Puntos de Encuentro

Portales que comunican la Dimensión Etérea con la Dimensión Terrenal y viceversa, tratándose de zonas más frágiles del tejido dimensional en las que ambas llegan a coincidir, abriéndose una especie de túnel por el que poder cruzar de una a otra. Éstos, en la Dimensión Etérea, tan sólo han conseguido abrirse en Urbs Portarentis, siendo ésta hasta el momento la única ciudad que ha mantenido contacto con la dimensión melliza.
Primero consistieron en simples vórtices interdimensionales en los que se perdía la gente, pues lanzarse al tejido dimensional sin la velocidad requerida para traspasarlo hasta alcanzar la otra dimensión podría dejarte en un limbo del que apenas se conoce nada. Más tarde, se construyeron lanzaderas en las que los etéreos podrían montarse para cruzar de una dimensión a otra sin temor a perderse en el tejido, a menos que sucediera algún accidente con el transbordador.
Fueron descubiertos por una raza de etéreos en la actualidad casi extinta y clandestina llamada "viajeros". Éstos etéreos tenían la habilidad para forzar aperturas en el tejido dimensional, estrechando la distancia entre la "entrada" y la "salida" de manera que con un salto pudiera cruzarse de una dimensión a otra sin riesgo de perderse en el tejido. En el pasado, éstos viajeros se convirtieron en sabios que traían información de la Dimensión Terrenal, de un mundo nuevo y desconocido. Sin embargo, uno de éstos viajeros logró la fórmula para abrir portales de manera artificial con el aura de los de su raza, y comenzó así la caza de los viajeros. Actualmente, en Urbs Portarentis se guarda con recelo el aura de cientos de viajeros en reserva, por si se necesitan abrir nuevos portales o restaurar los ya abiertos.
El tejido temporal se pliega hacia los viajeros, pues su existencia acerca las paredes dimensionales. Se inventó entonces una herramienta para potenciar el proceso, usando al viajero para acercar los tejidos dimensionales y rasgarlos, convirtiendo al Viajero en un portal en sí mismo. Sin embargo, hacía falta una estructura capaz de mantener abierto ese portal, un vórtice interdimensional tan grande. Una vez se tenía preparada la estanción, se forzaba a un viajero mediante el exceso de dolor a realizar un salto, pero en ese momento se le anclaba a la Dimensión Etérea, manteniendo así el portal abierto. El proceso acababa con la vida de los viajeros, pero una vez se conseguía mantener el portal abierto, se descubrió una forma, mediante las anteriormente mencionadas lanzaderas, para viajar por el tejido dimensional sin tener que abrir más portales.