiente de los Elfos Antiguos, habitan casi exclusivamente la Infraterra, sólamente desde El emergimiento, un reducido grupo de estos elfos, ahora vive en la superficie de Eiláar, en la ciudad de Zarquitania, renombrada por los elfos como Bastión Oscuro.
Apariencia
Los Elfos Oscuros reciben su nombre gracias a su piel de color gris o café oscura, casi negra, en algunos casos. Su cabello es de un tono cenizo muy descolorido, aunque sus pelos corporales, como los que conforman sus cejas y pestañas suelen ser más oscuros en la mayoría de casos. Algunas leyendas, como la de La Noche Perpetua, hacen creer que los Elfos Oscuros tienen los ojos rojos, pero sólo una minoría nacen con esa característica, lo normal es que sus ojos sean negros completamente, siendo un rasgo muy particular.
Físicamente son un poco más altos que los elfos de la superficie, más delgados y con músculos más definidos. En algunos casos, en cuello y brazos son visibles sus venas.
Historia
El Mestizaje
Hace tanto tiempo que es imposible determinar cuándo, existían sólo los hijos de Eiláatir, las tres razas originales creadas por ella. En algún punto, algunos miembros de estas razas puras se mezclaron entre sí, dando lugar a tres subrazas, estas nuevas subrazas no eran vistas con malos ojos por los Elfos puros, sin embargo, era una creencia general, que ningún elfo original debía engendrar descendencia con una subraza, ya que los consideraban como sus hijos, y no se concebía la posibilidad de procrear con un hijo.
Cada una de las tres subrazas originales se mantenía pura dentro de sí, sin mezclarse con las demás, aunque esto era una especie de costumbre más que una ley. Con el tiempo, los miembros de las subrazas buscaron terrenos neutrales donde habitar, los cuales no se correspondían con aquellos donde vivían las razas puras. Eventualmente, razas y subrazas formaron sociedades diferentes, pero que se llevaban bien entre sí.
La Primera Guerra
Los Elfos astrales, los más conservadores de las razas originales, descubrieron que entre las sociedades de las subrazas ya existían elfos que eran resultado de una mezcla entre las mismas subrazas, o quizá, peor aún, de un cruce entre una raza pura y las subrazas. Como fuere, esto se consideró una grave afrenta contra Eiláatir y contra los Elfos puros en general.
Uniéndose como hijos primogénitos de su Señora madre, las tres razas originales, iniciaron una cacería para acabar con los que llamaron híbridos, una mezcla abominable a sus ojos. Al ver esto, y teniendo a los híbridos como sus hijos propios, las subrazas se unieron junto con los mismos híbridos para evitar la aniquilación de los que consideraban con derecho a vivir. De esta forma iniciaba la primera guerra conocida en Eiláar, La Guerra élfica.
El Destierro
Cuando múltiples grupos de híbridos habían sido aniquilados, y las subrazas vieron destruídas sus ciudades, la guerra estaba llegando a su fin. Un grupo de híbridos había sido acorralado en una zona montañosa, región que hasta el momento ningún elfo había habitado, con el fin de evitar la extinción, los híbridos se adentraron en cuevas naturales que encontraron, con la esperanza de poder salir cuando dejaran de buscarlos. Por su parte, un grupo conformado por Elfos astrales y Elfos salvajes lograron rastrear a los híbridos hasta las entradas que habían usado para esconderse en las cuevas. Al no poder adentrarse en las cuevas por la incomodidad natural que representaba esto para las razas puras, decidieron sellar todas las entradas que encontraron, relegando al olvido a los híbridos.
El Éxodo
Con la Infraterra como su nuevo y forzado hogar, muchos de los híbridos perecieron buscando sin éxito una salida de aquel terrible lugar. Otros, aceptando su oscuro destino, se dedicaron a sobrevivir, limitándose a alimentarse, descansar y procrear. A medida que avanzaban las generaciones, los nuevos miembros de esta subraza mezclada, comenzaron a ser cada vez más oscuros en su piel, a perder los colores en sus ojos hasta tenerlos negros por completo, y sus cabellos se tornaron descoloridos.
Adaptaron sus sentidos a la oscuridad, desarrollaron nuevas formas de comunicarse y comenzaron a convertirse en cazadores en lugar de presas.
El Florecimiento
La nueva subraza comenzó a llamarse a sí misma como los elfos oscuros, con el paso de las eras, los miembros más fuertes crearon ciudades enteras bajo tierra, caminos, y toda una civilización que usaba las cavernas como su hogar natural. Exploraron y reconocieron casi la totalidad de la Infraterra, evitando a toda costa salir a la superficie o interactuar con sus habitantes. Eventualmente, se convirtieron en una de las criaturas más fuertes del submundo, teniendo comercio, esclavos, y toda una cultura, pero sin olvidar su origen.
La Heroína
Entre tantas batallas que libraron los elfos oscuros, ya sea entre sí o contra otras criaturas y razas de la Infraterra, se unieron en un culto a una diosa inexistente, pero con tantos adoradores como seres pensantes bajo el suelo. Las leyendas de avistamientos de su diosa imaginaria eran cada vez más frecuentes, hasta que en una batalla contra una raza de la nictoscuridad, la región más inhóspita y peligrosa de la Infraterra, un grupo de elfos oscuros que combatían vieron a una heroína surgir de entre los restos de sus enemigos, bañada en sus entrañas y emitiendo gritos de victoria. Sakregaila comenzaron a llamarla, que significa "lamento místico" en su idioma, y desde ese momento se convirtió en la compañera de múltiples batallas, eventualmente, todos la aceptaron como su diosa.
El Emergimiento
Miles de luxantes manteniéndose como la raza dominante de la Infraterra, los elfos oscuros solo veían limitados sus dominios por la superficie, la cual era un lugar inhabitable para ellos, debido al intenso calor que hacía a veces y a la gran luz que contenía, imposible de aguantar para los seguidores de Sakregaila. Así fue que ella, liderando a sus seguidores, comenzó a planear la venganza que a todos se les debía, contra los Elfos Antiguos, la cual debía iniciar, con la conquista de la superficie.
Durante mucho tiempo los elfos oscuros se adaptaron paulatinamente a lugares cada vez más cercanos a la superficie, comenzaron a conocer las costumbres de sus habitantes, capturaron cada vez más a aquellos que vivían sobre ellos, con el fin de esclavizarlos y conocerlos, hasta que, en la época octava, decidieron emerger y comenzar con su venganza.
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