Fausto
Fausto es un tiefling azul nacido en
Ketterdam
Se crió en un orfanato hasta que decidió escapar para cumplir su sueño de encontrar a sus padres. Su plan de ganarse la vida por si solo fracasó al no encontrar trabajo y, como tantos otros niños, acabo mendigando por los bajos fondos de Ketterdam con apenas ocho años. Durante un invierno especialmente frío y tras varios días sin comer, Fausto se convenció a si mismo de que moriría. Aún sin ninguna pista sobre la identidad de sus padres y muerto de hambre, se durmió en un callejón convencido de que no vería el amanecer siguiente. Sin embargo, el tiefling encontró una moneda de oro abandonada en la calle y con ella pudo comprar pan para sobrevivir una noche más. Obsesionado con la moneda que le había salvado la vida, la robó poco después de gastarla (aunque si cojió una moneda cualquiera o la suya aún no se sabe) y volvió a utilizarla para comprarse un abrigo. Durante los meses siguientes fué repitiendo una y otra vez este proceso de gastar y robar hasta que su nivel de vida mejoró considerablemente (junto a su capacidad de robar monedas de oro, habilidad que le habrío muchas puertas en Ketterdam). Convencido ya completamente de que la moneda de oro velava por él, Fausto decidió dedicar su vida a la Diosa Fortuna (patrona del comercio de Ketterdam) y dejó que la moneda guiase sus pasos.
Basandose en decisiones de cara o cruz, Fausto dejó Ketterdam y vagabundeó por el norte de Vehlion. Nunca se estableció en ningun lugar por más de dos meses ni entablo amistades con nadie, pues sus costumbres erraticas lo llevaban por caminos diferentes. Sin embargo, la moneda (o la suerte) siempre lo mantubo vivo incluso allí donde muchos otros han muerto. En una expedición por el Mar de Fabilion (y por ordenes de la Diosa de la Fortuna), Fausto le robó a un mago una espada rota que le permite rasgar el espacio y crear portales de un lugar a otro. Dos años más tarde, la Diosa Fortuna quiso que Fausto se uniese al
El Segundo Ejército. Aunque solo estubo junto a ellos ocho meses y no consiguió ningún rango, entabló amistad con su superior, Liutenant Berth.
Tras abandonar el Segundo Ejército, se metió en líos en una taberna de Nouchâteau. A pesar de ser inocente, su moneda le indicó no defenderse y acabó ingresado en el hospital psiquiátrico de
Bethlem Hospital bajo la supervisión del Dr. Smollett. Allí le impidieron seguir las indicaciones de su moneda, por lo que intentó escapar en tres ocasiones. Finalmente lo consiguió úniendose a la party y ayundándoles a detener al culto de Swo Gaar. Tras ello vivió durante un tiempo en Ravenwood (una noche en teoría pero queda feo) y acompañó a nuestros héroes a Saint Michel, donde no hizo mucha cosa a parte de comer.
Fue convocado como testigo en el juicio contra la party por el assesinato del Rey Meliodas. Mientras esperaba para testificar, fue testimonio del secuestro de Temera y cuando los secuestradores lo amenazarón con matarle si no colaboraba, la Diosa de la Fortuna lo obligó a traicionar a los únicos amigos que jamás había tenido. Estubo a punto de matar a Temera, y huyó con los secuestradores a Vitrun, tan solo apareciendo más tarde en Ketterdam como vendedor de cristal en el Pulpo. Por ello, fue asesinado y luego resucitado por Chazzadriel. Su vida pertenece ahora a Morrigan a causa de un pacto que ninguno de los dos quiso hacer, pero fué necesario para poder traerlo de vuelta al mundo de los vivos.
Children
Belief/Deity
Fortuna
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