Sesión 6: Druidas Report in Degenesis | World Anvil
BUILD YOUR OWN WORLD Like what you see? Become the Master of your own Universe!

Sesión 6: Druidas

General Summary

A la mañana siguiente decidieron el plan que seguirían para descubrir el misterio que rodeaba al artefacto de Jehammed. Pero en mitad del desayuno, Angler cayó al suelo, de rodillas, lo que para el resto ocurrió en una exhalación, para el Anabaptista se sintió como varios largos minutos, mientras era golpeado por una emanación.     Se encuentra rodeado por la oscuridad, solo iluminada por un disco dorado flotando sobre él que, en unos instantes se convierte en un ojo dorado, que parece buscar algo con avidez. La luz dorada es eclipsada por la sombra de un gigantesco buitre y, frente a él, de la oscuridad surge un rebaño de carneros negros, con ojos que brillan como brasas incandescentes. La carne de las bestias es más putrefacta cuanto más alejados están de él, hasta ser meros huesos amarillentos.     Angler mira a su alrededor, perdiendo de vista al rebaño. Se encuentra en un bosque, una débil luz se filtra entre los arboles, iluminando una gigantesca torre de barro, frente a la cual se alza una titánica figura humanoide, coronada por asta de venado. Sus ojos refulgen con una luz azul pálida, la misma que ilumina extraños parones en su cuerpo. La luz de la figura comienza a apagarse a la par que una corona de esporas nace sobre la torre, y un ejercito se alza en su base.     Un olor putrefacto le hace cerrar los ojos y taparse la boca y la nariz. A su espalda puede escuchar el oleaje del mar y como algo se acerca, rompiendo las olas, está demasiado ssustado como para mirar. El sonido se acerca y le alcanza.     Angler vuelve a la realidad, todavía conmocionado, anuncia al grupo, que le rodea con preocupación, que su dios le ha hablado, pero decide mantener el contenido de la visión para si mismo, antes necesita hablar con los suyos.     Randle acompañó a Müller al puesto hellvético para que este pudiera entregar todo lo que encontró de Baptiste, el desertor. Lo que el ingeniero no fue consciente, fue de que el apocalíptico que se hacía pasar por juez, robaba por las noches el mapa con las localizaciones de los bunkers en la región territorial 1.     El resto del grupo estuvo haciendo compras, preparándose para el largo viaje que les esperaba. También hablaron con los apocalípticos de la bandada negra, para que les acercasen a todos hasta la costa oeste del delta del R’ohne, lejos de cualquier asentamiento en el que estuviera la Resistance, sabiéndose non-gratos.     Una semana después se reunieron y partieron. Salvo un desafortunado encuentro con quemazón en una de las orgías de los apocalípticos, no ocurrió nada más en el viaje hasta la costa. El grupo se movía por el bosque al norte del pirineo, los caballos no podían ir rápido, pero les ayudaban a llevar las provisiones.     Una noche, cuando llevaban una semana de viaje, fueron atacados por un grupo de pálidos. Randle consiguió abatir a uno de ellos, pero utilizaron una bomba de humo y huyeron a la espesura del bosque.     Al día siguiente, Müller y Randle cayeron gravemente enfermos. Los pálidos habían envenenado sus raciones. Julius les aplicó un antídoto, surtió un buen efecto en Randle, pero Müller seguía empeorando, estaba claro que no sobreviviría un día más.     Angler tuvo la idea de hacerse pasar todos por enfermos, como si hubieran sido todos envenenados para atraer a los pálidos y quitarles el antídoto. Argumentando que siempre que llevas venenos sueles llevar el antídoto por si ocurre algún accidente.     La emboscada funcionó, Randle abatió a uno de ellos, mientras Gideon y Angler perseguían a otro por el bosque. Pero cuando el spitaliano le atravesó con su desplegador, al grito de “por los dioses” activó un detonador y se inmoló, hiriendo a sus perseguidores.     Randle identificó el antídoto y se lo dieron a Müller, que empezó a mejorar de manera inmediata. Pero se vieron todos obligados a tirar las provisiones, o al menos, parte de ellas, menos Gideon, que pareció no importarle el veneno. Müller, pasando más hambre de lo que recordaba en su vida, ralentizó al grupo para acercarse a los ríos para pescar y conseguir recuperar esos días que no pudo comer.     