Iggwilv

Iggwilv es una poderosa hechicera que ha cruzado caminos con Los Buscadores en múltiples ocasiones. Su historia comienza en algún lugar desconocido de Andoria, donde fue adoptada en su infancia por la archisaga Baba Yaga. Creció junto a las hijas de esta: Endelyn, Bavlorna y Skabatha, formando juntas El Aquelarre del Reloj de Arena. Desde joven, Iggwilv se destacó como la favorita de su madre adoptiva, despertando los celos y la desconfianza de sus hermanas.

Al alcanzar la adultez, Iggwilv abrazó el sendero que su madre adoptiva le había señalado: la grandeza a través del dominio absoluto de la magia. Viajó por Andoria y más allá, cortejando a demonios, engañando a mortales y manipulando a entidades que otros ni se atreverían. Con cada encuentro, su poder crecía, y también su ambición. Fue entonces cuando escribió el  Demonomicón, un compendio prohibido de saberes abisales que desafiaba incluso a los mismísimos señores demoniacos. Pero Iggwilv no estaba hecha para la obediencia. Ni siquiera hacia quien la había criado. En un acto de traición premeditado, se volvió contra Baba Yaga, sus hermanas del Aquelarre del Reloj de Arena, y su aliada Brenzla, a quien engañó y encerró junto al libro. Luego, conjuró un hechizo lo bastante poderoso como para borrar por completo la ubicación del Demonomicón de su mente. Además el mismo hechizo evitaba que ninguna de ellas pudiera encontrar el lugar donde este se encontraba. Aun así, dejó una puerta abierta. Un único objeto, imbuido con el alma de un demonio, capaz de guiarla hasta el libro si algún día lo necesitaba. Ese acto selló su destino. Enemistada con sus antiguos aliados, y con las tres hermanas tras su pista, Iggwilv recurrió a La Corona de las Mentiras para adoptar una nueva identidad… y desapareció sin dejar rastro.

Una de las identidades que Iggwilv creó fue la de Zybilna, un hada madrina cuya apariencia bondadosa ocultaba un propósito mucho más calculado. Aprovechando su vasto conocimiento sobre los pactos féericos, adquirido de su madre adoptiva Baba Yaga, Iggwilv manipulaba a los incautos para hacerles creer que sus deseos eran concedidos por pura generosidad. En realidad, cada "deseo" concedido era un pacto feérico cuyas consecuencias los suplicantes rara vez comprendían. A cambio, Iggwilv obtenía lo que más ansiaba: conocimiento y objetos mágicos. Con el tiempo, bajo esta identidad, se consolidó como la reina de Prismalia, un reino del Plano Féerico. Sin embargo, su fachada fue descubierta por Skylla, una bruja astuta que, tras conocer la verdad, se alió con La Liga del Mal con el fin de chantajearla. Kelek, uno de sus miembros, deseaba apoderarse de Espina de Confluencia, un objeto oculto en el castillo de Zybilna. Pero Skylla tenía su propio juego: también estaba aliada en secreto con El Aquelarre del Reloj de Arena, al que reveló la verdadera identidad de Zybilna. Juntas, las brujas tramaron un plan. Cuando La Liga del Mal irrumpió en el castillo para negociar con Iggwilv, El Aquelarreaprovecho que esta se encontraba distaida y usó el Caldero de Iggwilv para lanzar un hechizo que congeló en un estasis temporal a todos en el castillo, salvo a ellas mismas. Durante años, Iggwilv permaneció atrapada en ese hechizo.

