Emberclaw
Si Bloodthorne es la sombra de Aetherion y Silvaria su luz, Emberclaw es su corazón ardiente. Una tierra de piedra negra y montañas que rugen con llamas internas, forjada en la destrucción y el renacimiento, donde la tierra respira a través de cráteres en erupción y ríos de lava esculpen el paisaje con furia incesante. Aquí, la vida es un acto de desafío contra la naturaleza misma, donde solo los fuertes prosperan y los débiles son devorados por el fuego y la ceniza.
Emberclaw, el Reino del Fuego Eterno
Desde tiempos inmemoriales, los clanes dragonborn han considerado estas tierras su hogar, creyéndose herederos de los dragones primordiales. Junto a ellos, los enanos del fuego construyeron fortalezas de obsidiana, los tieflings desterrados encontraron refugio en cuevas ocultas, y los mercenarios hobgoblins reclamaron las llanuras de escoria como su coto de caza. Pero en Emberclaw, el poder es tan volátil como los volcanes que lo dominan, y cada era ha sido marcada por el ascenso y caída de reyes de fuego.
Historia (Orígenes)
La Devastación de la Ruina (0 - 500 D.R.)
Cuando la Ruina desgarró Eldrathis, la tierra de Emberclaw respondió con furia. El 3 de Kyrathis, 1 D.R., el Gran Volcán de Kaer’Zhul, el corazón ardiente de la región, entró en erupción en un cataclismo sin precedentes. Columnas de fuego se elevaron hasta oscurecer el cielo, y el Mar de Ceniza nació de las entrañas de la tierra, cubriendo los valles en un sudario gris que sofocó la vida durante siglos.
Para el 10 de Naethir, 50 D.R., grietas se abrieron en la roca madre, y de ellas surgieron criaturas que nunca deberían haber existido. Demonios de ceniza, entidades de fuego viviente y sombras incandescentes que susurraban en lenguas olvidadas. Algunos decían que eran los restos de dioses caídos, atrapados entre la existencia y la nada, buscando desesperadamente un recipiente para su poder.
Los primeros en reclamar estas tierras fueron los dragonborn, descendientes de linajes antiguos que una vez sirvieron a los dragones de Eldrathis. Para el 20 de Vorenthas, 300 D.R., sus tribus ya dominaban los pasos montañosos y los acantilados de obsidiana. Los enanos del fuego, endurecidos por las tormentas de ceniza, excavaron ciudades en las montañas y forjaron armaduras capaces de resistir el calor del magma.
Pero no todos fueron bienvenidos en esta nueva era de supervivencia. Los tieflings, considerados parias por su sangre maldita, fueron perseguidos y forzados a huir a los desiertos de escoria y cavernas ocultas, donde fundaron Korthis, su ciudad secreta, en el 8 de Kalrathis, 450 D.R..
La Era de los Señores del Fuego (500 - 1000 D.R.)
En el 5 de Xalthir, 520 D.R., surgió el primer intento de unificar Emberclaw bajo un solo estandarte. Los clanes dragonborn más poderosos se congregaron en las faldas del Volcán Kaer’Zhul, en lo que se conocería como la Primera Asamblea de la Llama. Allí, se proclamaron las Leyes del Fuego, estableciendo el derecho del más fuerte a gobernar y la tradición de la Prueba del Dragón, un ritual en el que los líderes debían caminar descalzos sobre la lava para demostrar su vínculo con la tierra ardiente.
Por más de cuatro siglos, el poder en Emberclaw fue disputado en un ciclo interminable de guerras tribales. En el 12 de Drenvokh, 900 D.R., un nuevo poder emergió: la Tribu Shadow Scale, liderada por Zalthor "Sombra de la Llama", un dragonborn negro de origen desconocido. Su brutalidad y astucia lo convirtieron en una leyenda, y se decía que había sido bendecido por un dragón antiguo, concediéndole una resistencia sobrehumana y la capacidad de caminar entre las sombras del fuego sin ser consumido.
Zalthor llevó a los Shadow Scale a una era de conquista, saqueando asentamientos y esclavizando a quienes se resistieran. Pero en el 3 de Othrelias, 1000 D.R., su ambición lo llevó demasiado lejos. Intentó reclamar el Gran Volcán de Kaer’Zhul como su trono, desafiando al Consejo de la Llama, la coalición de clanes dragonborn que gobernaba en ese momento. Sin embargo, el peso de los años no perdona ni a los más poderosos. En el 10 de Kalrathis, 1020 D.R., Zalthor, debilitado por el tiempo y las batallas, cedió su liderazgo a su hijo, Veydrak, el Heredero Sombrío, antes de desaparecer en la Cicatriz del Dragón, donde algunos dicen que encontró su destino final entre las llamas. La guerra que siguió, conocida como la Guerra del Fuego y la Sangre, marcó la historia de Emberclaw para siempre.
La Guerra del Fuego y la Sangre (1000 - 1800 D.R.)
La guerra se prolongó por siglos. En el 10 de Nethrakas, 1221 D.R., los Shadow Scale sitiaron la Fortaleza de Obsidiana, bastión de los enanos del fuego. Los herreros de las montañas, en un acto desesperado, inundaron sus túneles con magma, sacrificando su propia ciudad para impedir la victoria de los invasores.
Para el 20 de Xalthir, 1400 D.R., los tieflings de Korthis, que hasta entonces habían permanecido ocultos, intervinieron en la guerra. No lo hicieron con ejércitos, sino con magia prohibida. Desataron tormentas de fuego y maldiciones que redujeron ejércitos enteros a cenizas. Su intervención inclinó la balanza del conflicto, y finalmente, en el 5 de Vorenthas, 1500 D.R., los Shadow Scale fueron derrotados y forzados a retirarse a los acantilados oscuros del sur, donde aún acechan en las sombras.
La Era de la Redención y la Prosperidad (1800 - 2300 D.R.)
Con el fin de la guerra, Emberclaw comenzó a transformarse. En el 15 de Kyrathis, 1900 D.R., se fundó Emberhold, la primera gran ciudad del territorio, con puentes colgantes de obsidiana y templos esculpidos en la roca volcánica. La ciudad trajo consigo estabilidad, aunque la tensión nunca desapareció por completo.
Los enanos del fuego volvieron a prosperar, abriendo el Mercado Negro de la Obsidiana y el Mithril Volcánico en el 10 de Kalrathis, 1950 D.R., vendiendo armas encantadas con fuego vivo. Mientras tanto, en las montañas, la aldea de Korthis creció y comenzó a recibir fugitivos de otras tierras, convirtiéndose en un refugio para los marginados.
Sin embargo, la sombra del pasado sigue acechando. En los últimos años, rumores han resurgido sobre el despertar de dragones en la Cicatriz del Dragón. Se dice que en las profundidades del Volcán Kaer’Zhul, algo se agita, algo antiguo, algo que nunca debió ser perturbado.
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