Cuando llegaron a Aquitania buscaron una posada en la que asentarse. Los spitalianos fueron a la sede de su organización para entregar todo lo relativo a Wachsmann y para solicitar el ascenso. Tendrían el examen un mes después, ascendiendo Gideon a Preservista y Julius a Cirujano. Angler fue a la catedral anabaptista para entregar la cabeza de Abacus, informar de la corrupción de los aceites creados en Lucatore y contar la emanación que tuvo en Toulon. También solicitó el ascenso a Furor.     Randle se dedicó a crear una nueva identidad como miembro de la Resistance y Müller buscó trabajo para mantenerse durante ese mes. Mientras buscaba trabajo se dio cuenta de la agresividad con la que eran tratados por los cronistas, les cobraron el doble de lo establecido por cambiar el dinero de dinares a letras de cambio, la chatarra era mucho más cara y sus servicios, en general, tenían precios desorbitados. No entendía esta situación, pues habían ayudado a Dana a acabar con la Operación Mirage, como le había solicitado el Cluster Central de Justiciano. Así que fue al Spital de Aquitania para ofrecer sus servicios como ingeniero.     Durante el mes de estudio de los spitalianos, Randle vendió a los cronistas el mapa parcial de los bunkers hellvéticos por una cuantiosa suma de dinero. Müller actualizó el equipo nuevo que había conseguido en Morvant, añadió las coordenadas de los búnkeres pre-escatón que encontraron, localizando varios en los Pirineos, al sur, pero demasiado lejos para ir en ese mes de espera. También intentó conectar el artefacto de Jehammed al mismo dispositivo, para que les ayudara a encontrar una posición mucho más precisa, pero no tuvo éxito.     Otro día, fueron todos, excepto Gideon, a la dirección que les había dado Dana. Era una casa abandonada, pero con una cámara de vigilancia, dentro había un monitor, que al encenderlo les mostró una grabación. Se podía ver a un hombre de extraños tatuajes, que identificaron como un Pictoni, clan de la recluida zona de Britain; atado a una silla. Estaba siendo interrogado por un cronista y un spitaliano.     Ven a cámara rápida como el sujeto es torturado y sometido a una serie de imágenes y sonidos. La grabación recupera su ritmo normal, solo una frase del cronista da alguna pista de lo que ocurre antes de que la grabación termine. "Es sujeto parece haber sido condicionado a varios gatillos meméticos. Parece responder antes un disco, una estrella  y una lanza relacionadas con Jehammed. Podemos concluir que Arguiré está mandando a sus perros en algún tipo de búsqueda"   Randle y Angler salieron varias noches de fiesta. Angler se hizo muy buen amigo con derechos de un comerciante que viajaba entre Montpelier y Britón, pero saldría bastante antes que ellos. Randle consiguió información de una apocalíptica y otra noche vio a un cronista, que llevaba ocultas armas bajo su ropa. Le invitó a una cara botella de alcohol, pero no consiguió sacarle nada de información. Pero le siguió cuando salió del local. El cronista, borracho, no se dio cuenta de que Randle iba detrás, dejó un estuche en el alféizar de una ventana de un callejón y siguió su camino. Randle, rápidamente, cogió ese estuche y se escondió cuando escuchó pasos. Vio a un pálido buscando por la zona, claramente enfadado por no encontrar el estuche. Randle permaneció en su escondite hasta que se marchó el pálido y fue a buscar a Müller para llevarle el estuche, que contenía una memoria pre-escatón. Decidieron esperar a que los spitalianos terminaran su entrenamiento y mientras lo celebraban, Müller encontró un momento para introducir la memoria en uno de los ordenadores. Encontró mucha información confidencial que debía ir del Clúster de Aquitania al Clúster Central de Justiciano. En el poco tiempo que estuvo consiguió encontrar cuatro piezas de información realmente importantes y preocupantes:    
  • Los agujas parecen estar tras los artefactos que poseer
