Último Escala Majstru la Teron Character in Terra | World Anvil
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Último Escala Majstru la Teron

Lord Último

Emperador de Escalia

Último Escala Majstru la Teron (3 de Nio del 2459), más conocido como Lord Último, es el emperador del Imperio Escala y de la región de Escalia. Es el antagonista principal de Katia la Salvadora a partir de la [[tercera novela]]. Debido al [[ritual de contraescritura]], ahora ha sido suplantado por Eder Espinoza. Con sólo 13 años de edad, sus habilidades de liderazgo y predicción, así como su depravación, han llevado a Escalia a crecer de forma enorme.

Mental characteristics

Historia personal

Orígenes

Último Escala es el hijo del emperador Imper Escala y la ingeniera Salma la Teron. Cuando fue dado a luz un enorme poder caótico emanaba de él, tal que las matronas y doctores cercanos cayeron desamayados.   Durante sus primeros años sus padres fueron muy cautelosos con él y apegados, siendo Imper Escala muy consciente de la necesidad de controlar su poder innato: al igual que él, Último tenía un poder abrumador.   Por desgracia, desde que nació Último, Imper se vio azotado por un flujo de datos mayor que le impedía más y más actuar con coordinación o simplemente recordar qué estaba haciendo. Salma pasaba la mayor parte del tiempo tratando con ese problema de Imper, mientras que Último quedaba en un segundo plano.   Para intentar llamar la atención de sus padres trataba de usar sus habilidades: rompía cosas, hacía volar a los siervos, en ocasiones hasta despertaba a sus padres sin más motivo que molestarles. Con esto Último lograba que, aunque fuesen regañinas y castigos, la atención de sus padres se centrase en él.

El niño problemático

Pero este comportamiento infantil no serviría siempre. La enfermedad de Imper empeoró por momentos, con lo que el emperador y Salma no tenían tiempo para hacer casos a esas niñerías. Le prohibieron actuar con sus poderes contra los siervos y destruir objetos. Pero los súbditos tampoco eran capaces de controlar al joven Último, pues podía zafarse de todo.   En ese punto Mala de Escalia, la hada, se ofreció para controlar al niño de 7 años. Fue todo un desafío para la hada, pues el niño buscaba las formas más imaginativas de molestar para lograr que sus padres tratasen con él. Como ejemplos de esto, algunas cosas que hizo fueron:  
  • Mató a sangre fría a todos los caballos del establo porque no quería que sus padres asistiesen a una reunión diplomática, cosa que sucedió pero dejó en muy mala posición al Imperio.
  • Quemó dos tabernas para ver cómo ardían.
  • Constantemente intentaba acertar con sus dardos a los siervos en la médula, Mala desarrolló un instinto para evitar que los dardos atinasen.
  • Huía del palacio cada pocas semanas, Mala se encargó de localizarle siempre
  • Iniciaba conflictos de forma indirecta, por ejemplo hacer creer que un soldado había robado a otro, y aunque se solucionase el problema por intervención de Mala o no, siempre quedarían rencillas.

