Gran Sultán de Markett, miembro del Uroboros. Será un dios?
- Gender
- Hombre
Xerxas, Gran Sultán de Markett, es quien posee medio mundo. No solo gobierna sobre todo Markett, sino que, y esto no muchos lo saben, también es el referente de Goron, la ciudad de las bestias. La Junta de las razas monstruosas responden a él. La muralla de Oro, en efecto, fue erguida por Xerxas, como una muestra de confianza y servidumbre a sus súbditos lejanos.
Hay un dicho. "Si no es del Imperio, es de Xerxas." Quedó de cuando el Imperio Dwindaliano también poseía Virimil y los Reinos del Norte, dividiéndose así casi todo el mundo entre los dos súper poderes. Otro dicho da un poco más de contexto; "Si no es de Xerxas, pronto lo será". Las ambiciones del Gran Sultán durante sus primeros años fueron bastante grandes, y no es un secreto que deseaba para él todo el mundo de Rel, incluyendo el Imperio.
Algo ocurrió, durante su conquista del resto de Markett, que lo hizo cambiar de opinion, sin embargo. Pareció centrarse en una cosa, y solo una cosa: el Núcleo Prismático, centro del mundo. Al asegurar su control sobre la Fuente, de donde alguna vez los humanos tomaron, volviéndose conscientes, levantó una montaña de la Cuesta del Iluminado, sobre la que construyó su pequeña ciudad: Alexandria.
Hoy en día, Alexandria se encuentra encima del Núcleo Prismático, pero cada tanto, se desplaza por Markett, cuando Xerxas debe juntarse con sus súbditos.
Se considera al Gran Sultán un Pharaok, es decir, en el dialecto Markettiano, un Rey-Dios. Quienes viven con él en su ciudad en el cielo le tratan como lo último más que lo primero, claro, mientras que los demás ciudadanos de Markett no le consideran más que un tirano. Un dios, sí, pero un tirano. Nadie verdaderamente cuestiona su divinidad, pues nació mismo de la unión sagrada, bendecida por el panteón, de Zariel y la Virgen Sekmet; o eso dicen.
Las historias de Xerxas son incontables. Algunos dicen que cuando nació, el sol, llevado por su padre, Zariel, se detuvo durante siete dias en su zenit para conmemorarlo. Las noches fueron luminosas, los días aún más calurosos. Sin embargo, no fue el sol quien se detuvo, sino la tierra misma, que pararía de rotar, pues se había enamorado del recién nacido.
Otros mitos cuentan que, con apenas diez años, sedució a la luna, Elir, quien bajó a hacerle compañía. Kord, furioso, decendió con toda su furia, y reto al niño a un duelo de fuerza. Xerxas perdió, claro, pero su poder impresionó tanto al dios, que le otorgó un medallón de oro que siempre le protegería, y un martillo de plata, para castigar a sus enemigos.
Como Genasi de fuego, Xerxas no debía vivir más de trescientos años. Como semi-dios, sin embargo, debe vivir para siempre. Hoy en día, ya se le cuentan más de quinientos años, y no se nota en él ni un rastro de vejez. Al contrario, todavía se ocupa, cada tanto, de los disturbios en su vasto Imperio. Suele delegarle estos recados a sus Regentes, uno por región de Markett, y a la Junta de las Razas Monstruosas de Goron.
De su linaje, nadie comenta. Su madre nunca a sido vista. Solo su nombre se conoce. La Virgen Sekhmet, de belleza legendaria, derrite a quien sea que la vea. El previo Sultán de Russ, quien debía esposar a la virgen, fue encontrado muerto al nacer Xerxas. Durante un tiempo, reinó el caos, hasta que con tan solo doce años, el Gran Sultán asumió su posición, en el 859 d.c. Reinó en paz por más de ciento-cincuenta años, antes de comenzar su conquista.
Los rumores más extraños de todos, con respecto al Gran Sultán, se centran en su extraña tendencia de recuperar artefactos de antaño. Algunas historias hablan de como un grupo de excavadores encontraron una bóveda en las dunas de Russ, dentro de la cual se encontraba un objeto de gran poder. Xerxas mismo se presentó ante ellos segundos después, matándolos y tomando la reliquia para sí.