  • Un comunicado que el que indican la sospecha de un agente del errante Aries en movimiento hacia la costa atlántica
  • El agente Señuelo 5 ha sido marcado como zero y marcado para su eliminación
  • Grupo de sospechosos de poseer Artefactos de categoría Sigma recién avistados en Aquitania
  •   Asustado y preocupado, Müller terminó a toda velocidad sus quehaceres, para no levantar sospechas, y salió del Spital. Fuera lo esperaba Randle, que al ver la expresión del hellvético empezó a estudiar la situación y se dio cuenta de que estaban siendo vigilados. Fueron rápido, pero sin correr, a su taberna, donde el resto del grupo celebraba el ascenso de los tres miembros. Müller dejó dinero para que prepararan los caballos de todos y les dijo al resto “olvidaos de la comida, recoged, que nos marchamos”. Todos se preocuparon ante el desprecio que había hecho el hellvético por la comida, algo que nunca habían visto. Todos se prepararon en cuestión de minutos y salieron cabalgando de la ciudad.     No se detuvieron hasta la tarde del día siguiente. Compraron algunas raciones en una aldea de pescadores y prepararon un campamento en la espesura para pasar la noche. Durante la guardia de Julius le atacó un francotirador, pero gracias a las defensas preparadas por el ingeniero, el disparo no le dio en la cabeza. Su grito de terror despertó a todo el grupo, pero a la vez, se oyó como se desataba una batalla en la dirección al francotirador. Aprovechando la situación, pese a no saber cuál era, recogieron agachados todo el campamento, Müller lanzó una granada de humo entre el combate y su campamento y aprovecharon para salir corriendo en mitad de la noche.     Avanzaron comiendo lo que les daba el camino, durmiendo lo mínimo y en un elevado estado de alarma, hasta que llegaron a las ruinas de Nantes. Un puesto chatarrero.     No había presencia de ninguno de los colectivos ni agentes que parecía que les seguían ahora. Decidieron entrar, reaprovisionarse, descansar y partir al día siguiente. Pero se les acercó una chatarrera llamada Joan, solicitando escolta, indicando que saldría en dos días. Necesitaba escolta porque el clan que vivía en el bosque de los druidas se había vuelto bastante agresivo. Aceptaron el trabajo y se quedaron un día descansando y conociendo a los chatarreros del lugar. Julius y Müller contrataron una expedición subacuática. Se realizaban para buscar chatarra y artefactos en la ciudad hundida, ellos no encontraron nada, aunque, en realidad, lo hicieron más por la experiencia y ver los restos de una ciudad pre-escatón que por las ansias de encontrar chatarra.     Salieron con la caravana de diez chatarreros. Cuando estaban pasando cerca del bosque de druidas, Müller se dio cuenta de que había algo raro en el camino, mandó un alto. Les explicó al resto que era lo que le escamaba y Randle estuvo de acuerdo con él. Julius se adentró en el bosque para investigar el camino que estaba delante de ellos. Desde allí pudo ver dos extraños bultos en la estepa, parecía una emboscada. Sabía que Randle lo miraba con los prismáticos y señaló directamente a los bultos.     Los emboscadores, al darse cuenta de que habían sido descubiertos, dispararon a los que consideraban los más peligrosos, Angler y Müller, las balas atravesaron las armaduras y perforaron el pulmón de ambos, hiriéndoles gravemente. Salieron de debajo de las mantas de camuflaje un grupo de jehammedanos cubiertos con un pelaje negro. Angler apuntándoles con su lanzallamas les avisó de que eran excesivamente peligrosos si llegaban cuerpo a cuerpo. Randle disparó con el fusil de Hamza a los hellvéticos que les habían disparado. Provocando que los caballos salieran despedidos fruto del terror. El caballo de Müller salió encabritado, adelantando al resto de caballos, siguió el camino pisando una mina antipersona.     El caballo, su jinete y los explosivos que portaba, salieron volando por los aires. El caballo perdió las piernas y el hellvético cayó encima del rastreador que había modificado, reventándolo, pero por suerte, sus explosivos no sufrieron una reacción en cadena.     