Esta es una representación que alguien versado en Historia, Religión, o simplemente con estudios avanzados conoce en su mayoría o en detalle. Si bien quizá no las marcas de tiempo, si los eventos que se marcan. Una persona cualquiera solo conocerá por encima los eventos más importantes, la leyenda de la creación del universo etc basándose en la religión que profese.
En una época indeterminada, del caos primordial se separan dos entes, el Dios Supremo, Ao, el Dios creador y su reflejo oscuro, la destrucción absoluta, conocida por muchos nombres hoy en día. Ao crea universos, planos de existencia y las reglas que los dominan. Mientras que la destrucción se abalanza sobre ellos destruyéndolos con voracidad. Finalmente Ao y ese ser de pura destrucción chocan y combaten.
De la sangre derramada por Ao en la pelea, nace la Diosa de la magia, Mystra. Ésta, media entre Ao y Destrucción, consigue que cooperen para crear el multiverso conocido, pero con reglas. Se crea el tiempo y la entropía, a la vida ha de seguirle la muerte, e incluso la materia debe desaparecer con el tiempo. Destrucción parece cooperar, satisfecha con el acuerdo.
Destrucción, reforzada por el ciclo continuo de muerte de los seres vivos de todos los planos de existencia, traiciona a Mystra y Ao y comienza a devorar esfera tras esfera de mundos del plano terrenal. Ao y Mystra cooperan esta vez, Mystra crea el tapiz de la magia, una red de hilos de pura magia que rodea cada creación y la protege de Destrucción, que es expulsada más allá de la realidad. Mystra queda atada para siempre a la urdimbre mágica y su mantenimiento para evitar que Destrucción escape y devore todo.
Sin la influencia de Destrucción en el multiverso, la vida florece en todos los planos de existencia. Nacen los dioses primordiales y los primeros mortales. Corellon dios de los elfos, Vaul dios de los enanos, Sarenrae diosa de la luz o Melora la diosa de la naturaleza, por ejemplo, aparecen en esta época. Se estructura el cosmos, tanto el plano material con las diferentes esferas, como los planos exteriores. También aparecen los nueve infiernos, los diablos, y su señor, Asmodeus, el actual dios de las mentiras.
Lord Ao deja a un dios de nombre olvidado vigilando él limite de la realidad, donde más allá de ella se encuentra atrapada Destrucción. Sin saberlo nadie, Destrucción comienza a alterar la mente de este dios, prometiéndole gran poder y poder abandonar su vigilia eterna. Finalmente, el dios acaba por caer en la locura y accede a la petición de Destrucción, llevar un fragmento de caos puro al mar astral, el infinito universo de energía entre los planos, y plantarlo allí. Esto crearía un vórtice de destrucción infinito y daría a Destrucción la capacidad de devorar todos los planos simultáneamente. Pero la codicia de ese dios le vence y busca controlar el poder del fragmento, lo planta en un mundo material en lugar del mar astral para absorber su poder. El fragmento retuerce aún más la mente del dios loco, así como ese mundo, y comienza a crear infinitas capas caóticas de lo que conocemos hoy en día como El Abismo. El caos se filtra por toda la creación, para cuando los dioses descubren de donde nace, el dios olvidado ha abierto un portal a más allá de la realidad, no lo suficiente grande como para que Destrucción influya en la realidad, pero si para que, a pesar de no haber cumplido su función, le de poder para que intente causar todo el daño posible y liberarla. Destrucción aumenta el poder de este dios, le confiere los conocimientos para crear seres de maldad y caos, los que hoy conocemos como demonios. Durante el tiempo que el portal permanece abierto, los demonios primordiales cruzan de más allá de la realidad al plano de Abismo, y comienzan a guerrear entre ellos por cada nivel de este, mientras, el fragmento del caos crea más y más niveles, distorsionando la realidad. El dios olvidado toma control de estos demonios primordiales y de las huestes infinitas que ha creado. Pretende expandir el caos y la destrucción por todos los planos de existencia. Es entonces cuando Ao y el resto de dioses le plantan cara, pero el caos que se ha esparcido por el mundo ha despertado los más oscuros deseos de algunos dioses. En plena guerra, muchos dioses traicionan a Ao y los demás, y les atacan. Gruumsh dios de los orcos, Tiamat, diosa de los dragones cromáticos, o Lolth diosa de los elfos oscuros son algunos ejemplos. Ao y los dioses triunfan, expulsan a los dioses traidores de los planos celestiales y aprisionan al dios olvidado corrupto y sus generales demonios. Su nombre es borrado y solo se le conoce como Tharizdun, el dios encadenado.
Tras la Guerra en los Cielos, los vencedores se percatan de que Lord Ao ha desaparecido. Mystra les informa que se ha sacrificado para salvaguardar la creación. Como ser más poderoso en ese momento, y diosa neutral, los dioses miran a Mystra como guía y arbitro para sus conflictos. Mystra recoge el manto de diosa suprema que portaba Ao y lidera a los dioses. Aunque rara vez habla y se centra en mantener el tapiz de la magia estable media entre dioses y mantiene las reglas impuestas por Ao en la realidad.
