Boriente
Los borientes son mamíferos originarios de Senífini, con un tamaño mayor al de un caballo, son puro músculo y fuerza bruta, su principal característica es su capacidad de cambiar la tonalidad de su lomo a un tono marrón, motivo por el que la región de Lomorojo es conocida con este nombre.
Información básica
Anatomía
Cuadrúpedos de gran contextura, tienen la piel gruesa y rugosa, poseen un lomo que parece una joroba ubicado sobre sus cuartos delanteros, el cual se torna rojizo cuando el boriente se siente amenazado y cuando lucha con otros borientes, normalmente, por comida.
Su cabeza es corta comparada con el cuerpo, aunque tiene un grueso y poderoso cuello, de su cráneo sobresalen cuatro largos cuernos, que son en realidad dientes que no paran de crecer. Los borientes más viejos arrastran sus dientes inferiores. Tienen una resistencia magnífica, aunque tienen patas cortas, son capaces de mantener un trote ligero durante un tiempo prolongado.
Ecología y hábitat
Los borientes habitan las extensas sabanas y pastizales del oeste de Lomorojo, se alimentan de las hierbas bajas, raíces e inclusive de minerales, cuando escasea el pasto. Usan sus colmillos para triturar la roca y cavar en el suelo en busca de raíces y de minerales.
Los borientes viven en manadas y se desplazan por las llanuras en busca de comida constantemente, sus peleas, más que por pareja o territorio, son por una zona con comida, se atacan dirigiendo sus colmillos a la cara del contrario, algunos borientes mueren de hambre luego de haber perdido sus ojos en estos combates.
Los borientes son muy dados a generar estampidas cuando se sienten amenazados, estas estampidas son terriblemente destructivas, pues los animales no se detienen hasta recorrer varios kilómetros, incluso, algunos borientes más viejos podrían ver sus colmillos quebrados si son pisoteados en la estampida, debido a este comportamiento no es usual encontrar asentamientos en zonas de concentración de borientes.
Información adicional
Domesticación
Los borientes son muy temperamentales, pero si se crian desde recién nacidos y se forman camadas de sólo hembras, se hace posible su domesticación. Quienes los usan como bestias de carga, poseen manadas de hembras que mantienen de generación en generación. La búsqueda, captura y transporte de machos es un arte que algunos sefines cuidan con recelo, pues lo consideran parte de su cultura.
Cuando se comenzaron a usar los borientes como monturas para la guerra, se dice que un acaudalado jinete, quiso adecuar un boriente para que fuese montado por su hijo, así que le regaló un boriente recién nacido, el cual montó durante toda su vida. El chico era amarrado con cuerdas que pasaban por el vientre de la criatura, con el ajuste de estas cuerdas a través de los luxantes, la columna del animal se fue deformando. Los sefines consideraron esto una práctica en contra de la naturaleza, pero los jinetes lo vieron como una oportunida para aprovechar, pues su ubicación más baja sobre el animal traía beneficios en la guerra. Desde entonces existe una práctica, poco conocida, cara y lenta, de modificar la columna de los borientes desde que nacen, para ajustarla a un jinete específico.
Uso en la guerra
Los borientes son preciados por su uso en la guerra en donde se les da el uso tanto de monturas como de bestias de arrastre. Su gruesa piel los hace inmunes a las flechas y son difíciles de atravesar por las espadas y armas de mano. Sus colmillos sirven como lanzas al cargar en la vanguardia con ellos, y su tamaño y peso les permite arrollar con facilidad a la caballería enemiga. La desventaja de montarlos es que el jinete queda ubicado detrás del lomo y queda muy alto, sirviendo como blanco fácil para los arqueros enemigos, es por esto y para permitir al jinete dirigir más fácil las riendas, desde una posición más baja, que se modifica la columna de los borientes desde pequeños.
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