Para el 475 D.R., la última resistencia organizada cayó. La Tribu Lobo Negro, semiorcos que habían intentado desafiar el dominio de los vampiros, desapareció por completo. Sus aldeas fueron reducidas a cenizas, y sus cuerpos, según los rumores, fueron desmembrados y cazados por puro entretenimiento de la nobleza vampírica.