Luna Delimbyir Character in Tethyr: Tierras de Intriga | World Anvil
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Luna Delimbyir

Luna Delimbyir

Todo empezó en la ciudad en la que vivíamos cuando yo era pequeña. Mi madre era la curandera que había en aquella pequeña ciudad y la verdad es que mis padres eran, ambos, un poco peculiares. No menos cierto era que la gente de nuestro entorno en general nos quería y apreciaba esas peculiaridades, Tanto la pasión de mi madre por la naturaleza, y, en concreto, por los pájaros, como la faceta artística de mi padre y su peculiar afición a la ropa interior estampada por él mismo. Eran de especial conocimiento y motivos de risas, sus calzoncillos de lunares y de corazones secándose junto a la ventana.   A todos nos gustaba mucho vivir en el campo, pero ellos decían que la ciudad nos daría a todos más oportunidades. Tanto a ellos como a mis dos hermanas y a mi, así que nos adaptamos y aprendimos a disfrutar de sus ventajas.   Tras un cambo político en la ciudad y la llegada de nuevos vecinos, el ambiente pareció enrarecerse y yo me sentía cada vez menos cómoda en nuestra casa.   Alerté de la presencia de animales muertos en nuestro entorno. Mi madre decía que que se debía a las pobres condiciones de salud y limpieza que había. Yo le decía si no le parecía suficiente motivo para largarnos de allí, pero se negaba a escuchar. Poco a poco, observé que la presencia de animales muertos era sólo en el entorno de nuestra casa, que en otros lugares de la ciudad, había (sucierdada, lol) suciedad, pero no animales muertos.   Mi padre confesó haber retirado ratones muertos de la puerta de nuestra casa en varias ocasiones.   Una noche, estando contemplando la luna desde la cama a través del balcón, oí un crujido de maderas en nuestro salón, en la planta de abajo. Salí sigilosa de la habitación y me asomé por el hueco de la escalera.   Vi una sombra moverse abajo y bajé corriendo ruidosamente las escaleras. Un alarido se sumó a mi estruendo y la puerta de la casa se cerró justo cuando dejaba atrás el último escalón y llegaba al salón jadeando.   Fue entonces cuando vi el cadáver de un gato de unos pocos meses sobre la mesa de nuestro salón. Me quedé un segundo inmóvil, y sin saber cómo, mis piernas me lanzaban como un resorte hacia la puerta, la abrí, y salí a la calle, dispuesta a matar al asesino si era necesario, Sólo podía oír mi respiración acelerada. Todo lo demás era silencio, quietud y calma.   Al entrar en la casa vi que mis padres habían bajado al salón sin saber muy bien qué ocurría. Les conté lo que había presenciado. "Tiene que ser el vecino nuevo, seguro, es curandero, seguro que quiere echarnos".   —Pero qué tonterías tienes, si tu madre estuvo ayer hablando con él, van a colaborar.   —No me lo creo, nos quiere echar - dije con lágrimas de rabia en los ojos.   Vi cómo se miraban condescendientes y me mandaron a dormir.   La noche siguiente, cuando ya estaba toda la casa en silencio, bajé sin hacer el más mínimo sonido y me escondí en el armario de las escobas, desde donde veía todo el salón, ténuemente iluminado por la luna casi nueva que había aquella noche. Apenas se veía, pero algo podía vislumbrar.. nadie se metería en casa ajena con la luna llena iluminando el salón.   De nuevo pude oír el crujido de maderas y, cual no fue mi sorpresa al ver una sombra salir desde dentro de la casa hacia la puerta que se habría. Reconocí la voz de mi padre. Mi madre bajaba de dos en dos las escaleras. La sombra que había entrado por la puerta se esfumó ante mis atónitos ojos y, procesando toda la información, abrí lentamente la puerta del armario en el que me encontraba. "Es él, Luna tenía razón, es él, es él ." Repetía mi padre mirando seriamente a mi madre.   —¿Es quien? —preguntaba mi madre, sin acabar de entender,   —El que nos deja los animales muertos en casa, el vecino, tenemos que irnos de aquí.   Repitió esa frase varias veces como un mantra mientras mi madre le curaba y yo seguí las órdenes que me daba para curarla. Retuve en la memoria cada paso del proceso, obedeciendo como una autómata mientras intentaba comprender por qué hacía cada cosa que hacía por qué aquel hombre quería echarnos de es forma tan ruin.   Fue así como nos fuimos al campo. Mis dos hermanas, que vivían en otra zona de la ciudad, decidieron quedarse. mi padre nunca se lo perdonó. Las entendía pero lo vivió como una traición. O a lo mejor simplemente las echaba de menos...   Durante un época, mi madre se dedicaba a contemplar los pájaros, a alabar su libertad y lamentarse de sus desdichas. Luego, ante las quejas de mi padre, decidió callar.   Él, sin embargo, se encerró en su taller, a lamerse sus heridas y pedir que lo dejaran solo. El miedo y el silencio reinaban en el hogar, si así podía llamarse.   Yo estaba contenta de por fin vivir en el campo, pero no soportaba ver así a mis padres, así que cada día buscaba flores y las dejaba en el salón para mi madre y en el taller para mi padre.   Al hacerme amiga de algunos animales de la zona, el entorno empezó a resultar más apacible. A escondidas, con su ayuda, a veces iba a la ciudad a ver a mis hermanas. Empecé a traer libros de pájaros para mi madre y maderas para la artesanía de mi padre. Nunca hicieron muchas preguntas, igual se imaginaban que estaba pasando por la ciudad de vez en cuando, pero no pareció preocuparles especialmente.   Con el tiempo, y a base de insistir, mi madre empezó a plantar y a dejarle la cosecha en la cocina (y en el taller si hacía falta) la cosecha para que cocinara. Empezábamos a oír a mi padre canturrear de vez en cuando en la cocina o en el taller y empezaba a reclamar ocasionalmente nuestra compañía. Le gustaba imitar a las folclóricas de Velen, y, aunque cantaba muy bien, resultaba insufrible. Un día nos sorprendió a mi madre y a mi con unos colgantes de madera finísimamente tallados.   El mío era una flor y el de mi madre un pájaro. Mi madre, para participar de ello, escribió mi nombre por la parte trasera de la flor, junto con una diminuta luna decreciente. Yo hice lo que pude por tallar su nombre en la parte lisa del pájaro que mi padre había tallado,

Social

Creencias religiosas

Eldath

Aficiones y mascotas

Luna viaja casi siempre acompañada de su compañera Cuca , una águila real con la que tiene un fuerte vínculo y que, debido a éste, está creciendo en tamaño poder e inteligencia.
Cuando Luna está en alguna ciudad o en lugares inquietantes para Cuca, como cuevas angostas, ésta le espera volando sobre la zona.

Relationships

Cuca

Animal companion (Important)

Towards Luna Delimbyir

5
5

Luna Delimbyir

companion (Important)

Towards Cuca

5
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Character Location
Current Location
Tehtyr
View Character Profile
Alineamiento
Neutral buena
Especie
Títulos honoríficos y profesionales
Lugar de nacimiento
Trademeet
Spouses
Siblings
Children
Gender
Mujer
Ojos
Desconocido
Pelo
Desconocido
Estatura
5' 3'' (1,60 m)
Peso
125 lb (57 kg)
Organización relacionada
Known Languages
Común, druídico, dracónico

Transformaciones druídicas


Transformaciones druídicas (medianas) Transformaciones druídicas (grandes) Transformaciones druídicas (glosario)

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