Elaia
"Héroe de Silvaria" Elaia
Historia (Orígenes)
Infancia
El viento soplaba con un susurro helado en las vastas tierras del Feywild cuando Elaia nació bajo la luz pálida de la luna invernal el 14 de Drenvokh de 2499 D.R.. Su gente, los eladrin de invierno, eran los guardianes de un equilibrio arcano, seres de belleza etérea y sabiduría ancestral que vivían en perfecta comunión con la naturaleza mágica del Feywild. Su aldea, Nimrion'Thalas, era un santuario oculto en los bosques de hielo, donde los ciclos de las estaciones dictaban la vida y la muerte.
Desde joven, Elaia mostró un talento excepcional en el control de la magia del frío. Aprendió los secretos de su gente, explorando la conexión entre el hielo y la luna, y comprendió que la inmovilidad de la nieve no era solo muerte, sino preservación. Los Altos Magos de la Niebla Eterna la tomaron bajo su tutela, enseñándole a canalizar su poder con precisión y disciplina.
Pero la paz nunca dura eternamente.
Adolesencia y Juventud
La Invasión de los Shadow Scale y la Ruina de su Pueblo
La noche en que su mundo colapsó fue una que nunca olvidaría. Era el invierno del 2799 D.R., cuando una grieta se abrió en el tejido del Feywild. De ella emergieron sombras reptilianas, guerreros envueltos en una aura de fuego oscuro. No eran simples dracónidos; eran algo más. Llevaban armaduras de obsidiana con un símbolo grabado: un ojo de dragón rodeado de sombras.
Elaia vio cómo su hogar era reducido a cenizas. Los Shadow Scale destruyeron los sellos arcanos que protegían el equilibrio del bosque, y la magia que mantenía su aldea oculta comenzó a desmoronarse. Sus maestros y su familia lucharon hasta el último aliento, pero uno a uno, cayeron.
Con la aldea en llamas y su pueblo aniquilado, Elaia escapó por un portal inestable, siendo arrastrada fuera del Feywild. Cuando despertó, estaba en el plano material, sola, con el eco de la masacre grabado en su alma.
Adultez
Perdida en el Plano Material y el Inicio de su Venganza
Durante los siguientes años, Elaia vagó sin rumbo. La vastedad de Aetherion era desconocida para ella, pero su misión estaba clara: descubrir quiénes eran los Shadow Scale y por qué destruyeron su hogar.
Con cada ciudad que visitaba, con cada biblioteca en la que buscaba respuestas, comenzó a notar los patrones. Los Shadow Scale existían desde hace siglos, ocultos en los registros de Emberclaw, su influencia extendiéndose como una sombra sobre los clanes dracónicos.
Se convirtió en una cazadora de conocimiento, cada fragmento de información la acercaba a su objetivo. La venganza se convirtió en su única razón para seguir adelante.
Pero no era suficiente saber. Necesitaba poder. Durante décadas perfeccionó su control sobre la magia del hielo, llevándola a su máxima expresión.
Su corazón, una vez lleno de la calidez de su gente, se volvió tan frío como la tundra.
Una Pista Perdida y la Verdad a Punto de Descubrirse
El año 2873 D.R. marcó un punto de inflexión. Mientras exploraba antiguas ruinas en Emberclaw, encontró un mural olvidado en la roca volcánica. El mismo símbolo que vio la noche de la masacre estaba ahí.
Por primera vez en siglos, el rastro se hacía tangible.
¿Pero qué significaba realmente? ¿Por qué los Shadow Scale destruyeron su aldea? ¿Qué tenían los artefactos élficos que ellos querían borrar de la existencia?
Las preguntas la atormentaban más que nunca. Ya no solo buscaba venganza. Buscaba respuestas.
Ahora, con 375 años, Elaia es una maga de renombre, una eladrin cuyo poder solo es igualado por su frialdad emocional.
Los Shadow Scale están cerca, y su destino la llevará directamente a ellos.
Cuando finalmente los encuentre, deberá tomar una decisión:
- ¿La venganza será suficiente para llenar el vacío en su corazón?
- ¿O descubrirá que la verdad es más aterradora de lo que imaginaba?
Ecos de Aetherion
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