La Orden de los Niqob
Structure
Los niqob que custodian la Fortaleza Blanca tienen a su cargo la defensa de la ciudad, la protección del Señor y la mantención del orden entre los habitantes que son sus servidores.
Empiezan su entrenamiento desde una corta edad y se los llama Aprendices. Estos se entrenan bajo la supervisión de los Tutores.
Una vez que termina su entrenamiento son asignados a diferentes sitios dentro de la fortaleza donde deben controlar que se cumplan las órdenes del Señor:
- Palacio
- Cultivos
- Residencias de los servidores
- Cría de animales
- Defensa
- Misiones especiales
Cada uno de estas asignaciones tienen un cuerpo fijo de guardias comandados por un capitán elegido por el Líder de los Niqob.
Culture
Esta Orden es temida y venerada por los servidores que habitan la fortaleza. Aunque sus integrantes alguna vez fueron parte de las familias que deben controlar, cuando son seleccionados como niqob tanto ellos como sus familiares y todas las personas que los conocieron de pequeños se olvidan de su existencia y de su identidad original.
Los servidores jamás pueden volver a mencionar el nombre de los hijos que entregaron a los niqob y estan obligados a destruir todos los objetos que les hubieran pertenecido. Deben actuar como si nunca hubieran existido.
Los servidores no pueden considerar entregar a sus hijos un honor porque una vez que son llevados de su hogar deben actuar como si no los hubieran tenido sino que lo consideran como un deber, el sacrificio que deben hacer para conservar la protección de la Fortaleza Blanca.
Los niqob son educados en su próposito de garantizar la seguridad del Señor de la Fortaleza, la obediencia a sus ordenes y las protección de la fortaleza, sus bienes materiales y servidores.
Dado que son arrancados de sus familias desde su infancia los Aprendices pasan por una serie de manipulaciones mentales que comienza con la designación de un nuevo nombre y culmina con el olvido de su origen y la aceptación de los noqub como su única familia. Al finalizar su entrenamiento se les entrega su máscara oficial y se les permite salir del sitio donde fueron educados.
Los niqob juran obediencia al Señor y las infracciones tienes castigos fisicos que pueden ir, según su gravedad, desde latigazos hasta la ejecución.
Las ejecuciones son muy pocas en la historia de esta Orden pero cuando suceden, el traidor es decapitado en la palza principal y su cádaver abandonado por varios días hasta que los restos son arrojados fuera de la fortaleza.
Los niqob tienen la potestad de impartir castigos a aquellos servidores que desobezcan las órdenes del Señor. Como no hay cárcel los castigos pueden ser más horas de trabajo, menos raciones de comida o directamente agresiones físicas.
La presencia de los niqob suele ser amenaza suficiente y los servidores cumplen con sus deberes de forma dócil.
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