Julius disparó al otro hellvético, casi vaciando el cargador para poder matarlo. Angler roció con su lanzallamas a dos de los jehammedanos y Gideon luchaba con su nueva espada y su pistola, acabando con dos de ellos rápidamente. Los chatarreros arrimaron la formación y se lanzaron al ataque.     Una nueva figura tiró una granada de humo cubriendo a los hellvéticos, pero las gafas que había conseguido Julius en Toulon le permitieron verle bien y le disparó. Esta nueva figura, se cubrió de él y le lanzó una granada incendiaria que explotó en los pies del spitaliano. Haciendo que estallara en llamas. Müller consiguió ponerse en pie y corrió a coger posición para acabar con cualquiera que entrara o saliera de la nube de humo.     Los jehammedanos rodearon a los chatarreros y se lanzaron contra Randle hiriéndole de gravedad. Gideon fue a ayudarle, pero terminó con un profundo corte en el muslo que sangraba profusamente, al igual que el costado de Angler. Julius, tras apagarse disparó contra los que quedaban, ya que sus compañeros estaban muy malheridos, pero, con la piel todavía crepitando por la granada incendiaria, casi remató a Angler, que esquivó por poco el disparo.     Con una victoria pírrica, empezó Julius a tratar las heridas de todo el mundo, varios chatarreros habían caído, pero la jefa seguía en pie. Mientras Müller se introducía en la nube para recuperar las cosas de los hellvéticos, el resto del grupo fue rodeado por el clan de los druidas.     Malheridos como estaban, no se veían capaces de luchar.     Los tatuajes del clan eran iguales a los de la emanación de Angler. Los druidas comenzaron a llevarse toda la chatarra que había en carro mientras sujetaban a Joan porque le estuvieran robando. Los druidas cogieron también a Julius y se lo llevaron dentro del bosque, ignorando lo que decía el resto hasta que Anglerles habló de que su dios se estaba muriendo. También se lo llevaron.     Justo antes de que se perdiera en la espesura del bosque, Müller salió de la nube de humo y vio la situación. Tras una muy tensa situación, con su granada de fragmentación en la mano, habló con ellos en Inglés antiguo, la lengua pre-escatón. Ellos se sorprendieron y le respondieron, consiguió a duras penas que le dejaran llevarse a sus compañeros para que Julius pudiera salvarlos, pero tuvieron que dejar la mayoría de sus caballos y sus cosas detrás. La furia que sentía la chatarrera por la situación solo se vio en parte menguada cuando el hellvético le ofreció y señaló donde estaba todo el equipo de alto nivel tecnológico de los desertores de su colectivo.     Durante varias horas fueron guiados por los druidas. Hasta que llegaron a un claro. Ahí pudo Julius tratar las heridas del grupo. Hasta que apareció un ATSUMO. Un robot pre-escatón.     Era la imagen que había aparecido en la emanación de Angler. Esto explicaba muchas de las cosas extrañas que ocurrían en el bosque. El ATSUMO les escaneó y les arrebató cualquier objeto tecnológico de alto nivel. Demostró tener problemas de energía, lo cual explicaba el por qué los druidas robaban toda la chatarra que podían.     El robot reconocía también la lengua inglesa y Müller consiguió hacerse entender en parte. Les llevó a una cabaña, en mitad de la aldea, a Julius y a él. Pudieron ver que en el interior había una gran cantidad de enfermos. Julius se introdujo y pudo identificar un virus pre-escatón.     Müller consiguió hacer entender al ATSUMO el tipo de equipación que necesitaban y este los guió a unas ruinas. Julius se dio cuenta de que seguía teniendo energía, lo que indicaba que tal vez estuvieran activos los sistemas de defensa. Argumentando que necesitaban entrar todos, volvieron con el grupo.     Pero mientras ellos estudiaban la situación, algunos chamanes de la tribu se acercaron a los heridos miembros del grupo, y Randle fue contagiado por el mismo virus que los druidas. Julius trató las heridas de sus compañeros todo lo que pudo, y viendo que no tenían mucho tiempo para salvar a su amigo, se dirigieron a las ruinas, con la esperanza de conseguir encontrar una cura.

    Comentarios

    Please Login in order to comment!