Seiryu Character in Lu yan | World Anvil
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Seiryu

En las olas que rugen con furia y destreza, la fuerza del mar se revela, en su naturaleza. Titánico poder, danza sin resistencia, el océano es la fuerza, la esencia de la existencia.
 
 

General

  Con la imagen de un enorme dragón de escamas azules o verdosas, Seiryu (青龍) es considerado el mayor guardián de las tierras del este, eliminando a los males que llegan a la costa con las olas del mar y también es un punto de referencia en cielo. Al tratarse de una entidad muy venerada, no tardo en convertirse en una deidad menor junto al resto de los Shishin.   Representa el agua, la primavera, el amanecer y el este. Es una insignia del cambio, de la naturaleza fluctuante del destino con sus pericias impredecibles y de la adaptación a las adversidades.   Seiryu es uno de los Shishin que es conocido por más nombres diferentes, algunos de ellos aún se usan en ciertas regiones de Lu Yan. Si bien su nombre oficiado por la organización de cegadores es: "Seiryu" que significa dragón azul también es llamado: "Qinglong" (青龙) o "Cānglóng" (蒼龍) en Sumen, mientras que en Hashiri y Seoseong se le refiere por: "cheonglyong" (청룡) que mantiene el significado. Lo particular que Seiryu mantiene es que algunas islas aisladas o archipiélagos lejanos a la costa en donde su presencia era muy bien valuada, se le llamaba: "Thanh Long".   Si bien se le suele asociar a una entidad masculina, esto es de libre interpretación, pues los espíritus son carentes de sexo y suelen presentarse a sus creyentes de diferentes maneras dependiendo de la situación. En este artículo se le referirá con pronombres masculinos o neutros.  
 

Clan Shui

  Como uno de los primeros Shishin junto a Byakko sus leyendas sobre interacciones con los habitantes de Lu Yan son muchas, algunas tan lejanas que no había letras aún para inmortalizarla en piedra, ni en papel. Como un guardián del mar capaz de controlar la ferocidad de las olas y las corrientes desde antaño que se han erguido templos en su honor, tratando de apelar a su lado bueno.   Originalmente, se le consideraba una entidad indiferente a los sucesos que ocurrían en sus dominios, no escatimaba en poder a la hora de levantar sus grandes y pesadas olas como montañas que arrastraban barcos hasta la perdición. Esa es la naturaleza del elemento, fuerte, feroz, no hay espacio para los débiles. Por supuesto que se tomaba la molestia de ayudar a quien se hubiera ganado su favor de una u otra manera, y en sus milenios de observar a las personas terminó encontrando un particular encanto en estas, en la manera que se adaptaban a las dificultades que les ponía en el camino.   Suficiente respeto se sembró en su mente para que su atención fuera llamada por un insignificante pescador rezando a la deriva en medio del océano, completamente a la merced de su piedad. Guío su camino de vuelta a casa por debajo de la superficie marina, dándole un pequeño empujón inicial, algo de aliento, pero él no sería quien lo llevara a su objetivo, tenía que hacerse de sus manos, su barca y su fuerza para cruzar el mar en la negrura de la noche.   Justo al amanecer, el dragón decidió mostrarse y curioso de que tan lejos podía llegar con aquel experimento, no solo fue su faro en la incertidumbre, también ilumino su ignorancia y lo educo en el camino de la cultivación. Seiryu nunca vio demasiada diferencia entre personas, independiente de su origen o posición, eran todos humanos insignificantes a sus pies ¿Qué diferencia haría un poco de dinero o un linaje de valor? Carecía de significado, al menos al principio. Por lo mismo se volvió sencillo entrar a su clan, tenía las puertas abiertas y estaba dispuesto a entregar una oportunidad a cualquiera, aunque se guardaba ciertos prejuicios con las mujeres.   Tal como el pescador tuvo que encontrar su fuerza para cruzar las olas del mar, sus discípulos debían encontrar la suya para poder recaer en ella y salir adelante. Las exigencias físicas inmensas que derivo el clan eran solo el obvio resultado de su desarrollo, si bien muchos podían intentarlo, pocos daban el corte suficiente para ganarse una estadía permanente.   Aunque su sangre ligera y temple amable le hagan parecer cercano, la realidad es que no se parara a cambiar el curso de las cosas si se pierde el control de la embarcación, la naturaleza del mar puede ser cruda y no siempre encontrarás un dios que se ponga de tu lado esta vez.   La cantidad de sus interacciones con su clan son variadas y dependen mucho de la temporada, en algunos casos no se escuchó palabra de él en más de cien años, mientras que otros en miembro activo de su comunidad. El motivo de esto es completamente desconocido.  
 

