General
Los yokai son criaturas endémicas del mundo de Luyan, reconocidas por sus diversas habilidades sobrenaturales y su postura muchas veces de antagonista con las personas del Ashihara.
Su origen data de mucho tiempo atrás, si bien el mismo es difuso y material de debate para ser definido como algo concreto, los primeros yokais son asociados al regreso de Izanagi del Yomi. Luego del incidente con su exesposa, el dios primordial se dio un baño para quitarse las impurezas y del agua surgieron las primeras criaturas que serían llamadas yokai, o eso es en lo que la mayoría está de acuerdo.
Independiente de, los yokai son algo con lo que las personas fueron obligadas a lidiar día a día, a veces de maneras discretas, pero su influencia afectaba a las personas generalmente para mal en lugar de para bien. Los yokai son inmunes a los ataques de armas ordinarias y no pueden ser vistos a simple vista por las personas ordinarias, algunos ni siquiera pueden ser tocados por manos civiles. Con el tiempo esto detono en que los cultivadores descubrieran que eran capaces de enfrentarlos con ayuda de espíritus y deidades, el resultado fue el origen de los cegadores, quienes durante generaciones se han dedicado a cazar yokais para proteger a quienes no podían hacerlo.
¿Qué es un yokai?
De donde salen, de donde vienen, a donde van, las respuestas muchas veces son ambiguas y no aportan mucho para esclarecer con exactitud estas preguntas. Aun así, existen ciertas características que identifican a una entidad como yokai y les diferencian de espíritus y demonios.
Los yokai tienen gran cantidad de tao y muchas veces se originan de manera espontánea cuando ocurre una irregularidad en la red, esto principalmente se da en el Isekai, ya que el Ashihara posee muy poca densidad de energía. Un yokai puede surgir de objetos inanimados, plantas e incluso cadáveres o personas en ocasiones más especiales. Muchas veces que un objeto posea una gran carga sentimental puede gatillar una irregularidad y de eso el nacimiento de un yokai.
También pueden surgir como resultado de la cruza entre dos yokai e incluso uno solo, pues dependiendo del tipo pueden reproducirse de manera sexual o asexual, esto gracias a que los yokai deben de poseer una forma física para existir y no existen como entidades incorpóreas. Esto también ha permitido el origen de los Han’yo, el término con el que tradicionalmente se conoce a los semi-yokai o a los tieflings. Para que un yokai sea originario del Ashihara se deben cumplir una serie de condiciones ligadas estrechamente con las condiciones ambientales, el área geográfica y el flujo de energía presente.
También se puede considerar yokai a un animal que tras pasar un largo periodo de tiempo en el Isekai ha ganado habilidades mágicas o a un animal que naciera en el Isekai también se le reconocerá como yokai.
Los yokai tienen un amplio rango de capacidades cognitivas, algunos se comportan de manera animalística, impulsados por el instinto y las necesidades básicas, otros son tan inteligentes como las personas y pueden construir pequeñas sociedades en el Ashihara, por supuesto también se lo hay quienes se encuentren en el medio, no lo suficientemente listo para considerarse una persona, pero no lo suficientemente tonto para considerarse un animal.
Relación con las personas
Desde antaño que los yokai son reconocidos por los daños que han causado a las personas del Ashihara, es una enemistad que ha prevalecido durante milenios y probablemente jamás cambie de su estado natural. Es difícil saber con exactitud que es lo que motiva a un yokai a hostigar a las personas, puede ser su naturaleza juguetona o un sentimiento de odio en caso de haber surgido de objetos o cadáveres, algunos afirman que los yokai simplemente nacen con una predisposición a herir a las personas, ya que fueron imbuidos por los sentimientos de desprecio por los vivos que Izanami tenía en el momento de expulsar a Izanagi del yomi, como una especie de instinto natural que los empuja a desear alimentarse del pesar ajeno. Algunos de ideas más simples, afirman fervientemente que los yokai disfrutan de comer la carne de los seres del Ashihara, no hay más misterio.
En el caso de los yokai más inteligentes se trata de grupos ariscos con los que es muy difícil comunicarse, y de cuando se hace se expresan con morales, éticas y filosofías muy distintas a las de las personas, a veces hasta opuestas la una a la otra. Esto impide que ambos bandos puedan relacionarse de ninguna manera, las diferencias son demasiado grandes como para pavimentar un camino hacia la neutralidad. Desde la llegada de los cegadores, los roces entre personas y yokai están controlados y cado uno vive su propia existencia en su lado de los planos.
Pero existen bastas excepciones que en reiteradas ocasiones han roto el esquema que tan normalizado se tiene entre personas y yokai. Existe un espectro enorme de alineamientos en el mundo de los yokai y no todos devoran personas o se divierten causando tragedias, existen los yokai neutrales y los yokai buenos, entidades que si bien la mayoría del tiempo prefieren vivir alejados de los grupos de personas, hay algunos que son conocidos por habitar entornos urbanos y coexistir en harmonía con los lugareños. Algunos yokai, en especial aquellos de origen animal, suelen ser pasivos y simplemente existen en sus lugares sin molestar a otros, incluso hay quienes han conseguido la habilidad de amaestrar yokai para usarlos a su favor.
Hay una lista extensa de ejemplos de yokai interactuando de manera beneficiosa con las personas en busca de un bien común, quizá el caso más sonado entre los cegadores actuales sea el caso de Arashi, un antiguo y poderoso yokai que durante muchas décadas ha convivido con el clan Yún como un aliado e incluso un líder.
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