Los Años Más Oscuros

Sucede en Urbs Portarentis. Después del golpe de Estado del Círculo que dio final a la Guerra de los Siete Líderes, se instauró el sistema democrático de elecciones. Fue la última de todas la que dio paso a los Años Más Oscuros.
Tras la muerte del decimonoveno soberano, se convocaron las elecciones del año 2191, reuniendo a cinco poderosos candidatos al puesto de líder. Los Gharona habían vuelto a presentarse con uno de los hijos mayores, Fronan, que competía contra otros tres aspirantes. Todos ellos preparados para la ocasión, y con un equipo detrás que los ayudaría a ganarse los votos del pueblo. El cuarto pretendiente, el más discreto y silencioso, se llamaba Arshake Ghellagar, y en principio fue tomado como la oveja negra de las elecciones. Nadie compartía sus ideales, tan solo las mentes más catastróficas, y sus propuestas eran de todo menos tentadoras.
Fronan lideraba la lista de posibles vencedores cuando desapareció el primero de sus contrincantes electoral. El ejército comenzó a investigar el extraño suceso, en pleno año de elecciones, y solo consiguió encontrar una carta firmada por el desaparecido en una de las aldeas colindantes a la ciudad en la que presentaba su retirada y anunciaba que dejaba Urbs Portarentis para siempre. La ciudad quedó desconcertada ante el inexplicable acto, y continuaron apoyando al candidato Gharona.
Pocas semanas más tarde, el segundo candidato también desapareció en extrañas circunstancias, y Fronan sospechó por primera vez. A cada encuentro que tenía con Arshake, este parecía más apagado y débil, como si hubiera caído en una terrible enfermedad. Así que él mismo expandió el rumor de una maldición entre los aspirantes, y se acercó a su único oponente vivo para contribuir en que su enfermedad lo dejara encamado.
También fingió ser contagiado por la enfermedad de Arshake, sabiendo que así la leyenda cobraría más veracidad, aguardando al momento en el que su enemigo político sucumbiera a la muerte. Pero entonces, sucedió algo inesperado.
Una mañana, la ciudad amaneció con Fronan de pie al borde del balcón presidencial del Castillo Real, con los ojos inyectados en sangre y la cara muy pálida. La gente fue acercándose a observar qué era lo que planeaba. Y allí, ante los ojos de todos, se tiró al vacío. Dejando como único aspirante a Arshake Ghellagar.
El día de las elecciones se batió el récord de abstenciones y, aun así, la mayor parte de la ciudad acudió a depositar su voto en la única urna que residía en el patio delantero del jardín. Los habitantes de Urbs Portarentis y las aldeas colindantes cruzaron la ciudad hasta el Castillo, con la cabeza agachada y el corazón en un puño, de la mano de sus hijos y familiares, esperando el momento en el que sentenciaran su futuro. Los locales cerraron y lo que debía de ser una fiesta, se tornó a cinco días de oscuridad y depresión.
Si el –recientemente nombrado– Supremo cometía todo lo que había prometido en su propaganda, acababa de dar inicio la Época Negra de la ciudad de los Portadores, quienes no asimilaban los resultados y decidieron iniciar una investigación en secreto sobre la maldición que Fronan había creado y a la cual había conseguido sobrevivir Arshake.
Los Gharona prestaron todos sus servicios al Supremo, y se inició una alianza no-oficial entre ambos. Las reformas comenzaron, y con ellas el emponzoñado silencio de la población, que no se atrevían a llevarle la contraria en público al “Rey Maldito”. Se privatizó la Academia, elevando los costes a cantidades desorbitadas, y solo dando acceso a las familias más ricas, como se había hecho antes de la Edad Áurea.
Los Puntos de Encuentro fueron estrictamente censurados, y a partir de este momento solo podría utilizarlos aquellos que poseyeran una acreditación dada por el propio gobierno. Además, se subieron los precios también. El Supremo anuló el Consejo de Sabios, que anteriormente había contribuido en la toma de decisiones, y se apoderó por completo del Castillo Real. Transformó la Cámara de Asambleas en la Sala del Trono.
El Círculo trató de impedir muchas de sus reformas, pero todas ellas habían sido advertidas antes de la elección, y ahora se encontraba el pleno derecho al haber sido escogido en mayoría aplastante.
Nos encontramos en una época turbulenta, caracterizada por el indudable malestar en la población y la tensión entre el Círculo y el gobierno del nuevo Supremo.