Sesión 114: Llegada a Luz De Luna

General Summary

Tras su huida del Templo Rubí, Los Buscadores emergieron en Luz de Luna, materializándose en una sala desconocida. En el centro de la habitación se alzaba un brasero. El grupo dedujo rápidamente que este brasero era una pieza clave en los planes de Dorian, permitiéndole usar los círculos de teleportación vinculados a él para recorrer Nauplia con facilidad, cruzando grandes distancias en un instante.

Antes de continuar, Los Buscadores decidieron centrarse en recuperar a su compañero caído. Realizaron un ritual de resurrección con la esperanza de devolverle la vida a Arsen. Para su alivio, el ritual tuvo éxito. Al regresar, Arsen no solo recuperó su vida, sino también su personalidad original, ya que la oscura influencia del Templo Rubí había desaparecido con su muerte. La reunión del grupo fue breve, pues sabían que el tiempo era un lujo que no podían permitirse.
  El brasero en el centro de la sala presentaba un acertijo y contenía siete esferas de colores distintos. Los Buscadores dedujeron que arrojar una de estas esferas al fuego mágico activaría un portal hacia un destino específico de Nauplia. Sin embargo, el acertijo escrito en el brasero no dejaba claro qué esfera correspondía a qué lugar. Este enigma intrigó al grupo, pero su atención se desvió rápidamente hacia otro asunto de vital importancia: los libros.
  Malkian sugirió que antes de usar el brasero deberían recuperar los dos libros que Dorian había tomado del Templo Rubí. Aquellos textos podían contener información crucial para derrotarlo. El grupo decidió que la mejor manera de explorar el castillo de Luz de Luna era dividirse en dos equipos. Aunque conscientes del peligro que esto implicaba, la vastedad del lugar les obligaba a tomar esta decisión para maximizar su eficiencia. Con determinación, comenzaron a explorar los pasillos oscuros y silenciosos del castillo, cada grupo siguiendo su propio camino.
  El primer grupo en el que iban Erdan, Thorin, Keothi y Arsen avanzaron hacia el sur, adentrándose en un pasillo parcialmente inundado. Aunque las condiciones parecían desfavorables, el grupo decidió continuar, manteniendo la guardia alta. El agua llegaba hasta un metro de alto, dificultando sus movimientos, pero no detuvo su avance. Mientras atravesaban el pasillo, un grupo de zombis emergió del agua estancada, atacándolos por sorpresa. Sin embargo Los Buscadores se encargaron rápidamente de las criaturas.
  Al final del pasillo, llegaron a las mazmorras del castillo. El ambiente era lúgubre, con un hedor a humedad y metal oxidado. En una de las celdas encontraron a Sigismund, que había sido torturado cruelmente por Dorian. La visión era desgarradora: a Sigismund le habían arrancado los ojos, dejándolo en una condición deplorable. A pesar de su sufrimiento, Sigismund no cedio a Dorian, tampoco sabía donde estaban Talia y Thalindra pero quería encontrar a su compañera.
Con Sigismund liberado, el grupo reanudó su exploración, avanzando con precaución por los oscuros pasillos del castillo. Sabían que el lugar ocultaba más peligros, pero también pistas cruciales para acabar con Dorian y sus malvados planes.
  Tras esto, el grupo llegó a la planta baja del castillo, donde el sonido solemne de un órgano resonaba en el aire, llenando el ambiente de una inquietante melodía. Siguiendo el origen de la música, se encontraron en un amplio comedor, presidido por el imponente órgano. Sentado frente a él, con una actitud casi despreocupada, estaba Dorian, quien interrumpió su interpretación para invitar al grupo a cenar. La conversación que siguió fue superficial, llena de frases ambiguas y comentarios que solo aumentaron la tensión en el ambiente.
  Sin embargo, Keothi había lanzado un hechizo de Detectar magia antes de entrar en la sala. Gracias a su previsión, pudo percibir que la figura de Dorian no era más que una ilusión cuidadosamente diseñada para distraerlos. Al darse cuenta del engaño, el grupo evitó perder más tiempo y abandonó la sala, decididos a seguir buscando los libros.
  La siguiente sala que investigaron fue la sala del trono. A pesar de la atmósfera solemne y misteriosa, el grupo no encontró nada de verdadera importancia en la sala. Tras una rápida inspección de cada rincón y de las sombras que se proyectaban desde el trono, concluyeron que no había pistas ni objetos relevantes que los ayudaran en su misión. Con algo de frustración, decidieron continuar con su exploración del castillo, conscientes de que el tiempo apremiaba y de que aún les quedaba mucho por descubrir.
  El segundo grupo, compuesto por Malkian, Krik, Syleneth y Tharcon, llegó a la cripta del castillo. Allí descubrieron un inquietante escenario: una multitud de cuerpos que Dorian había trasladado desde su cripta original a esta nueva en Luz de Luna.
  Mientras exploraban las criptas, notaron algo peculiar: cuatro ataúdes que se encontraban separados del resto, en salas apartadas y con características únicas. Dos de estos ataúdes estaban resguardados tras puertas de hierro con rejas, mientras que los otros dos, que estaban juntos, estaban protegidos por una barrera mágica que parecía pulsar con una energía ominosa.
  Intrigado por la barrera, Tharcon usó su magia para atravesarla y examinó los ataúdes que esta protegía. Estos pertenecían a los padres de Dorian. Más adelante, al inspeccionar los otros dos ataúdes, descubrieron que uno pertenecía a Basil Thorne, el hermano de Dorian, mientras que el otro parecía ser del propio Dorian.
  A pesar de los descubrimientos, muchas preguntas permanecían sin respuesta, especialmente en cuanto a la naturaleza de la barrera mágica que protegía los ataúdes de los padres de Dorian. Malkian, profundamente intrigado, expresó su deseo de investigar más a fondo en otro momento. Sin embargo, conscientes de que debían priorizar su misión, el grupo decidió continuar con la exploración del castillo, dejando atrás la cripta con una mezcla de inquietud y curiosidad.
  Tras su paso por la cripta, el grupo ascendió a la planta baja del castillo y llegó a una capilla. El espacio estaba dominado por el símbolo de Aeus, grabado en el suelo de piedra y representado en las coloridas vidrieras que dejaban pasar una luz tenue.
  En el centro de la capilla yacía un hombre muerto, su cuerpo aún enfundado en una pesada armadura de hierro. Una capa negra, ahora cubierta de polvo, caía desde sus hombros y se extendía por el suelo. La escena era tan inquietante que el grupo, temeroso de posibles trampas o maldiciones, decidió no acercarse al cadáver.
  Poco después, en su camino hacia el piso superior, se encontraron con el otro grupo, que acababa de salir de la sala donde habían desenmascarado la ilusión de Dorian. Reunidos nuevamente, discutieron brevemente sus descubrimientos y decidieron ascender a la primera planta del castillo en busca de más respuestas y pistas sobre su enemigo.
  Por desgracia para ellos, al llegar a un largo pasillo en la primera planta, se toparon inesperadamente con Dorian, cuya figura emergió de las sombras. Sin mediar palabra, el oscuro enemigo se lanzó al ataque tomando al grupo completamente por sorpresa.
Fecha del informe
22 Nov 2024
Localización principal