Los Ecos de Aetherion
El crujir de las ruinas resuena aún en los huesos de la tierra, susurros de una era despedazada por la avaricia de los dioses y la osadía de los mortales. La Ruina de Eldrathis no solo fracturó el colosal supercontinente de Orndrith, esparciendo sus pedazos como fragmentos de un espejo roto sobre el vacío del mundo, sino que también dejó cicatrices en la esencia misma de la existencia.
En el corazón de lo que una vez fue Orndrith, donde la tierra aún llora sangre y las estrellas evitan posar su luz, se erige Aetherion, el más próspero de los nuevos continentes, un vestigio de la grandeza extinta. Mas bajo su esplendor, entre sus torres de mármol y bosques centenarios, se ocultan las sombras de un pasado que se niega a morir.
Y en su núcleo, el corazón olvidado del mundo, yace Silvaria, antaño conocida como Zeratheas. Su nombre está maldito, sus obeliscos caídos aún vibran con un eco de la catástrofe, un lamento silencioso que los sabios temen descifrar. Hubo un tiempo en que Zeratheas fue la joya de la civilización, donde la magia fluía como ríos de cristal y los cielos eran un tapiz de conocimientos inalcanzables. Pero el equilibrio se quebró, y los Ithalar—guardianes de los misterios arcanos—vieron, demasiado tarde, el resquebrajamiento del cosmos.
Advertencias fueron grabadas en estrellas de plata, emisarios enviados a los cielos… pero los dioses, ciegos y arrogantes, no escucharon. Solo una, la que camina entre los susurros, la Reina Cuervo, oyó el clamor de la tierra y lloró por el destino de los condenados.
Ahora, siglos después, los ecos de aquella tragedia resuenan aún en los rincones más oscuros de Aetherion. Algo se agita en el polvo de lo olvidado, algo que nunca debió despertar. Las cicatrices del mundo laten como un corazón impío… y la historia, inexorable, está a punto de repetirse.
Bienvenidos a Los Ecos de Aetherion. El horror acecha bajo la belleza, y el destino aguarda a los osados que se atrevan a desentrañar los secretos de la ruina.
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