Descripción apariciones

 

Bestia

Un enorme dragón adulto de incontables metros de longitud. Sus escamas azules se extienden en variados tonos profundos y claros en diferentes sesiones de cuerpo, estás son capaces de brillar con una bioluminiscencia azul muy brillante que resalta especialmente bajo el mar. Cuando aparece en ríos o lagos puede verse de un todo más verdoso que su usual coloración índigo.   En su cabeza tiene una gran melena de pelo blanco que se transluce hasta parecer agua agitada ondeando o espuma de mar. Sus ojos son celestes y están acompañados por grandes cuernos curvados hacia atrás y colmillos del color del marfil pulido.   En sus cuernos y algunas de sus escamas se pueden encontrar palabras escritas difíciles de leer, estas se mueven como si le recorrieran el largo del cuerpo arrastradas por la corriente.  

Humanoide

Un hombre alto, de contextura ancha y una barba negra recortada cuidadosamente, trae el pelo obsidiana tomado con firmeza tras la nuca. Su rostro está cubierto parcialmente por un casco que asemeja uno samurái pero con la forma de la cabeza de un dragón.   Su cuerpo está cubierto de una armadura tradicional pesada que impide ver el resto de su cuerpo, en ella hay pequeñas marcas que simulan escamas haciendo honores a su verdadera forma. Tiene “力” inscrito en el centro de su armadura y también en el centro de la nuca.  
 

Otros

 
  • Como deidad del mar es honrado por navegantes y pescadores, pidiendo buena suerte, apelando por su clemencia, mientras se encuentren a la merced de sus dominios en el océano.
 
  • Tiene una relación particular con Tsukuyomi, pero no mucho es sabido al respecto. Lo que claro esta es la influencia que la luna tiene sobre sus olas.
 
  • El estado de sus relaciones con los otros Shishin es desconocido, con excepción en su disputa eterna con el tigre blanco del oeste.
El palacio de Seiryu porta el nombre de: "Oceano que devora el cielo" o "Ame o Nomikomu Umi" (天を呑み込む海) donde: "天" (Ame): Cielo, "を" (o): Partícula que indica el objeto directo; "呑み込む" (Nomikomu): Devorar, tragar y "海" (Umi): Océano, mar.   La inmensidad de un océano hasta donde llega la vista, la agitación de sus aguas varía enormemente entre encuentro y encuentro. El mar está ennegrecido por una noche plena en donde cientos de estrellas brillantes parecen esconder el tenue eco de una luna en el cielo, dando algo de respiro a lo que sin ellas sería completa oscuridad. Sobre la superficie flota una modesta barcaza de madera sin mucho detalle, en una de sus puntas trae colgando un farol que no se apaga a pesar de mojarse.   La división entre el cielo y el océano es tan difusa que las medusas y peces pueden salir tranquilamente del agua para navegar en el supuesto aire. Incluso estando con la cabeza fuera del agua se pueden ver burbujas salir de tu boca al hablar.  
Religions
Especie
Iglesia o culto
Children
"Bajo el cielo azul, donde las olas abrazan la orilla, la primavera marina despierta con destreza sutil. La danza de la flexibilidad y la fuerza se despliega. Entre arrecifes tallados por la marea gentil.   Árboles que reverdecen, como gigantes que despiertan, la fuerza en sus ramas, en cada hoja que acarician. Brisas que llevan el aroma fresco de la mañana, la fuerza de la primavera, en cada esencia que emana.   Gaviotas pintan pinceladas en el cielo, testigos alados de un secreto sin desvelo. Lobos marinos, maestros de las aguas en calma, en sus saltos, la flexibilidad halla su alma.   Donde se encuentran horizonte y océano, Alzado como montañas de blanca espuma. Rompen en la costa como un rugido lejano, La luna es testigo de su fuerza bajo la bruma.   Sí bajo su jardín de delicadas ramas coloridas, Medusas de seda se deslizan con tranquilidad. No habrá tiempo para lamer sus heridas, Y dejar que las arrastre su propia fragilidad.   Rocas talladas por siglos de caudal persistente, la fuerza del río, en cada recodo, se siente. En cada curva, en cada meandro que traza, la fuerza acuática, una danza que abraza.   Bella, inmortal iridiscencia de sus escamas al nadar, solo cuando es contra la inclemencia de la corriente. El cimiento de lo que deberá de demandar, En esa consistencia se encuentra presente.   Dar y quita, como el vaivén de las olas, Hay bondad y crueldad en todos los lugares. Lo que se da es para que brille como las caracolas, y lo que se quita es para recordar falencias familiares"   -Nori Shui

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