Arkámalus
-Mi señor, por favor perdóneme la vida, yo..., yo... tuve miedo de entregar al niño, ¡es apenas un chico! ¡Por favor Cleim...!
-¡Cleim no!, Arkleim— dijo firme, pero pausado, mientras giraba sobre el súbdito arrodillado ante él.
-Perdón, Arkleim, yo intenté cuidar del... ni... ño... —la última palabra fue pronunciada un poco pausada.
-Interesante —dijo Arkleim mientras miraba la cabeza en el piso—, parece que su cabeza aún podía hablar, creo que no se había dado cuenta que había sido separada del cuerpo. —Y soltó una risotada mientras se alejaba.
Los Arkámalus son una especie de clan, simpatizantes de Arrenjel, pero no relacionados con su clero, que recluta sólo miembros de alto poder y que tienen múltiples frentes de trabajo, todos viles. Su meta como organización no es clara, aunque podría resumirse en que si el bien desea exterminar al mal, ellos desean acabar a tantos buenos como puedan, sólo para dar una oportunidad a otros como ellos de que no sean cazados.
Mientras la mayoría de organizaciones malvadas lo son por la naturaleza de sus actos, por el origen de sus miembros o por los ideales que persiguen, los Arkámalus lo son por todo, buscan balancear las fuerzas del mal contra el bien, pues consideran que hay demasiados buenos que su único objetivo es acabar con el mal, ya era hora de una contraparte.
Estructura
Los miembros de más alto rango son llamados oficiales, estos son oficializados en el rango a través de un ritual en el cual enfrentan un reto o combate significativo, si sobreviven, recibirán un nuevo nombre y se apellidarán Arkámalus, como sus hermanos. Los oficiales tienen a cargo a seguidores de menor rango, son quienes definen los objetivos más inmediatos de la orden y pueden designar nuevas sedes con una votación de oficiales.
Los seguidores son aquellos sin poder de mando aún, pero que han tenido experiencia en misiones de la orden, usualmente están asignados a un único oficial, o en su defecto, a una sede. Se reparten algunas de las tareas importantes, como el espionaje, el registro de misiones, los asesinatos aislados y el mantenimiento de las sedes. Tienen voz y voto en decisiones.
Los reclutas son los que apenas inician en la orden, tienen las tareas más bajas y repetitivas, como la limpieza, el afilado de armas, reparaciones menores en sedes, armaduras, vestuarios. En raras ocasiones pueden apoyar a los seguidores en tareas específicas que estos les designen. Tienen voz, pero no voto en decisiones de la orden.
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