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Sesión 7: Las fauces Report

General Summary

Tras estudiar durante varias horas e informarse sobre la flora, fauna y leyendas de Las Fauces, el grupo se reúne con Bajan y Johanes, que acaban de zanjar el castigo de Styx, tatuándolo y encerrándolo.   Tras una ligera discusión, deciden seguir los pasos del grupo de preservistas, y dirigirse al lugar en el que estos aseguraban que el cronista, Data, desapareció. Para ello deciden dirigirse a la aldea de Redali, la aldea más al sur del territorio Serdeta, situada en uno de los vados que permiten cruzar el río con seguridad para adentrarse en las fauces.   Tras un día de viaje, llegan al asentamiento sin problemas, donde se reaprovisionan y pasan la noche, para dirigirse, al día siguiente, hacia el sur, siguiendo el valle conocido por los locales como la garganta. Durante la marcha tienen un encontronazo con una colonia de empaladores y Awambe sufre una dolorosa herida en el pie, al ser atravesado por las espinas de una de las criaturas. Por suerte el grupo identifica rápidamente las criasturas de la zona y, tras un breve estudio de uno de los especímenes por parte de Karim, continúan su camino hasta llegar al antiguo campamento preservista, un dia despues de su salida desde Redali.   Aunque han pasado meses, los restos del campamento aún son identificables, y mientras buscan por la zona cercana encuentran los restos de un ser humano a unos 500 metros, al sur del campamento. Los huesos están desperdigados por toda el área, y se hace evidente para Karim por las distintas marcas, que el cuerpo ha sido victima de los carroñeros de la zona, lo que hace imposible identificar la causa de la muerte o la identidad del cuerpo.   Tras esta primera búsqueda, encuentran un lugar defendible para colocar su propio campamento mientras Johanes y Walter fortifican y camuflan el campamento. Karim encuentra unos arboles que secretan una savia bastante olorosa, y la utilizan para embadurnar el campamento y los alrededores, esperando poder camuflar su olor ante los depredadores de Las Fauces...   El esfuerzo puesto en el campamento no tardaría en dar sus frutos.   Pasan los siguientes días peinando la zona, extendiendo cada vez más la zona de búsqueda, sin éxito. Las noches son largas, y durante algunas guardias, pueden oír el eco de un agudo chillido, que viene de las montañas del este, al otro lado del rió que atraviesa la garganta. Según los locales, son los gritos de los espectros que habitan la montaña, seres vestidos de sombra que secuestran a los incautos.   a la tercera noche, dos Bitrazos rondan por la zona, Walter y Karim, que están en la primera guardia, pueden oírlos en la oscuridad, rondando la zona.   Ambos preparan sus armas, listos para dar la alarma en caso de ser descubiertos, por desgracia, el ruido de Walter al cargar el rastreador, retumba como un trueno en el silencio de la noche.   Pueden oírlos, acercarse, olfateando el aire en busca de su presa. Walter y Karim pueden ver las difusas figuras de las enormes bestias entre los arboles mientras empuñan sus armas en tensión. Ni siquiera Vivar se atreve a hacer un solo ruido. Pasan los minutos en completa tensión, solo oyen el sonido de las bestias al moverse y el constante olfateo.   Se marchan, no han conseguido localizar el campamento. Karim y Walter respiran aliviados, varios minutos después, cuando se han asegurado de que están solos en la oscuridad del bosque. Será una gran historia que contar por la mañana.   Al quinto día de búsqueda, los esfuerzos del grupo por fin dan fruto. Encuentran los huesos de dos individuos, sumergidos cerca del borde del río, atascados y protegidos de la corriente por un cúmulo de rocas.   Karim no pierde el tiempo y se introduce en el agua para sacar los restos, adentrándose en el rió hasta la cintura y recogiendo los huesos. Es en ese instante cuando nota un doloroso pinchazo en uno de sus muslos, dándole el tiempo justo para mirar hacia abajo y ver como una pequeña criatura se introduce en su cuerpo.   Karim arroja con fuerza los huesos a la orilla y sale del agua, alcanza su equipo médico y, con mano experta, realiza una incisión en sus carnes, sacando con un movimiento diestro a la pequeña criatura de sus carnes y guardándola en un vial. Todo esto ocurre en unos pocos minutos, mientras el resto del grupo mira expectante y más de uno siente un escalofrió por su espalda y un picor en su muslo. Más tarde identificaran al pequeño parásito como un Percane.   