Guerra de la Sangre
La Guerra de la Sangre es un conflicto eterno y brutal entre las fuerzas infernales de los demonios del Abismo y los diablos de los 9 infiernos . Esta guerra cósmica lleva librándose desde tiempos inmemoriales y representa el choque fundamental entre el caos y el orden del mal. Ambos bandos compiten por la supremacía en los planos inferiores, y el conflicto ha devastado incontables territorios, dejando a su paso muerte, destrucción y una tensión constante que afecta a todos los planos.
El Abismo y los 9 infiernos son radicalmente opuestos en términos de ideología y forma de existencia. Mientras los demonios buscan la anarquía absoluta, la destrucción sin propósito y la ruina de todas las estructuras, los diablos representan el orden rígido, la jerarquía implacable y el control total sobre los mortales. Esta incompatibilidad fundamental entre el caos y el orden malvado es la raíz de la Guerra de la Sangre y hace que el conflicto sea inevitable e interminable.
The Conflict
Prelude
La historia de la Guerra de la Sangre se pierde en la antigüedad, y pocas entidades, incluso entre los inmortales, pueden recordar su origen exacto. Sin embargo, se cree que este conflicto comenzó cuando los demonios del Abismo empezaron a invadir los 9 infiernos en busca de nuevas tierras y almas para corromper. Esta invasión caótica fue percibida por los archidiablos como una amenaza a la estabilidad de sus reinos, y así se inició una guerra sin cuartel.
A medida que el conflicto avanzaba, los dos bandos se consolidaron en una guerra sin fin, donde cada victoria y derrota se convierten en un simple cambio de posiciones. Las fuerzas de Asmodeo , el Señor de los 9 infiernos , han buscado contener a los demonios en el Abismo y evitar que se expandan a otros planos, mientras que los demonios buscan perpetuar el caos y consumir todo a su paso. Con el tiempo, la Guerra de la Sangre se ha convertido en una parte esencial de la existencia de ambas facciones.
Campo de batalla
La Guerra de la Sangre se libra en varios planos y territorios que actúan como puntos estratégicos en el conflicto entre el caos y el orden. Estos campos de batalla están plagados de la energía destructiva y maligna que emanan ambos bandos, y son lugares donde el terreno mismo se deforma y corrompe debido a la continua exposición a fuerzas infernales y abisales.
Averno: La primera capa de los Nueve Infiernos es el principal campo de batalla en esta guerra, ya que actúa como la primera línea de defensa contra las invasiones del Abismo. Zariel, la archidiablesa de Averno, lidera a las tropas infernales en este frente y mantiene un control férreo sobre su territorio, desplegando ejércitos para contener la marea demoníaca que intenta invadir el Infierno. La estrategia de Zariel es incansable y brutal, buscando no solo contener a los demonios, sino lanzar ataques directos para llevar el conflicto al propio Abismo.
El Abismo: La naturaleza caótica del Abismo hace que sus propios territorios estén en constante cambio, lo que dificulta la invasión de los diablos. Sin embargo, algunos territorios abisales se consideran puntos clave para el avance infernal, y se han librado batallas épicas en los dominios de los príncipes demoníacos más poderosos, como los dominios de Demogorgon, Orcus y Graz’zt.
Planos intermedios y portales: En muchas ocasiones, la Guerra de la Sangre se extiende a los planos intermedios y a aquellos territorios donde existen portales o brechas entre el Abismo y los Nueve Infiernos. Estos portales son altamente disputados, ya que permiten el paso de tropas y suministros. Muchos mortales quedan atrapados en estas zonas de conflicto, y algunos grupos o cultos intentan intervenir en la guerra para ganar el favor de los diablos o los demonios.
El combate
La Guerra de la Sangre es un conflicto de alcance cósmico que trasciende cualquier otra guerra. Cada día, miles de demonios y diablos mueren en el campo de batalla, pero el conflicto sigue siendo interminable debido a la naturaleza inmortal de ambas facciones. Aunque las fuerzas demoníacas y diabólicas se consideran mutuamente enemigos, también comparten una interdependencia en la que ninguna facción puede destruir a la otra sin perder algo esencial en su propia existencia.
Los Demonios del Abismo: Son criaturas de pura destrucción y caos, interesados solo en expandir su influencia y devastar todo lo que encuentran. No tienen una estructura jerárquica rígida, sino que se rigen por la supervivencia del más fuerte. Cada demonio busca poder personal, y aunque algunos líderes, como Demogorgon , Orcus y Yeenoghu , tienen influencia, sus ejércitos son incontrolables y frecuentemente luchan entre sí. Su objetivo en la Guerra de la Sangre es destruir cualquier estructura o entidad que se interponga en su camino y llevar el caos a todos los planos.
Los Diablos de los Nueve Infiernos: En contraposición, los diablos son maestros del orden y la jerarquía. Cada nivel de los 9 infiernos está gobernado por un archidiablo, siendo Asmodeo el soberano absoluto. Los diablos creen que el orden es la clave para el control absoluto, y buscan conquistar el Abismo para imponer su estructura jerárquica. La Guerra de la Sangre representa para ellos una defensa de sus dominios y una oportunidad de expandir su influencia, sometiendo a los demonios al control infernal.
Los Demonios del Abismo: Son criaturas de pura destrucción y caos, interesados solo en expandir su influencia y devastar todo lo que encuentran. No tienen una estructura jerárquica rígida, sino que se rigen por la supervivencia del más fuerte. Cada demonio busca poder personal, y aunque algunos líderes, como Demogorgon , Orcus y Yeenoghu , tienen influencia, sus ejércitos son incontrolables y frecuentemente luchan entre sí. Su objetivo en la Guerra de la Sangre es destruir cualquier estructura o entidad que se interponga en su camino y llevar el caos a todos los planos.
Los Diablos de los Nueve Infiernos: En contraposición, los diablos son maestros del orden y la jerarquía. Cada nivel de los 9 infiernos está gobernado por un archidiablo, siendo Asmodeo el soberano absoluto. Los diablos creen que el orden es la clave para el control absoluto, y buscan conquistar el Abismo para imponer su estructura jerárquica. La Guerra de la Sangre representa para ellos una defensa de sus dominios y una oportunidad de expandir su influencia, sometiendo a los demonios al control infernal.
Comentarios