Arbol Ardiente

Descripción

Árbol imbuido de la esencia del fuego lejanamente emparentado con los robles y las encinas. Tiene una copa en forma de cúpula con un gran diámetro. Tiene hojas finas y ovaladas de un color verde intenso, no muy anchas y calientes al tacto. Su tronco es muy ancho, siendo comunes ejemplares con varios, que tienen ramas gruesas y tortuosas. Su crecimiento es muy lento y puede llegar a medir 100 metros en los ejemplares que tienen varios milenios de antigüedad. Con una madera de un color rojizo con marcadas vetas oscuras y una corteza nudosa y agrietada. En el interior del tronco arde un fuego constante a muy altas temperaturas que no se apaga hasta que el árbol muere. Produce pequeñas flores con siete pétalos blancos y tres largos estambres de color rojo intenso y produce bellotas de un tono claro.

Observaciones

Mientras el árbol vive, tanto su copa como sus raíces calientan el entorno, creando zonas cálidas a su alrededor capaces de soportar otras plantas incluso en el permafrost de las zonas polares. Asimismo, mientras vive, los fuegos no pueden dañarlo y al acercar una llama a su corteza está en vez de arder simplemente adquiere un fuerte brillo rojizo que se apaga al alejarla, las hojas tampoco arden o se secan expuestas al fuego. Su madera es muy dura y arde extremadamente lenta, pero no produce carbón ya que una vez se prende, es muy difícil de apagar y arde incluso con poco aire. En contacto con una roca de fuego activada, la madera cortada no arde y adquiere un brillo rojizo en las zonas más cercanas a las llamas.

El agua de lluvia que se filtra dentro del tronco provoca grandes nubes de vapor que no dañan al árbol de ningún modo, sin embargo, si una gran cantidad de agua o tierra es introducida dentro del tronco, el fuego puede llegar a apagarse con lo que el árbol morirá, sin embargo, si no es talado o dañado por su entorno, puede sobrevivir varios milenios ya que ni las sequias ni los inviernos les afectan.

Pese a que produce bellotas, su reproducción es compleja en la naturaleza ya que solo las bellotas que acumulan una gran cantidad de esencia dan lugar a una planta viable. Alternativamente, puede hacerse crecer a partir de una rama recién cortada si se planta sobre una roca ardiente activada antes de que las hojas se caigan, lo cual sucede en unos 8 días, llegando a un máximo de 14 si se conserva en un barril con agua caliente. Su crecimiento depende de la cantidad de esencia de las llamas a la que pueda acceder, siendo extremadamente lento si no dispones de fuentes cercanas, por este motivo, la presencia de estos árboles en la naturaleza puede indicar depósitos de Rocas de fuego .

Si una gran cantidad de agua, tierra o hielo caen dentro del arbol y el fuego se extingue, el árbol muere, concentrando la esencia en la base del tronco y si tenía un tamañoo adecuado al morir, puede llegar a formar una o varias Rocas de fuego. Una vez alcanzan un tamaño considerable y la concentración de esencia es suficiente, el árbol nunca muere del todo y un alma despierta podría resucitarlo volviendo a encender el fuego de su interior por medio de las Rocas de fuego que hay en su base, esto solo ocurre en ejemplares muy muy antiguos.

Ecosistema

Debido a que calientan la tierra a su alrededor permiten la supervivencia de diversas plantas incluso en climas muy fríos. Normalmente se encuentran rodeados por robles o encinas, aunque suelen aparecer cerca de formaciones rocosas ya que dependen de la esencia que se acumula cerca de las Rocas de fuego para crecer. Diversas especies de arbustos frutales son frecuentes en su proximidad siendo comunes los espinos y las zarzas ya que la tierra caliente también atrae a un gran numero de animales. Son comunes a su alrededor varios tipos de hongos que descomponen la capa de hojas que se va desprendiendo, muchos de ellos comestibles. Dado que apenas usa nutrientes del suelo y que sus hojas se descomponen fácilmente las zonas a su alrededor tienen gran cantidad de biodiversidad y el intenso calor que emana de su tronco hace que los incendios no sean comunes ya que crea una zona en la que las plantas no pueden sobrevivir en las zonas cercanas a sus llamas.