Al faltar Lord Ao, muchos de los seres primordiales que creo, seres de pura energía elemental conocidos como titanes, se revelan contra Mystra. No la reconocen como Diosa Suprema y no respetan el orden de los dioses. Ansían dominar nuestro mundo y esclavizar o aniquilar a los mortales, las débiles creaciones de los dioses. Mystra apacigua a estos seres desdoblando nuestro mundo en dos, coloca el otro mundo en otra dimensión y pone allí el que era el continente más grande de nuestro mundo. Muchos seres primordiales, así como muchos de primeros dragones se van a ese mundo, donde no existen los dioses ni la magia. El mundo actual es de las razas mortales y de los dioses desde ese momento.
Las diferentes razas de mortales pueblan cada rincón del mundo, se forman y caen imperios, y los datos se pierden en las arenas del tiempo. La primera gran era de la que se tiene plena constancia de su principio es la "Era Arcana" o el primer imperio humano. Los humanos del pequeño reino de Netheril, al norte del continente Este, conocido hoy como Wildermount, acceden a un extraño artefacto que les enseña secretos de la magia. Pasan de ser una raza con apenas capacidad para lanzar conjuros de primer o segundo nivel, a tener archimagos dentro de su corta esperanza de vida. Conquistan el resto de reinos humanos y son reconocidos por el imperio de los altos elfos al Sur y el imperio enano de las montañas y el mundo subterráneo.
Hace unos 10 mil años, unos seres desconocidos monstruosos surgen del mundo subterráneo, los Phaerim. En hordas que parecen no tener fin, salen a la superficie y amenazan con arrasar con el resto de seres vivos. Consumen carne y magia por igual, causan estragos en los reinos enanos, el imperio de los elfos y el imperio de Netheril. Los enanos se encierran en sus fortalezas y se fortifican allí para resistir los ataques de estos seres. Los elfos, con opiniones diferentes, se dividen en dos vertientes, unos creen que lo mejor es volver al plano de las hadas, donde viven sus antepasados, los Eladrim, y, con la ayuda de estos y la reina Titania lanzar ataques sobre los Phaerim desde la seguridad de otro plano. Mientas que la otra parte se refugia en ciudades voladoras que algunos elfos con relaciones con el Imperio Netheril han creado, y desde allí continuar la guerra. Mientras, el mayor archimago de Netheril, Karsus, crea el primer y único hechizo de nivel 12. Con el, se toman los poderes de un dios de la elección del lanzador durante unos segundos. Karsus, elige a Mystra, la diosa suprema y se hace con el poder en lo que se conocería como "el gambito de Karsus". Karsus buscaba usar esos instantes de poder divino para aniquilar completamente a los Phaerim, pero no calcula el poder de Mystra, la magia se descontrola, grandes porciones del tapiz de la magia son destruidas o quedan dañadas e inestables. Las ciudades flotantes de Netheril, casi los últimos reductos de muchas razas como los humanos, gnomos, medianos etc, caen del cielo al fallar la magia. La mayoría de los magos mueren agonicamente. En sus últimos instantes de poder, Karsus arrasa a los Phaerim, pero nada puede hacer por las ciudades, solo cuando Mystra le arrebata el poder, se consigue salvar alguna según las leyendas. Acaba la guerra Phaerim. Las razas mortales están en ruinas. Muchos, en su mayoría elfos, deciden abandonar el continente y probar suerte al Oeste, colonizando el salvaje continente de Bellis. Mystra crea nuevas reglas sobre la magia, nunca más los mortales podrán crear o usar hechizos por encima del noveno nivel.
Hace casi 900 años, el rey Orgon Dwendal I consigue conquistar casi todos los reinos del continente y funda el Imperio Dwendal.
Un grupo de dragones cromáticos ancianos, se unen y forman el "conclave cromático". Durante años preparan el terreno para conquistar los 3 continentes y repartirselos. Son descubiertos por un grupo de héroes y pasan a la acción abiertamente. Atacan ciudades y arrasan en parte o totalmente muchas. Finalmente son vencidos por estos héroes y una coalición de ejércitos y personajes poderosos de todo el mundo.
Vecna, el dios de los no-muertos y los secretos, descubre como materializarse en el mundo material sin las restricciones habituales. Planea sumir todo el plano material, mundo tras mundo, en baldíos de no-muerte, dejando así al resto de dioses sin poder y convertirse en el dios más poderoso. Los héroes de la tiranía de la garra descubren a sectarios de Vecna preparando rituales para ello, y comienzan a investigar y frustrarlos, finalmente, acaban derrotando a Vecna mientras se materializaba en el mundo y frustrando sus planes.
Hace 52 años, el abuelo del actual Emperador Dwendalian, declara la guerra al enigmático reino de Xorhas, al Este. La guerra, que sigue hoy en día, es declarada por el Imperio aduciendo que son un reino demoniaco que crea y es poblado por monstruos.