Redivivo
Espíritus iracundos consumidos por la venganza, los redivivos poseen cadáveres y en raras ocasiones otros materiales, utilizándolos para buscar justicia o desatar su furia sobre aquellos que les hicieron daño. Los retornados se niegan a descansar hasta que aquellos a quienes buscan castigar hayan desaparecido. Si sus cuerpos son destruidos, los redivivos toman nuevas formas y continúan su implacable búsqueda.
Los retornados poseen los cuerpos que tuvieron en vida, utilizándolos para perseguir a sus asesinos. Si sus cuerpos son destruidos, toman el control de nuevos cuerpos, que gradualmente cambian hasta asemejarse a sus formas originales.
Sigismund les explico a Los Buscadores las habilidades que tenía un redivivo cuando William Dilaurentis comenzo a perseguir a Syleneth, entre ellas se encontraba que son inmunes al veneno y al daño psíquico. Su condición les permite sanar rápidamente las heridas que sufren, regenerando su cuerpo con rapidez a menos que el fuego o el daño radiante interrumpan este proceso. Sin embargo, incluso cuando su carne es consumida por las llamas su maldición les impide desvanecerse del todo. Si su alma no es contenida, exorcizada o destruida de alguna manera, en el transcurso de un día encontrarán un nuevo cuerpo que les permita continuar su búsqueda.
La sola presencia de un redivivo es suficiente para infundir terror. Su mirada, ardiente de rencor, es capaz de doblegar la voluntad de sus víctimas, sembrando el pánico en sus corazones. Aquel que caiga bajo el influjo de su odio se verá atormentado por visiones de su propia muerte y sentirá la parálisis recorrer su cuerpo como un sudario helado si ha sido marcado por el juramento del redivivo. El Juramento de Venganza es el lazo irrompible que une al redivivo con su presa. Con una sola maldición, la víctima queda vinculada a su perseguidor, incapaz de escapar de su destino. Sin importar en qué rincón del mundo o en qué plano intente ocultarse, el retornado siempre sabrá su ubicación exacta. No descansará, no desviará su propósito, y no permitirá que la muerte le arrebate su venganza. Solo cuando la deuda de sangre sea saldada, el espíritu del retornado encontrará la paz… aunque algunos, consumidos por el odio que les dio forma, descubren que el cumplimiento de su venganza no es suficiente para calmar la tormenta que habita en su interior. Solo pueden maldecirte de esta manera si se acercan lo suficiente a ti.
Los Buscadores solo se han enfrentado a un redivivo en sus viajes y ese fue William Dilaurentis.