General
Los espíritus han existido en Luyan por milenios, algunos preceden incluso de la existencia de las razas inteligentes, antes que los yokai, las personas y los demonios. Hijos de los dioses y la naturaleza, los espíritus son entidades naturales que se desprenden de frondosos bosques, feroces ríos y almas olvidadas.
En su mayoría bondadosas, han sido apreciadas como un gran apoyo, y su culto y protección ha demostrado traer resultados beneficiosos para quienes lo rinden, pues los espíritus pueden llegar a convertirse en seres de gran poder, con la capacidad de tener dominio sobre elementos naturales enteros, amplias regiones geográficas y fenómenos naturales.
Fueron ellos quienes enseñaron a los primeros cultivadores y educaron a los primeros cegadores, ellos quienes le permitieron a las personas alcanzar un futuro más brillante y dispersaron las tinieblas de la incertidumbre. A día de hoy muchos prestan sus servicios a cegadores como fuentes ricas de poder, permitiéndoles realizar habilidades inhumanas y desprenderse de lo ordinario.
Existen muchos espíritus en Luyan, algunos de ellos, con los años y el acompañamiento suficiente, han llegado a convertirse en deidades de una amplia gama de poder.
¿Qué es un espíritu?
Un espíritu es una entidad incorpórea, sin ningún tipo de forma física, son una concentración de energía sobrenatural que ha conseguido voluntad y raciocinio, si es que no lo tenía ya con anterioridad. Libres y ligeros, es difícil poder detectarlos, la mayoría prefiere vivir de manera oculta solo permitiendo que sus habilidades hablen por ellas.
Su presencia suele cargar la capacidad de modificar sus alrededores, algunos traen lluvias, otros tormentas, la nieve, el rayo, el nacimiento de bosques, el florecer de un jardín, el enfurecer de un río. Están estrechamente vinculados a su entorno, si bien generalmente su poder se reduce al espacio circundante al espíritu, existen algunos extremadamente poderosos que tienen poder sobre un elemento o formación en todo un continente. Un buen ejemplo de lo último son las deidades Suzaku, el espíritu del fuego; Seiryu, el espíritu del agua; Byako, el espíritu del viento, y Genbu, el espíritu de la tierra.
Los espíritus son únicos e irrepetibles y son incapaces de reproducirse entre ellos ni con otras entidades, si bien algunos pueden crear avatares físicos que controlan desde la lejanía, los mismos no son el cuerpo principal ni son sintientes, careciendo de voluntad alguna. Es difícil describir con exactitud como nace un espíritu de manera natural, puesto a que en un momento hay y al otro no, originándose en su mayoría en entornos naturales, enlazados a bosques enteros o a un solo árbol en particular. Otros son gestados por divinidades de gran poder, como subordinados para hacer su voluntad, como es el caso de los Kitsune zenko de Inari o los Kirin de los dioses primordiales.
La última forma conocida del origen de un espíritu, es que un alma no sea llevada al Yomi y quede en el Ashihara, con el tiempo el alma se volverá espíritu, rondara los lugares en los que vivió afectando de maneras diversas a las personas que le rodean. Los espíritus nacidos de esta forma tienen grandes posibilidades de convertirse en espíritus malignos con el tiempo.
El poder de un espíritu recaerá en el dominio del que tiene control y los años que lleva existiendo, los espíritus más fuertes han existido desde el origen de los tiempos y han conseguido ascender a la casta de las deidades.
Casi todos los espíritus son seres inteligentes, pueden elegir la forma en al que mostrarse ante otros y si quieren comunicarse o no, al comunicarse de una manera especial pueden saltarse las barreras de los idiomas, por supuesto, solo si ellos desean comunicarse. Aun así, los espíritus más débiles o alguno asociado a un área natural puede presentar un nivel de cognición inferior a lo usual, siendo más similar a un animal.
Los espíritus son inmunes a cualquier tipo de arma o hechizo, incluso armas especiales para yokais o artilugios encantados. La carencia de una forma física les ha dotado de la capacidad de evitar cualquier tipo de ataque físico.
Relación con las personas
Ya que los espíritus llevan existiendo hace mucho más tiempo que las personas, fueron ellos quienes tomaron la iniciativa de relacionarse con contrarios. Luego de pasar cientos de años actuando de forma sigilosa y evitando ser conocidos por la gente, acabaron por revelarse ante ellos de diferentes maneras, a veces como un cuervo posándose en los árboles, o como un niño perdido que juega con los otros de la villa, como una anciana que necesita ayuda o un hombre que asiste a los demás. Los espíritus parecieron ir ganando interés en la gente en la medida en que ambos mundos se relacionaban más y más con la expansión de las civilizaciones y sus ciudades.
Gracias a que la mayoría suele sentir cierto de nivel de empatía y curiosidad por las personas, muchas veces han prestado su ayuda a hombres y mujeres. El caso más obvio que podemos señalar fue cuando se compadecieron de ellos y les enseñaron a cultivar para poder cazar yokais, esto fue beneficioso para ambas partes, primero porque los yokai también podían llegar a suponer un problema para los espíritus cuando moraban sus territorios, segundo, porque era una excelente manera de crecer en poder y ganar apreciación, cuando un cultivador entrena para mejorar su manejo de energía espiritual también cultiva la energía del espíritu, creciendo ambos en conjunto. Otro motivo es que tener acceso a un grupo grande de personas que acabe por venerarte es uno de los primeros pasos para poder conseguir ascender a divinidad.
Sin embargo, no todo es color de rosa. Algunos espíritus no tienen intención de inmiscuirse con la gente y prefieren su existencia en soledad, ya que la presencial de yokais está íntimamente relacionada con la salud de áreas naturales, la fertilidad de la tierra, la lluvia o la aparición de desastres naturales su descontento o mero existir afectaba directamente a las villas y ciudades. Para prevenir los malos augurios, las personas suelen hacer templos y crear áreas protegidas para homenajear a los espíritus como manera de apelar a su misericordia, muchos espíritus seden ante esto, mientras que otros son indiferentes, pues ellos no controlan al cien por ciento su influencia.
Hay también espíritus malignos, que son todo un problema para las localidades que se encuentran bajo su influencia. Un espíritu maligno podría engendrar enfermedades, secar la tierra, envenenar el agua, espantar a los animales y causar tragedias. Un espíritu maligno puede tener diversos motivos para su actuar, a veces simplemente no lo controlan, otras es intencional. Debido a la dificultad que tiene eliminar un espíritu maligno, es mejor siempre tratar de evitar irritar a alguna entidad.
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