El Lancero del Escuadrón Omega, Aasimar de Wabajack, lidera el tercer escuadrón de los Escudos Dorados.
- Gender
- Hombre
- Eyes
- Rojizos, verdes o azules, dependiendo de su ánimo
El hombre conocido como Perseo Vishkty es un enigma.
Siempre feliz, siempre atento, es un bufón en todos los sentidos. Fue reclutado por Rallis del mismo Monte Olympus, a la vuelta de un largo viaje. Se dice que el Director pasaría luego por Bahía Blanca, donde tomaría a Arjuna de la Cresta, con permiso del Duque Eustass. Allí habría comenzado lo que para Perseo sería una divertida amistad, mientras que para el otro una agria rivalidad.
El Aasimar rojo, originario del Limbo, proviene de uno de los tantos picos de Olympus, que tienen a las tribus de cada dios. La raza de Ángeles, nacidos a la imagen de sus respectivos dioses, se suele limitar a Paelor y Asmodeus, con los Protectores y los Caídos. Sin embargo, pocos saben que muchas más subrazas surgieron. Los Ent, por ejemplo, son considerados los Aasimar de Melora, protectores de sus obras; mientras que los dragonborn son considerados los Aasimar de Bahamut o Tiamat.
Aasimar, en verdad, quiere decir Nacidos de. No se debe confundir, por ejemplo, los Señores de las Forjas, Hephaestus, Aasimars de Kord, con su creación, los Dwemer, pues los Hephaestus nacieron independientemente de Kord, mientras que los enanos fueron explicitamente creados; tal es la diferencia entre Ents y elfos para Melora.
Perseo, así, formaba parte de los Aasimars de Wabajack, llamados los Arda. Nadie sabe mucho de su pasado, sino que fue entrenado por su tribu, y que esta tribu partió de Olympus hacia el Limbo hace mucho tiempo, mientras que por alguna razón, Perseo fue dejado atrás. A los 23 años, se unió a Rallis, y desde entonces, trabaja con los Escudos Dorados como líder del Escuadrón de Élite, la Tercera Compañía, ataque rápido aéreo.
Como miembro del Escuadrón Omega, muchos son sus logros individuales, aunque siempre se le acota junto a Arjuna, su rival. No muchos saben la naturaleza de esta rivalidad, pues se asume que es natural: aasimars de dioses opuestos están destinados a enfrentarse. Rallis sabe, sin embargo, que ello no tiene nada que ver con por qué se odian tanto (por lo menos de parte del arquero, pues el lancero lo considera todo un gran juego).
Simplemente, no se soportan. Uno es la definición de la libertad, mientras que el otro es la definición de la disciplina. Uno prefiere correr, moverse, volar, mientras que el otro prefiere la quietud y el silencio. Ninguna naturaleza podría poner más en contra personalidades tan opuestas, sobretodo si son forzadas a coexistir y trabajar en conjunto para llegar a un objetivo en común.
Perseo, por su cuenta, a sido la punta de lanza (literalmente) de muchas avanzadas de los Escudos Dorados. Al ser un tanto reciente, todavía no pudo mostrar su verdadera valía, aunque todos le tienen mucha estima. El Escuadrón Omega llegó justo en un momento crítico para el ejército, pues los Paladines se acababan de separar. Es gracias a las habilidades del Lancero Rojo bajo órdenes de Rallis y de Trevor que se pudo mantener la paz durante los años turbulentos luego de la muerte del Emperador Jeremiah II.
Se dice que incluso el gran Einar Arnnstrong se enfrentó a Perseo, y le consideró un rival digno, mismo si el veterano le puso en su lugar con algún que otro hachazo. Sin embargo, y esto es algo que muchos soldados se preguntan, el Ángel Rojo no parecía sentir el dolor, de tanto en tanto. Se lo ha visto tirarse de la punta de la Estatua de Zariel hasta la base de la montaña Dun sin recibir un solo rasguño; ser empalado por diez espadas y seguir luchando; ser aplastado por un edificio sin sentir más que un golpecillo en la sien.
De su resiliencia y perseverancia se cantan canciones. Pero de su golpe atómico, aquella punta de lanza que todo lo atraviesa, se cuentan leyendas. Algunos dicen que heredó la fuerza del mismo Zariel, y que posee la lanza de la destrucción, Gae Bolg. Otros discuten que detiene el tiempo para moverse tan rápido en un instante. Puede cruzar 300 pies en menos de seis segundos, y siempre se toma su tiempo antes de abalanzarse sobre su enemigo. Hasta el día de hoy, solo dos personas aguantaron el Golpe Atómico: Einar e Igmar, grandes bárbaros.
Arjuna, su rival, no le deja ni siquiera llegar a cargar un golpe tan poderoso, pues en sus frecuentes duelos, los dos deben tener en cuenta la dinámica única de la batalla: Perseo persigue, y al atrapar al arquero, gana. Arjuna debe encontrar la forma de detenerle antes de ello.
El Ángel Rojo es el maestro en el arte de la Perseverancia, tanto como en el Arte de la Furia. Su Furia, sin embargo, nunca se muestra como la de su maestro, Einar, sino que se manifiesta mediante su locura. Ríe en medio de la batalla, su verdadero hogar, pues allí es donde el caos y la libertad se cruzan. No hay reglas en la lucha, esto aprendió de niño. Algunos dicen que tiene algo que ver con aquella gema que brilla siempre en su pecho: un corazón artificial, para alguien que lo perdió.
