Jeremiah Eregon Dwindal Tercero

El Homúnculo de Xoth

Emperador Jeremiah Eregon Dwindal (a.k.a. El Príncipe Prometido)

El Emperador Jeremiah III nació en medio de una terrible tormenta. Todos la recuerdan, pues limpió los ríos, levantó los árboles, y voló las casas. Se cuenta que hubieron problemas para su nacimiento, que solo gracias al Conde de Siete Caras, Brook Allion, pudo sobrevivir el niño. La llamaron el Monzón del Cometa Rojo, ya que por entre las nubes se vislumbró una linea carmesí en el cielo estrellado. Algunos dicen que aquello profetizó el nacimiento de un gran emperador. Sin embargo... otros hablan de la ira de los dioses, del color de la sangre, y se refieren a Jeremiah III no como el Príncipe Prometido, sino como el Niño Maldito.
Su madre, Ysvilda Ciskernat, murió trágicamente una semana después del nacimiento del niño. Se dice que por más ayuda que le brindaban los clérigos, por más hechizos y favores divinos, Ysvalda no pudo salvarse. Nadie entiende, verdaderamente, cómo pudo la reina morir así, con todos los recursos del Imperio a su lado. Los rumores cuentan de una maldición, traída por el mismísimo Cometa Rojo, por engendrar a un monstruo. El Niño Maldito le robó la vida.
Jeremiah II, el padre de Jeremiah III, era el antiguo emperador. Gobernó por más de treinta años, luego que su padre, Vincent IV, se retire, para morir unos años después de viejo. El Emperador Jeremiah el Segundo fue un buen gobernante, y muchos le dieron crédito por llevar la paz a todas las esquinas del Imperio. Sin embargo, le han criticado el no ver venir la revolución de los Reinos Libres, ni de Virimil. Hoy por hoy, lo que más se comenta de Jeremiah II es su súbita muerte a manos de una extraña enfermedad. Nada pudo ayudarle, tal como a su esposa años antes. El mismo Cometa Rojo voló sobre el castillo de Zephra, aquella terrible noche. A los 12 años, Jeremiah III se volvió Emperador, lo que exacerbó aún más los rumores de su herencia demoníaca.
Durante los últimos seis años de su gobernancia, Jeremiah III perdió Virimil, luego de una rápida revolución por parte de los Reinos Libres. Algunos dicen que la muerte del antiguo emperador fue un complot por parte del Norte para liberarse bajo un Imperio debilitado, y sin embargo, se pareció demasiado a la muerte de Ysvilda como para asegurarlo. Hoy por hoy, Jeremiah III no quiere otra cosa que volver a tomar lo que le fue arrebatado en su primer año. Brook Allion, el Conde de las Siete caras, le ha ayudado mucho cuando todavía era niño.
Brook fue, hasta que Jeremiah cumplió su mayoría de edad, el regente del Imperio. Ahora es cuando el Emperador debe mostrarse como tal, ya que toda la responsabilidad se ha postrado sobre sus hombros. Al asumir, comenzó a preparar los Escudos Dorados para la guerra. El Altercado de Nim, el conflicto militar actual, es su primer movimiento como verdadero Emperador. Debe lucirse, y entonces, tal vez paren de llamarle el Niño Maldito.
Durante la regencia de Brook, Jeremiah III aprendió cómo gobernar. Se dice que su inteligencia está a la par con la de los sabios de las grandes bibliotecas de Zephra. Algunos dicen que incluso se presentó como un natural en las artes arcanas. Pocos saben qué le depara al Imperio bajo este nuevo emperador, ahora que Brook no está a cargo. Sin embargo, el Conde de Siete Caras se mantiene como consejero del Emperador, y algunos dicen que Jeremiah todavía lo necesita.
Así, la historia de Eregon, comenzó a escribirse. Conoció a los Pibes, en el asedio de Nim. Gracias a un estelar esfuerzo por parte tanto de las fuerzas armadas como de Charilus y nuestros heroes, no solo se pudo terminar con el hereje Pirgus, sino también con el nuevamente reanimado Dragón Tirano, Shast el Terrible. Sin embargo, el Emperador tuvo otros problemas. En medio del asedio, un grupo armado liderado por los merodeadores de Shar y por Aen el Encadenador tomó a Jeremiah III como cautivo, precisamente en el momento en que Brook Allion, el Conde de las Siete Caras, se había ausentado como su guarda.
Así, al volver al campamento, la alianza se enteró de la terrible noticia. Un grupo tentativo se formó, entre los guerreros más poderosos del Imperio. Entre ellos, Igmar, Poncho, Montefield, Omar el Bardo, Trevor Vemrot, Einar Arnnstrong, Lewis Dorstakovh, Meiet la Cazadora y Fentris Ulara, bruja de la sangre. Este extraño escuadrón se aventuró por todo el Imperio, persiguiendo a quienes secuestraron no solo al Emperador, sino también a Gambino Thorfinn, uno de los Pibes.
No se saben los detalles exactamente, solo que de estos 8 volvieron solamente cuatro. Omar, Poncho, Igmar y Montefield se aparecieron en los suburbios de Zephra junto con el rescatado Emperador y Gambino Thorfinn. Varias tragedias pasaron durante el viaje, tanto como traiciones. Muchos dicen que el Emperador, sin embargo, a sido cambiado por esta experiencia. Ya no es un niño. Está listo para defender su trono de la usurpadora, Shar la Indomitable, que, durante su ausencia, llamó a su armada, reclamando el Trono del Imperio para ella, como legitima heredera.
Se dice que a las historias del Niño Maldito se superponen las del Príncipe Prometido, que hablan de como el Emperador es capaz de llamar milagros del mismo paraíso. Solo el tiempo determinará su verdadero destino.

Emperador de Dwindal, gobernante de Zephra, asumió el poder hace seis años ya, luego de la trágica muerte de su padre.

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Cuando nace un Dwindal, los dioses lanzan una moneda, y el pueblo mantiene su respiración. Si nace como Tyr, todos nos aliviamos. Si nace como Horus el Terrible, todos lloramos. Jeremiah III... todavía debe definirse.

Alignment

LN

Current Location

Zephra, la Grande

Honorary & Occupational Titles

Regente de las Tierras Salvajes, Heredero de Tyr, Protector del Oeste.

Birthplace

Zephra

Aligned Organization

El Imperio Dwindaliano

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Dime, vidente. Dónde están las otras partes?
...No hay forma de detenerte, verdad?
Será tu ultima visión.
Es muy simple, entonces. Una en tu mente, otra en tu corazón, y la última en tu panza.
Mi enemigo, mi voluntad... y... No. No puede ser.
Espero que no lo hayas matado, ya. Está fuera de mi visión, sabes?
Mientes, Jiran!