Se le dice obsesionado con unas ciertas... Reliquias de la Calamidad.
Hay un dicho. "Si no es del Imperio, es de Xerxas." Quedó de cuando el Imperio Dwindaliano también poseía Virimil y los Reinos del Norte, dividiéndose así casi todo el mundo entre los dos súper poderes. Otro dicho da un poco más de contexto; "Si no es de Xerxas, pronto lo será". Las ambiciones del Gran Sultán durante sus primeros años fueron bastante grandes, y no es un secreto que deseaba para él todo el mundo de Rel, incluyendo el Imperio.
Algo ocurrió, durante su conquista del resto de Markett, que lo hizo cambiar de opinion, sin embargo. Pareció centrarse en una cosa, y solo una cosa: el Núcleo Prismático, centro del mundo. Al asegurar su control sobre la Fuente, de donde alguna vez los humanos tomaron, volviéndose conscientes, levantó una montaña de la Cuesta del Iluminado, sobre la que construyó su pequeña ciudad: Alexandria.
Hoy en día, Alexandria se encuentra encima del Núcleo Prismático, pero cada tanto, se desplaza por Markett, cuando Xerxas debe juntarse con sus súbditos.
Se considera al Gran Sultán un Pharaok, es decir, en el dialecto Markettiano, un Rey-Dios. Quienes viven con él en su ciudad en el cielo le tratan como lo último más que lo primero, claro, mientras que los demás ciudadanos de Markett no le consideran más que un tirano. Un dios, sí, pero un tirano. Nadie verdaderamente cuestiona su divinidad, pues nació mismo de la unión sagrada, bendecida por el panteón, de Zariel y la Virgen Sekmet; o eso dicen.
Las historias de Xerxas son incontables. Algunos dicen que cuando nació, el sol, llevado por su padre, Zariel, se detuvo durante siete dias en su zenit para conmemorarlo. Las noches fueron luminosas, los días aún más calurosos. Sin embargo, no fue el sol quien se detuvo, sino la tierra misma, que pararía de rotar, pues se había enamorado del recién nacido.
Otros mitos cuentan que, con apenas diez años, sedució a la luna, Elir, quien bajó a hacerle compañía. Kord, furioso, decendió con toda su furia, y reto al niño a un duelo de fuerza. Xerxas perdió, claro, pero su poder impresionó tanto al dios, que le otorgó un medallón de oro que siempre le protegería, y un martillo de plata, para castigar a sus enemigos.
Como Genasi de fuego, Xerxas no debía vivir más de trescientos años. Como semi-dios, sin embargo, debe vivir para siempre. Hoy en día, ya se le cuentan más de quinientos años, y no se nota en él ni un rastro de vejez. Al contrario, todavía se ocupa, cada tanto, de los disturbios en su vasto Imperio. Suele delegarle estos recados a sus Regentes, uno por región de Markett, y a la Junta de las Razas Monstruosas de Goron.
De su linaje, nadie comenta. Su madre nunca a sido vista. Solo su nombre se conoce. La Virgen Sekhmet, de belleza legendaria, derrite a quien sea que la vea. El previo Sultán de Russ, quien debía esposar a la virgen, fue encontrado muerto al nacer Xerxas. Durante un tiempo, reinó el caos, hasta que con tan solo doce años, el Gran Sultán asumió su posición, en el 859 d.c. Reinó en paz por más de ciento-cincuenta años, antes de comenzar su conquista.
Los rumores más extraños de todos, con respecto al Gran Sultán, se centran en su extraña tendencia de recuperar artefactos de antaño. Algunas historias hablan de como un grupo de excavadores encontraron una bóveda en las dunas de Russ, dentro de la cual se encontraba un objeto de gran poder. Xerxas mismo se presentó ante ellos segundos después, matándolos y tomando la reliquia para sí.
Se le dice obsesionado con unas ciertas... Reliquias de la Calamidad.
Cuantas te faltan? Es que nunca tienes suficiente?
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Current Residence
Alexandria, el Paraíso Flotante