General
No se sabe con exactitud que fue exactamente lo que llevo al nacimiento del primer demonio, si es que alguien lo creo o si simplemente surgieron de manera natural, puesto que el mal es una contraparte inevitable del bien. Sea cual sea el origen de todos los males, hay una pequeña historia que tras popularizarse explica como podría haber sido posible su aumento en número.
Cuando Izanagi había terminado el mundo y se disponía a entrar en su largo sueño, fue enfrentado a un aura extraña, nueva y desconocida. Esta energía constaba de un enorme poder, pero también transmitía una sensación de frío y miedo que el dios primordial jamás había sido capaz de sentir, así que, dispuesto a eliminar el origen de este poder, ataco a la fuente del mismo con su lanza, hasta que pensó haberla destruido. Izanagi, sintiéndose satisfecho, volvió a sus planes originales y sucumbió a un sueño eterno para recuperarse de todo lo que había gastado al hacer el mundo, pero para mala suerte de sus hijos y creaciones, la energía había regresado, en donde antes había una ahora había diez y cada vez que una era destruida de la misma salían diez más. Al percatarse de que destruir la energía no servía de nada, se ordenó que se detuvieran los intentos de eliminarla, para evitar su mayor multiplicación por el mundo.
Por supuesto esto no salió muy bien, estas entidades, sin buenas intenciones, fueron causando pequeños desastres por donde pasaban y pronto las mismas personas empezaron a buscar medios para destruirlas, pero ignorantes de su poder solo consiguieron que se dividieran una y otra vez.
En el presente los demonios son sumamente numerosos, si bien son el tipo de entidad más difícil de encontrar, su amplia presencia es innegable, pues demonios poderosos han azotado al mundo con su poder en reiteradas ocasiones.
¿Qué es un demonio?
Un demonio es una acumulación de energía demoniaca, que forma una imagen corpórea y es capaz de extender sus influencias por enormes distancias. Con la capacidad de corromper energía a sus anchas, los demonios tienen el potencial de volverse tan poderosos como dioses y espíritus.
Existen dos subclases de demonios, los Yao y los Mo, si bien ambos son catalogados como demonios, son muy distintos el uno del otro.
Yao
Los demonios “Yao” están asociados a las bestias demoniacas o bestias espirituales (Yaoshou), que son animales que luego de vivir durante muchos años han conseguido la habilidad de cultivarse. Tienden a ser mucho más inteligentes que los animales mundanos y algunos son capaces de hablar en idiomas humanos. Los que han alcanzado una forma de cultivo alta incluso pueden transformarse en personas. Pero el Yao es un término amplio y también puede llegar a abarcar plantas y objetos inanimados encantados que hayan cobrado conciencia. Es muy fácil confundirlos con un yokai debido a la forma en la que funciona la energía demoniaca.
Durante mucho tiempo se debatió si los Yao deberían seguir siendo considerados demonios o no, ya que el término “demonio” carga una connotación malvada de por medio que no aplica en el caso de todos los Yao, puesto que los mismos no inherentemente malignos. En la mayoría de los casos, los demonios “buenos” o “amigables” con las personas son demonios Yao, y a diferencia de los Mo los demonios Yao no siempre son inmortales y pueden morir de forma natural.
Un caso conocido de demonio Yao fue el de Lady Tama, una gata que tras vivir muchos años se volvió un demonio Yao, tras morir su amo le dio un sepulcro y le construyo un templo, en el Yomi fue reencarnada como un espíritu y se volvió un símbolo de la buena suerte.
Mo
Un demonio Mo es lo que suele entrar como la concepción más conocida de demonio, criaturas inherentemente malévolas con una insaciable hambre de poder y crecimiento.
Inteligentes y astutos, los demonios Mo son capaces de ocultar su energía por completo, de tal manera que sea imposible de detectar, pueden camuflarla con alguna otra para hacer parecer que se trata energía espiritual corriente, imitando a otros espíritus y criaturas varias. Esto lo combinan con su naturaleza elusiva, precavidos y minuciosos, un demonio puede poseer cuerpos, espíritus y yokais con el fin de cumplir con sus deseos sin necesidad de involucrarse ellos mismos, las entidades bajo su control sirven casi como una extensión más de su cuerpo y a través de ellas pueden corromper energía, absorberla, manipularla o usarla como les plazca.
