Creación de los Corvandios

Se dice que antaño los corvandios eran las creaciones más orgullosas del dios Orlux . Funcionando como emisores de la luz y la sombra, sobrevolaban el Sobremundo con sus gloriosas alas. Tanto era su poder que hasta Cárver los eligió para ser sus primeros psicopompos y servir al ciclo de almas.

Pero un día Orl y Ux (los dos cuervos que representan la luz y la oscuridad, respectivamente) se pelearon, dejaron de volar alrededor de Asla y decidieron volar libremente por el firmamento. Esto provocó que el Sol dejara de brillar y reinara el caos sobre la superficie.

Aetrio apareció enfadado ante los dos cuervos y los castigó maldiciendo a sus creaciones favoritas: los corvandios.

Ese fue el momento en el que los corvandios perdieron las alas y cayeron al Nexo, desprovistos de deidad ni de sus característicos poderes esquirlados.

A partir de entonces, los corvandios se ganaron fama de estar "malditos", y tratarían por encima de todo recuperar su posición divina mediante la devoción y el rezo.

La inmensa mayoría de corvandios comenzaron a prestar culto a Ninja, formando parte de la Orden de la Katana y creando una de las mayores asociaciones de perfeccionistas de las Tierras del Norte.

Otros, sin embargo, decidieron vivir en las más altas montañas y tratar de que sus huevos estuvieran lo más cercanos posibles al Sobremundo, para poder acercarse a sus dioses originales. Mediante estas técnicas, algunos corvandios nacen con conexiones con el Sobremundo en forma de pequeños rastros de magia pseudoelemental de electricidad, o conjuros de vitalidad en honor a su antiguo servicio como psicopompos.