Segunda Batalla de la Creación

Tras la partida de los Espiritus Soberanos , las fuerzas congregadas alrededor de Esiel se asentaron formando 6 planetas orbitando las ardientes llamas que envolvían la rotura entre los planos resultante de la creación de Nahar.
El campo de batalla se fue limpiando, concentrandose en seis focos, los seis grandes orbes. Thilora , Harlora e Isuora tenían concentrada la mayor parte de las creaciones tocadas por Nahar, por tanto se situaban cerca de las abrasadoras llamas de Esiel. Roca y metales fundidos, ardientes nubes de gas y vapor rodeaban estos orbes haciendo que brillasen en la oscuridad. Thilora, el más cercano a Esiel, era el hogar de la luz y la oscuridad al mismo tiempo, pues mientras una de sus mitadas estaba bañada constantemente en la cegadora luz de la estrella, la otra estaba siempre sumida en la oscuridad.

Al otro lado del campo de batalla, se situaban los más cercanos a @Rahan. Erandolo , Ascelo y Thandelo. en ellos habitaban las esencias de la tierra, el metal y el agua, vigilando constantemente y conteniendo las llamas de Nahar.

Sin embargo, los fragmentos de Esencia arrancados al plano inmaterial que los contenían habían impregnado los fragmentos de materia que quedaban tras la Primera batalla de la Creacíón y al concentrarse en los grandes orbes, esa voluntad se hizo fuerte, tanto que, tras millones de años, el espiritu de Thandelo se lanzó al ataque contra Isuora arrancando parte del orbe que habia formado y arrastrando esa materia tras de si. Una vez lanzado el ataque, el resto de orbes se lanzaron también viéndolo como una oportunidad de romper por fin el equilibrio que se había mantenido durante eones. En este ataque, la inmensa cantidad de Esencia que formaba los Grandes Espiritus arrancó una parte de los orbes en los que se habían formado y esa materia que los envolvía la usaron en su ataque.

Toda esa materia y voluntad colisionó en un punto intermedio creando un cuarto planeta en orbita, Selius contenia elementos de todo lo creado así como arremolinaba en su seno la Esencia primigenia, las voluntades de Nahar y Rahan y las ideas y conceptos arrancados al reino inmaterial utilizados por los Grandes Espiritus para arrastrar la materia desde los orbes en los que se crearon hasta el campo de batalla. La colisión entre Thandelo e Isuora, los más próximos, fue cataclismica, pero la llegada de los otros 4 provocó que las esencias de los Grandes Espiritus quedase desgarrada y vinculada al nuevo orbe que acababan de crear en su enfrentamiento. Durante milenios la tempestad de materia y esencia que era el nuevo planeta Selius fué enfriándose, calmándose y forjando un lugar en el que el combate por el equilibrio se seguía luchando día a día. La mayor parte de la materia traída de los cuatro orbes más lejanos fue integrada en el nuevo planeta, pero en su orbita quedaron restos de ellos que lentamente se convirtieron en las 4 lunas que orbitan Selius

Mientras la materia del planeta se asentaba, la tempestad de esencia inmaterial que eran los restos de los Grandes Espiritus se separó y formó lentamente los Espirítus Cardinales.