Siempre feliz, siempre atento, es un bufón en todos los sentidos. Fue reclutado por Rallis del mismo Monte Olympus, a la vuelta de un largo viaje. Se dice que el Director pasaría luego por Bahía Blanca, donde tomaría a Arjuna de la Cresta, con permiso del Duque Eustass. Allí habría comenzado lo que para Perseo sería una divertida amistad, mientras que para el otro una agria rivalidad.
El Aasimar rojo, originario del Limbo, proviene de uno de los tantos picos de Olympus, que tienen a las tribus de cada dios. La raza de Ángeles, nacidos a la imagen de sus respectivos dioses, se suele limitar a Paelor y Asmodeus, con los Protectores y los Caídos. Sin embargo, pocos saben que muchas más subrazas surgieron. Los Ent, por ejemplo, son considerados los Aasimar de Melora, protectores de sus obras; mientras que los dragonborn son considerados los Aasimar de Bahamut o Tiamat.
Aasimar, en verdad, quiere decir Nacidos de. No se debe confundir, por ejemplo, los Señores de las Forjas, Hephaestus, Aasimars de Kord, con su creación, los Dwemer, pues los Hephaestus nacieron independientemente de Kord, mientras que los enanos fueron explicitamente creados; tal es la diferencia entre Ents y elfos para Melora.
Perseo, así, formaba parte de los Aasimars de Wabajack, llamados los Arda. Nadie sabe mucho de su pasado, sino que fue entrenado por su tribu, y que esta tribu partió de Olympus hacia el Limbo hace mucho tiempo, mientras que por alguna razón, Perseo fue dejado atrás. A los 23 años, se unió a Rallis, y desde entonces, trabaja con los Escudos Dorados como líder del Escuadrón de Élite, la Tercera Compañía, ataque rápido aéreo.
Como miembro del Escuadrón Omega, muchos son sus logros individuales, aunque siempre se le acota junto a Arjuna, su rival. No muchos saben la naturaleza de esta rivalidad, pues se asume que es natural: aasimars de dioses opuestos están destinados a enfrentarse. Rallis sabe, sin embargo, que ello no tiene nada que ver con por qué se odian tanto (por lo menos de parte del arquero, pues el lancero lo considera todo un gran juego).
Simplemente, no se soportan. Uno es la definición de la libertad, mientras que el otro es la definición de la disciplina. Uno prefiere correr, moverse, volar, mientras que el otro prefiere la quietud y el silencio. Ninguna naturaleza podría poner más en contra personalidades tan opuestas, sobretodo si son forzadas a coexistir y trabajar en conjunto para llegar a un objetivo en común.
Perseo, por su cuenta, a sido la punta de lanza (literalmente) de muchas avanzadas de los Escudos Dorados. Al ser un tanto reciente, todavía no pudo mostrar su verdadera valía, aunque todos le tienen mucha estima. El Escuadrón Omega llegó justo en un momento crítico para el ejército, pues los Paladines se acababan de separar. Es gracias a las habilidades del Lancero Rojo bajo órdenes de Rallis y de Trevor que se pudo mantener la paz durante los años turbulentos luego de la muerte del Emperador Jeremiah II.
Se dice que incluso el gran Einar Arnnstrong se enfrentó a Perseo, y le consideró un rival digno, mismo si el veterano le puso en su lugar con algún que otro hachazo. Sin embargo, y esto es algo que muchos soldados se preguntan, el Ángel Rojo no parecía sentir el dolor, de tanto en tanto. Se lo ha visto tirarse de la punta de la Estatua de Zariel hasta la base de la montaña Dun sin recibir un solo rasguño; ser empalado por diez espadas y seguir luchando; ser aplastado por un edificio sin sentir más que un golpecillo en la sien.
De su resiliencia y perseverancia se cantan canciones. Pero de su golpe atómico, aquella punta de lanza que todo lo atraviesa, se cuentan leyendas. Algunos dicen que heredó la fuerza del mismo Zariel, y que posee la lanza de la destrucción, Gae Bolg. Otros discuten que detiene el tiempo para moverse tan rápido en un instante. Puede cruzar 300 pies en menos de seis segundos, y siempre se toma su tiempo antes de abalanzarse sobre su enemigo. Hasta el día de hoy, solo dos personas aguantaron el Golpe Atómico: Einar e Igmar, grandes bárbaros.
Arjuna, su rival, no le deja ni siquiera llegar a cargar un golpe tan poderoso, pues en sus frecuentes duelos, los dos deben tener en cuenta la dinámica única de la batalla: Perseo persigue, y al atrapar al arquero, gana. Arjuna debe encontrar la forma de detenerle antes de ello.
El Ángel Rojo es el maestro en el arte de la Perseverancia, tanto como en el Arte de la Furia. Su Furia, sin embargo, nunca se muestra como la de su maestro, Einar, sino que se manifiesta mediante su locura. Ríe en medio de la batalla, su verdadero hogar, pues allí es donde el caos y la libertad se cruzan. No hay reglas en la lucha, esto aprendió de niño. Algunos dicen que tiene algo que ver con aquella gema que brilla siempre en su pecho: un corazón artificial, para alguien que lo perdió.
Social
Current Residence
Zephra, la Grande
Honorary & Occupational Titles
El Lancero Omega, La Lanza Dorada, El Ángel Demente