Los Buscadores iniciaron una misión para liberar Prismalia del dominio del Aquelarre y restaurar a Zybilna como reina. Pero cuanto más avanzaban en su viaje, más piezas comenzaron a encajar de forma incómoda. Descubrieron que Zybilna era, en realidad, Iggwilv, y que había manipulado a todos para alcanzar el trono tras la muerte de la anterior monarca. No era una tirana, ni una reina cruel, pero su gobierno se cimentaba en la mentira. Cada promesa cumplida escondía una trampa, cada favor concedido tenía un precio oculto. Los Buscadores, enfrentados a la verdad, comprendieron que no podían devolverle el trono. Aunque su causa inicial fue restaurarla, la verdad les obligó a cambiar de rumbo. Liberaron a Iggwilv del estasis, y ella, fiel a su naturaleza, intentó manipularlos. Pero esta vez no funcionó. No con ellos. Junto a La Liga del Valor, la enfrentaron en batalla. Iggwilv, aunque poderosa, estaba debilitada. No pudo resistir el ataque combinado de ambos grupos de héroes. Y por primera vez en mucho tiempo, tuvo que huir.

Iggwilv volvio a Andoria y dedico tiempo a recuperarse, despues regresó a Nauplia con la intención de recuperar los objetos mágicos que había dejado atrás en Prismalia, viajando a través del portal que conectaba ambas tierras. Pero sus planes se vieron frustrados por la niebla que Dorian había conjurado para sellar la región e impedir que nadie escapara. Atrapada, sin forma de cruzar de nuevo al Plano Feérico, se dirigió a Crystalcross y ofreció su ayuda para deshacer la niebla. Durante su estancia en la ciudad, sin embargo, alguien robó La Corona de las Mentiras. Aunque las sospechas recayeron sobre Dorian, Los Buscadores descubrieron que él no era el culpable. Durante su estancia en Nauplia, Iggwilv se alió con Talia Moonsong y, eventualmente, también con Los Buscadores. Durante su estancia en Nauplia, Iggwilv también descubrió que Los Buscadores no solo habían revelado su verdadera identidad, sino que aprovecharon su aprisionamento temporal para saquear su castillo. Entre los objetos robados se encontraba nada menos que La Baraja de Muchas Cosas y Espina De Confluencia, aunque Iggwilv no estaba interesada en el bastón si que intento que le devolvieran La Baraja. Para evitar que Iggwilv intentara recuperarla, Erdan le ofreció un trato: a cambio de que se pudieran quedar con La Baraja, él juraría encontrar y devolverle La Corona de las Mentiras. Aunque al principio la hechicera dudó, comprendió que su corona era más útil para sus propósitos que la propia baraja. Terminó aceptando el trato, sellandolo con un pacto feérico.  Junto con Los Buscadores, y con la ayuda de las últimas miembros del Aquelarre del Reloj de Arena, lograron desterrar a Dorian. El poder arcano de las tres sagas juntas permitió sellar y desterrar a Dorianuna vez más, salvando a Nauplia de su reinado oscuro.

Iggwilv se instaló en Crystalcross, donde volvió a cruzarse con Los Buscadores bajo circunstancias nuevamente desagradables para ella. Manipulados por una entidad desconocida, Los Buscadores liberaron accidentalmente el  Demonomicón de su encierro. Acudieron a Iggwilv en busca de ayuda, pero ni siquiera ella pudo entender por qué alguien los habría usado para liberar el libro, si no querian arrebatarselo. Más inquietante aún fue descubrir que los propios demonios encerrados en el libro ayudaron a los Buscadores a derrotar a Brenzla. Al verse superada por la situación, Iggwilv contactó a Talia y juntas guardaron el Demonomicón en una sala con las defensas mágicas más potentes que pudieron conjurar. Pero ambas sabían que no sería suficiente. Taliapropuso entonces replicar el efecto del aquelarre que obtienen las sagas al convinarse tres sagas pero con magos en su lugar. Aunque nunca se había intentado por hechiceros que no fueran sagas, Iggwilv admitió que, aunque las probabilidades eran remotas, era posible. Hasta encontrar a un tercer mago capaz de igualarlas, Iggwilv y Talia han asumido la custodia del Demonomicón, protegiéndolo… y del mundo de él.
Current Status
Custodiando el Demonomicón
Ubicación actual
Especie
Edad
Desconocida
Children
Residencia actual
Crystalcross
Gender
Mujer