CFL13: Víspera de la Conciliación

General Summary

Contratante: Ainne Hely
Organización: Los Filos Libres
Lugar: Pontypr
Aventureros: Flinn Clover, Jord Lund, Thamior Mindriks, Balthazar, Gozer Deathmaker, Eddie, Dalin Adventure

La isla de Pontypr es, además de un lugar de disputa entre el Imperio, Las Repúblicas y Arganois, un lugar sagrado del Culto de los Dioses Antiguos. Protegido por druidas y sacerdotes, es el lugar de varias celebraciones a lo largo del año. Una de ellas es la Víspera de la Conciliación. Hasta la isla concurrió un grupo de nóveles aventureros, convocados por un contrato misterioso más que por devoción. La tarea: estar alerta por si las cosas se salían de control. Y vaya que lo hicieron. Primero, la celebración de antiguas festividades no es algo que le parezca bien a todo el mundo, menos aún a los Caballeros del Primer Sol, fervientes seguidores del Imperio y Crig Han. Sabedores de la festividad, una comitiva desembarcó en el lado occidental de Pontypr decididos a detener el pagano ritual. Sólo la intervención de Flinn Clover logró salvar el tenso momento, y los Caballeros aceptaron aguardar hasta el final de la celebración antes de expulsar a los herejes de forma pacífica. Pero para que esa sea una buena historia, naturalmente la cosa no puede ser tan sencilla, y nuestros amigos tuvieron que enfrentar otra amenaza aún mayor. Y algunos también participaron de la Víspera. Uno a uno los parroquianos fueron desfilando ante la Espina del Velo para perdonarse con sus antepasados. O saludarse, o buscar respuestas. Hasta que la situación se descontroló: una gran fuerza vengativa, que no pudo ser controlada por los sacerdotes, emergió de la espina, dispuesta a vengarse. El caos estaba servido, y era el momento de Los Filos Libres. Aunque el crédito no fue sólo de ellos, también los Caballeros del Primer Sol, apostados alrededor, ayudaron a controlar la situación. En un vendaval de fuego, viento y Esencia primordial, la furia fue finalmente enviada de vuelta a su hogar y una paz sosegada se posó sobre Pontypr, no sin un sacrificio: el viejo sacerdote que oficiaba la ceremonia dio su vida para controlar al espíritu manifestado. Como epílogo, les puedo contar que la accidentada ceremonia pudo llegar a su fin. De madrugada la isla de Pontypr volvió a ser el solitario retiro de paz que habitualmente es. Al menos, hasta que el Imperio ponga sus manos sobre ella. Pero esa es otra historia...