Carnaval de Condal
Con los primeros sonidos del cuerno, algunos comerciantes llegan al lugar para elegir un buen sitio donde emplazar sus carpas, aquellos que han elegido dormir en el sitio que eligieron despiertan a sus compañeros mientras se dirigen al lago en busca de agua. A medida que el sol gira en el cielo van llegando los soldados que guardan la tranquilidad del parque y poco a poco va tomando forma un entramado de puestos de comida, venta de dijes, carpas de espectáculos y un bullicio de personas que van inundando el gran parque real de Condal.
Historia
Luego de que la ciudad comenzara a crecer en habitantes y edificaciones, la realeza decidió crear un espacio amurallado en una colina al noroeste de la ciudad, allí migraría con las principales casas nobles en un espacio lo suficientemente grande como para no preocuparse más por la expansión de la ciudad.
El terreno que antes habitaba la realeza, incluido un pequeño lago, fue rápidamente ocupado por desahuciados de la ciudad, convirtiéndose en una zona de tránsito peligroso. Ante las constantes quejas de los habitantes, el rey de turno decidió declarar el lugar un parque, con la prohibición de construir en el mismo, además, se creó un espacio abierto, cercano al parque, donde se inició la construcción de un Gran Templo, los que vivían en esta zona fueron reubicados.
Una vez estuvo construído el Gran Templo, los comerciantes, devotos y en general, los habitantes de los distritos cercanos, decidieron celebrar un gran festival de la siembra, nada más iniciar quamón. Usando el parque real como antesala y el festival como método para atraer aventureros, el comercio alrededor del Gran Templo aumentó de tal forma que se dispararon la cantidad de posadas, tabernas, graneros y otros tantos sitios de venta de víveres.
Con el éxito del festival, pero la inseguridad que esto traía a la ciudad, la realeza decide establecer un rango de fechas para los posteriores festivales, aportar una cuota de guardias y cobrar un impuesto a quienes deseen participar del mismo, asegurándoles un espacio en el gran parque real. Con el tiempo, el festival se ha convertido en un carnaval multicolor, una explosión de artes y un bullir multicultural que ha servido para posicionar a Condal como la capital no oficial de Aedal, ganándose el título de Baluarte del viajero.
Ejecución
Los que desean participar activamente del carnaval deben enviar una solicitud al rey, indicando claramente los productos o servicios que prestarán en el evento, además de la cantidad de personas que podrán recibir y el valor de sus productos o servicios. Dicha solicitud es estudiada por asistentes del rey, los cuales pueden rechazarla o aceptarla con ciertas condiciones, asegurándose que no se cobren precios exagerados a los visitantes ni se faciliten los negocios turbios.
Cada participante, con su autorización aprobada, tendrá un espacio asignado en el parque real de la ciudad, pero no un sitio específico, por lo que dependerá de cada uno elegir un punto donde emplazar su puesto. Los primeros ciclos de quamón, los participantes comienzan con el levantamiento de sus carpas, dentro de las cuales venderán sus productos o prestarán sus servicios. Entre el 5 y el 15 de quamón se celebra el carnaval, el cual asegura posadas, diezmos en los templos y transacciones por doquier.
Productos y servicios ofrecidos
El carnaval provee de entretenimiento para todas las edades y razas, en las fechas del evento se pueden encontrar juglares declamando la más bella poesía, bardos interpretando melódicas canciones de leyendas, bailarines habilidosos que invitan a seguirles, además existen pequeñas carpas donde se presentan obras de teatro, con actores o con títeres.
Aunque la comida siempre será algo buscado, aquella que se vende en el parque real durante el carnaval está muy orientada a saciar el hambre inmediata de sus asistentes, son comunes los dulces coloridos, confituras, pasteles, salchichas y carne azucarada en palillo.
Si se buscan otros bienes escasos y diferentes, los artesanos del lugar ofrecen variedad de jabones, cremas, ungüentos, dijes, aretes y anillos. Para los más chicos se crean juguetes de madera muy coloridos, ya sea para jugar en solitario o para jugar contra alguien más. Algunos de estos se crean durante el tiempo que dura el carnaval.
Comentarios