La verdad y la profecía

La mayor de sus travesuras fue también el comienzo de su cambio de comportamiento. Con 8 años de edad Último pidió a los soldados que atacasen un pueblo inocente porque "quería oir gritos". Obviamente ante un razonamiento tan egoísta y sin sentido se negaron. Lo siguiente que hizo Último fue dirigirse a la mazmorra de Asta y romper dos de los sellos que evitaban el surgimiento de monstruos, y derruyó partes del subterráneo para dirigir a las bestias hacia el pueblo.   Mala de Escalia trató de disuadirlo, pero era tarde, los monstruos ya estaban en camino, casi poseídos por el poder de Último. La fuerza de Mala no fue suficiente para vencer a Último, y este la dejó derrotada en el subterráneo.   Una gran masacre se retrató mientras Último flotaba sobre el pueblo como un espectador. Disfrutaba de la agonía, cuando un poder abrumador y anormal apareció tras él: su padre, Imper. El emperador le ordenó que retirase a los monstruos y discutió con él por su comportamiento. Último devolvió las palabras, mezclando su resentimiento porque sus padres nunca estaban con él y agregando que Imper estaba perdiendo el juicio.   Último tuvo entonces la charla más profunda que jamás ha tenido con su padre. Imper admitió que le quedaba poco, que su mente casi no le pertenecía. Acto seguido mató con un haz de luz a todos los monstruos, y dijo que a pesar de todo quería a Último. Decidió contarle sobre su vida: sobre su infancia, sobre su mal comportamiento, sobre el día que los abuelos de Último, Hope y Sarah, se sacrificaron por la profecía, y sobre cómo la luz de esa profecía ahora le estaba matando.   Pero en lugar de aceptarlo, Último atacó a su padre a grito de "no me creo tus mentiras". Fue una estupidez, ya que al segundo después, los brazos de Último ya no existían. Cayó al suelo, pero no se desmayó; Imper se encargó de que no perdiera la consciencia y cerró sus heridas.   Obligado y sin fuerzas para contradecirlo, Último siguió a pie a su padre. Claramente Imper podría haberles hecho volar hasta el lugar, pero como si fuese una penitencia, le hizo caminar atado hasta el Palacio de la Rueda Dorada desde el pueblo, ante el asombro de todos, sin decir una palabra.   En Palacio, Salma rompió a llorar cuando vio a su marido acompañando a su hijo en ese estado. Imper ordenó abrir el acceso a la mazmorra de Asta, y junto a su hijo, avanzaron a las profundidades solos. Último no comprendía a dónde se dirigían.   Hasta ahora Último sólo había accedido a los primeros niveles de la mazmorra, pensando que los peligros no eran para tanto. pero al pisar el cuarto nivel cambió su perspectiva: las bestias y trampas eran cada vez más intrincadas. Cierto es que él pensaba haber podido vencer a muchas, pero cuanto más profundizaban, se hizo consciente de que ni aunque volviese a tener los brazos sería capaz de enfrentar a esos monstruos y bestias que ahora mismo su padre, Imper, vencía casi con desgana en ocasiones y en otras como si conociese todas sus debilidades.   Por primera vez Último pudo acceder al octavo piso de la mazmorra de Asta. Por si mismo presenció las pruebas de la profecía, cuando sólo tenía 8 años. Con una prueba tan cierta Último cambió por completo su percepción sobre su padre: ya no era un mandatario egoísta que le odiaba, era más como un hombre que había dado con un cruel destino, uno que era consciente por completo de todo lo que le pasaría y aún así actuaba por el futuro.   Al salir de la mazmorra, Salma abrazó a Último, y este sólo dijo "Lo siento mucho. Jamás volveré a daros un problema. Seré el digno emperador que queréis que sea".

Conspiración y preparación

Último tardó 3 meses en regenerar su brazos, valiéndose de su poder pues como castigo tuvo prohibido usar ningún recurso del Imperio para sanarse. Lo cierto es que Mala de Escalia también ayudo en el proceso, introduciendo a hurtadillas hierbas y medicinas, así como usando sus propias habilidades xénicas.   Durante los 3 años que siguieron a la revelación, Último Escala fue fiel a su palabra de no molestar a sus padres. Retomó sus abandonados estudios y conoció la estructura política del mundo, la geografía, estudió seres vivos y las diferentes formas de magia, aunque era reacio a practicarlas por miedo a su padre. Sobre todo, se centró en trazar un plan para luchar contra la profecía, pero a diferencia de sus antecesores decidió ser mucho más directo: había que ser más eficiente, más directo, mucho más duros y dominar terrenos sin importar la humanidad, y destruir sin demora a Calibria. Lo haría cuando fuese emperador.   En esos años, la enfermedad de su padre llegó a su culmen y su madre, Salma la Teron, tomó el trono como Emperatriz Regente. Este movimiento no gustó a Último, que desde el principio rechazó esa elección. Por desgracia le fue imposible discutir el tema con su padre, pues en los pocos momentos de lucidez que tenía sólo le decía que confiaba en las decisiones de Salma.   Pero todo esto, a su forma de ver, iba en favor de cumplir la profecía del fin. Si su madre se mantenía en el trono, incluso como regente temporal, puede que Último no tuviese tiempo para aplicar las medidas necesarias para luchar contra profecía.   Así Último se centró en mejorar su red de contactos y sus aliados, poniendo bajo su brazo a miembros importantes del Imperio que le ayudarían a derrocar a su madre justo cuando Imper falleciese:  
  • Oliver Platino, aspirante a ministro de finanzas. Coinciden en que el estado de la economía del Imperio está en decadencia desde hace una década, pues el emperador y su mujer dejaron esos menesteres a gente muy corruptible e irresponsable.
  • Mala de Escalia, la hada. La realidad es que Mala no tenía por qué ayudar, pero insistió declarando su amor hacia Último. Este no comprendió nada, pero reconoció que su habilidad era indudable, además de tener una gran edad y conocimientos de varias generaciones de su familia. Ella sería la encargada de justificar legalmente su ascenso.
  • Dolio Desma, capitán del Imperio. Muy reconocido en el ejército, aceptó porque sabe que con Último tendrá batallas aseguradas. Su posición militar ayudaría al golpe de estado.
  • Tiran y Corona Rcife, hijos del duque vampiro. Dado que Tiran es un de los pocos amigos de Último, arrastraría sin problemas a su hermana Corona y a todo el bosque de Sangre si es necesario para apoyar a Último.
Cabe anotar que, aunque no abusase de los súbditos ni del Imperio, tomó por costumbre desatar su ira contra los grandes insectos, haciendo que el territorio de estos variase.

