Venganza

El sol pronto caería, las horas de luz aún superaban las horas de oscuridad y el ciclo parecía nunca acabar, el mensaje del arcanista llegó claro y fuerte, ¡Peligro!, una hora de camino a caballo separaban al grupo, una distancia que se haría eterna entre una fosa y la otra, Rugen contaba con su escoba mágica que le ayudaria a superar todos los obstáculos alzándose por encima del bosque, Zet', Abeloth y la mascota de Halion; el gato, obligados a esquivar los árboles montados en los caballos galoparon frenéticamente para llegar lo antes posible.

La fosa estaba en silencio, Flek acababa de ver como su compañero era engullido por completo por la tierra, no era la primera vez que lo salvaba, pero no deseaba que esta fuera la última que lo intentara, tenía que sacarlo de ahí. levantando su mano infundida por el zeclon, el suelo bajo su escoba comenzó a resquebrajarse, una mole de piedra seca, tierra y cadáveres comenzó a ascender por los cielos descubriendo una enorme criatura amorfa fabricada con materiales putrefactos, la batalla entre la voluntad del mago y la fuerza del ser se libró silenciosamente, cada segundo la bestia ascendía más y más en los aires, el vínculo se rompió, el retumbar de la caída pudo escucharse a varias millas en la lejanía pero ni siquiera un golpe de semejante magnitud contra el suelo bastaría para destruir a esta criatura, la telequinesis repetirá este ciclo una vez más y ni siquiera esto bastaría para acabar el enfrentamiento que fue interrumpido por el movimiento de algunos sofocadores que intentaron unirse al combate, pero fueron mantenidos a raya por las descargas de fuego. Algo se movía en el horizonte, de la montaña descendía una criatura, menuda en la distancia, un simple punto en la ladera, enfrentarse solo a un rival que podía aguantar una caída de 100 pies dos veces, no era una idea sensata, Flek debía de esperar a sus compañeros y juntos tomar una decisión.

Explorar entonces mientras los demás llegaban, en eso invirtió su tiempo el joven (o viejo) Tabaxi, de manera sigilosa y armado con la escoba del recién difunto Halion se acercó hacia aquella figura que se movia freneticamente por la montaña que fue tomando forma a medida que se acercaba, podríamos presumir que en otrora esta figura portaba un pelaje blanco sedoso y moteado por puntos negros, ahora, recubierto por una fina pero no despreciable capa de mugre, sudor y desechos, era dificil deducir si la deformidad en su cara era un problema de nacimiento o habia sido causado en alguna desventurada situacion reciente, posible por su apariencia, vaya coincidencia, una Tabaxi descendia por la montaña con el aspecto de alguien que no le ha orado a los dioses en muchos ciclos, desconcertada, magullada, en sus ojos se podia ver el miedo, pero tambien la esperanza de alguien que acababa de escapar de sus captores, por fin la vida le echaba una mano, suerte que Flek no concidero a este ser una amenaza, de haber sido asi, la joven Tabaxi habria encontrado descanso en las manos de La Aulladora.

Un nuevo miembro se unió al grupo, ¿pero, y los demás?, Rugen ya había llegado en su escoba voladora al lugar donde había encontrado la fosa y donde presumía se encontraba Flek y Halion, casi quince minutos más le tomó a Zet’ y a Abeloth llegar al lugar, en medio de la marcha, la mascota de Halion decidió lanzarse del caballo en busca de una mejor vida, nadie lo detendría, problema de otro buscar una mascota perdida, de haber sabido en ese momento el destino que había sufrido su amo quizá Zet’ se hubiese preocupado por el felino, pero las emociones fuertes era mejor reservarlas, el encuentro con Flek helo la sangre del seguidor de Nancrix: Halion había muerto.

“La venganza nunca deberá terminar”, desenfundando su puñal e invocando su espada Zet’, en una cólera sin sentido se acerco a la fosa en busca de aquel ser que había acabado con la vida de su más cercano amigo, una maniobra temeraria, no sabia a que se enfrentaba, tampoco podía verlo con claridad, fue el placer de sentir como algo impactaba contra su cuerpo lo que le dio la certeza de que estaba en el lugar correcto, tres sofocadores bajaron del cielo, pero no había tiempo que perder en seres tan desagradables, el grupo se unió al combate, de no haber sido así, no podían permitir que Zet’ se enfrentara solo contra un enemigo desconocido, Rugen, sabio a la hora de combatir no se apresuró tanto para entrar al choque cuerpo a cuerpo, en su lugar, analizo la zona, un aura necrótica corrompía la zona cercana a la fosa pudriendo la carne, de no haberlo advertido, Zet’ probablemente hubiese caído simplemente por el daño que esta causaba, pero la ira lo consumía, el puño cerrado impactó contra la bestia y su ojo derecho se llenó de sangre, iris, pupila, y esclerótica completamente de color rojo mientras su boca pronunciaba la peor de las maldiciones, la mole se estremecio, hubo silencio por un segundo, los ataques de esta cesaron, su movimiento se detuvo, la magia en el puño de Zet’ habia sido una orden: “Rindete”.

A partir de este momento el combate cambió a favor de los aventureros, la criatura estaba tan ocupada luchando contra sus demonios internos cada instante que le era imposible llevar acción alguna, la carne estaba servida en la mesa, solo era cuestión de cortarla, tajo a tajo, garrazo a garrazo, los sofocadores fueron rápidamente vencidos, la roca retumbaba con cada golpe, con cada puñalada, ¿era esto justo?, no importaba, mantener el honor no serviría de nada en la muerte, así podían pensar todos, a excepción del clérigo de Kefhos, pero él estaba demasiado ocupado recibiendo una lluvia de ataques por parte de los anatemas, el único dogma que importaba aquí era la venganza, atacar a un enemigo desprovisto de cualquier defensa podría ser un acto desagradable para un paladín de Rauall, que suerte que en este lugar no había ninguno, la criatura retumbó con el último golpe, la tierra se estremeció y hubo silencio, un segundo de paz, un instante para disfrutar de la misión cumplida, ¿de que servía?, su compañero seguía muerto, un estallido de piedras y carne podrida saltó por los aires impactando en el grupo, las manos hacia el rostro protegiendo los ojos, la criatura murió finalmente en una dramática explosion, todo lo que habría sido Halion en el pasado ahora estaba repartido en pedazos por todo el bosque, ¿la única satisfacción?, su asesino estaba junto a el.