Los Mo son incapaces de multiplicarse por sí solos y tampoco surgen de manera espontánea como yokais y demonios, existe un número fijo de demonios existentes y solo aumenta cuando un demonio es destruido o se corrompe energía a través de un ritual. Al destruir un demonio este no morirá, puesto que la energía corrupta no puede volver a la normalidad por sí sola, los pedazos dispersos de energía se volverán demonios más débiles que buscaran hacerse más fuertes con el tiempo. Por supuesto, esto no significa que un demonio vaya por ahí abrazando al peligro sabiendo que es incapaz de morir, primero porque perdería todo su trabajo y segundo porque podría ser sellado.
Los demonios Mo tiene una amplia gama de representaciones, pero es importante saber que son ellos los que son capaces de alcanzar niéveles de poder más allá de los dioses, han sido causantes de cientos de desgracias y catástrofes.
Para poder llegar tan lejos un demonio tiene que consumir mucha energía en el periodo de su existencia, evitando ser detectados dentro de lo posible, para esto buscaran activamente transformar espíritus, otros demonios, personas y yokais en energía demoniaca que añadir a su propio cuerpo.
Relación con las personas
No hace falta profundizar mucho para saber el porqué los demonios son el enemigo de todos, personas, espíritus, yokais y dioses, nadie nunca está seguro al completo. Para que decir que en 3 ocasiones distintas demonios, que siempre están solos, han sido capaces de reducir clanes a cenizas y entrar al Takamanohara a la fuerza. La mayoría de las veces que ha ocurrido un cambio brusco en la jerarquía de los clanes de cegadores ha sido provocada por algún Mo. También hubo casos de emperadores y generales de guerra que durante años habían estado poseídos por demonios cometiendo crímenes despreciables.
Con lo inteligentes que son, los demonios saben hablar su camino hasta el corazón de las personas. Con promesas de poder, dinero y otras ambiciones se aprovechan de los individuos de temple frágil, ingenuos y hambrientos de poder, usando palabras cargadas de mentiras, agujeros y vacíos que les permitan explotar el máximo de la gente sin tener que ofrecer mucho a cambio. Estas tentadoras ofertas son las que impulsaron el crecimiento de la cultivación demoníaca, en la que, por un pacto, un recipiente se une a un demonio. El demonio posee gran control sobre la vasija y es capaz de transportar todo su poder de golpe al cuerpo, pero esto dañaría de muerte al individuo si el mismo no es lo suficientemente fuerte, así que suelen permitirles solo una pequeña parte de su poder. En caso de una emergencia, el demonio habitualmente sacrificará al recipiente para mover su energía de un punto a otro.
Nadie los quiere rondando libremente, así que se crearon una serie de pasos para detener a un demonio e incapacitarlo por completo, sin destruirlo, pero sin permitirle actuar de ninguna manera. Primero se debe exorcizar el recipiente del demonio, sea animal, objeto o persona, para sacar la energía del mismo, de ser posible también se buscara el cuerpo original para darle de baja también. Luego la energía se sellara a través de un ritual en un contenedor especial diseñado para contener a ese demonio en específico Por último, el sello se protegerá con templos y amuletos con tal de que dure por la eternidad.
Sin embargo, el método ideal siempre será purificar la energía demoníaca, en el caso de Mo más débiles esto se puede hacer con un pequeño rito, pero en el caso de demonios poderosos es extremadamente complicado y suele necesitar el acceso a alguno de los pocos objetos con la capacidad de purificar energía maldita. Los demonios más poderosos simplemente no pueden ser purificados, por lo que son sellados en prisiones especiales en un lugar inaccesible y deben ser constantemente curados para evitar fugas.
Combatir demonios es extenuante y peligroso, un cuerpo consciente débil o un cadáver puede ser controlado por los mimos sin perder sus habilidades, no se puede permitir la chance de dar de baja a cegadores en vano si sus muertes servirán para alimentar a la bestia. Atacar demonios fuertes solo está permitido con grupos de personas organizadas, poderosas y bien preparadas, con una estrategia a mano y armas que les permitan hacerle frente.
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