Ascenso al trono

A pesar de todo Último dudaba en el último instante. Cuando Imper Escala falleció el año 2470, sus últimas palabras en su agonía aparentemente sin sentido para los demás tuvieron todo el sentido para Último: su padre estaba viendo el futuro en el que fracasaban. Sin duda debía actuar tajantemente para que eso no se cumpliese. Debía destronar a su madre y ser coronado.   El nuevo Último de 11 años ya no era el niño problemático y sus actos de estos años se ganaron el respeto en palacio. Así, unido a los apoyos que recolectó, tomó a su madre sin miramientos y la encarceló.   Último acusó a su madre de intentar acaparar el trono y tanto a ella como a su padre de llevar al Imperio al estado actual: abandono, corrupción en muchas partes, una pérdida considerable de territorio, y todo porque se centraban en crear herramientas y artilugios que sólo ellos comprendían. Último alegó que no tenían la valentía de usar los recursos auténticos del Imperio, y mucho menos eran capaces de tomar medidas duras.

El Imperio del Lord

Último empezó un gobierno de hierro y dureza. Su palabra era la ley más pura, y pronto comenzó a poner en marcha su plan militar. En primer lugar, Último declaró que se usarían renacidos para cultivar y alimentar al ejército, llevando a la ruina a cientos de ciudadanos que se vieron sin empleo. Esto llevó a revueltas territoriales en muchos lugares.   Gran parte de la población fue recolocada para tomar empleos en la producción de armas, aprovechando algunos de los planes de industrialización que sus padres solo aplicaron de forma experimental. De hecho, utilizó esta misma maquinaria para explotar la misma mazmorra de Asta, al menos hasta el segundo nivel, extrayendo vetas de maná y materiales útiles para la batalla.   Mandó a ejecutar a todos los sospechosos de espionaje, sin ningún tipo de juicio, con sus propias manos y con su puño de hierro. Todo aquel contrario al Imperio también se vio en prisión, y los que públicamente hablasen en contra del trono podían ser goleados sin revisión. Su bastedad y dureza se extendieron como pólvora en la rumorología y su perspectiva dictatorial entró casi de forma natural entre los soldados.   Ese nuevo comportamiento hizo que la hada antes siempre apagada, Mala, recordase un brillo que no había visto en cientos de años, desde que perdió a su querida Sincera. No le cabían dudas de su enamoramiento.   Sin duda, Último creo una dictadura. Todo lo que hacía, según él, era para el bien de toda Escalia, pero interiormente sabía que era para evitar la profecía del fin. Aunque externamente reconocía que cualquiera pensaría que era un monstruo, el plan para destruir a Calibria y unir el mundo debía pasar por esos pasos. En absoluto disfrutaba dañando a su población ahora, pero era necesario.   En esos 2 años como emperador, reconquistó 7 ciudades antaño pertenecientes al Imperio, recuperándolas del mundo salvaje o los falsos mandatarios. También anexionó bajo su mando a 3 aldeas de leónidos, gracias a que por casualidad la familia Rugidoblanco se vio en deuda por sus vidas, y con esto consiguió a Yagoco Rugidoblanco como mayordomo.   Por desgracia esa reconquista interna no permitía a Último centrase en las batallas externas, dejando esos menesteres a cargo de sus súbditos leales. El problema para el ejército fue que los enfrentamientos con el Reino de Grandiosa eran más duros de lo esperado, y ambos países llegaron a un estado de bloqueo donde ninguno avanzaba territorio. La batalla en los Eriales de Pabezistán, el acceso natural entre los dos países, parecía no tener fin. En la historia   En el mes Malo del año 2474, tanto Último como los más poderosos del Imperio sintieron un estallido de energía. Último lo reconoció, sólo podía ser la espada Calibria despertando. El tiempo se agotaba, había que actuar pronto. Localizar al portador, matarlo, y destruir a Calibria, antes de que el mundo viese llegar el fin.
Nivel de Relevancia
9/10
Fecha de nacimiento
3 de Nio del 2459
Ubicación actual
Especie
Títulos honoríficos y profesionales
Lord Último, Gran Señor, Amo de la Rueda Dorada
Year of Birth
11531 AC 14 Years old
Lugar de nacimiento
Asta
Family
Children
Residencia actual
Palacio de la Rueda Dorada
Gender
Hombre
Organización relacionada
Mitos relacionados
Deseos
Conquistar toda Escalia, Salvaguardar su familia, Salvaguardar a la humanidad, Evitar la profecía

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