Tras el susto con el pequeño parásito, Karim examina los restos de las dos personas encontradas en el río y rápidamente identifica una posible causa de la muerte, pues puede ver, claramente, un orificio de bala en la zona posterior de cada cráneo, así como el orificio de salida correspondiente.   Bajan llama la atención del grupo sobre como los preservistas, Arrido y Erala, habían mencionado encontrar a los cuatro Spitalianos a su cargo degollados.   Su frustración iba en aumento, pues a pesar de sus sospechas, no podían verificar que los restos encontrados perteneciesen a los Spitalianos, presuntamente, muertos. Tampoco podían corroborar las si habían sido degollados, por lo que no podían comprobar la veracidad de lo atestiguado por los preservistas. Bajan podía oler como la historia de Arrido apestaba a mentira, pero, por el momento, todo eran suposiciones.   Mientras Bajan discutía sus teorías con el grupo, Walter realizaba un último descubrimiento a la orilla del rió, había desenterrado un casquillo de bala.   Por el tamaño podría coincidir con los orificios encontrados en el cráneo, no obstante, para los ojos expertos, quedaba claro que el casquillo no provenía del Protectorado o Hellvetica. Era todavía menos probable pues, que las heridas de bala fueran obra de las armas de los preservistas.   Tras debatirlo, el grupo decide que poco más van a sacar buscando esta zona. Aun les quedaba por encontrar un cuerpo para, supuestamente, llegar a los cuatro Spitalianos muertos. Seguir expandiendo el área de búsqueda les llevaría demasiado tiempo y no tenían manera de demostrar que los cuerpos ya encontrados pertenecían a dichos Spitalianos, por lo que deciden regresara a Serdeta. Quza puedan usar la nueva información para sacar nuevas conclusiones en la ciudad.   Regresa a Serdeta sin imprevistos, para encontrarse a Styx viviendo en una casa propia en la ciudad. Parece que tras haber sido liberado un par de días antes, se había puesto a trabajar en su especialidad, con tal éxito que uno de sus clientes le había colmado a regales, incluyendo la casa.   El restod el grupo escuchaba a Styx, con una mezcla de miedo y preocupación.   Tras una noche de descanso, Bajan busca a Os, y le pregunta sobre las idas y venidas de los Preservistas. Tras la conversación descubre que a pesar de salir por la puerta Oeste de la ciudad, habían regresado por el Este con los pocos supervivientes de Cartina.   Esto implicaba que habían cruzado el rió de la garganta en algún punto o habían llegado hasta el extremo sur del mismo, atravesando los pantanos tras haber perdido al cronista y los spitalianos, pero ¿cual era la razón?, ademas, según Os, no parecían especialmente afectados por la perdida de sus compañeras, llegando a rechazar la ayuda ofrecida por Gorlu Serdeta para recuperar los cuerpos.   Tras investigar por la ciudad en busca de los supervivientes de Cartina para interrogarles, Bajan, descubre que todos ellos han desaparecido. Según sus vecinos parecen haber huido durante la noche unos dias tras su recuperación a manos de los preservistas, pero ninguno de los guardias o cazadores encargados de las puertas de la ciudad recuerdan haberles visto salir   El próximo paso parecía claro, investigar las ruinas de Cartina. El grueso del grupo partiría al día siguiente hacia las ruinas, mientras, Styx, se quedaría en la ciudad, tratando de averiguar algo más de información sobre los preservistas... a su manera.   El viaje a Cartina les lleva tres días de marcha sin imprevistos, cuando llegan a los restos del asentamiento se encuentran con una imagen dantesca.   La mayor parte de edificios son restos carbonizados, y a las afueras del asentamiento se encuentran con los restos de 4 pilas de cadáveres quemados. Tras asimilar el panorama, el grupo despliega por las ruinas del asentamiento.   Karim hace un curioso descubrimiento. En uno de los pocos edificios que aún se encuentra en pie, encuentra un pequeño recipiente cerámico de muy buena factura, claramente parece que era importante para la gente que habitaba en el lugar. Por desgracia, antes de que pudiera hacerse con el recipiente para examinarlo, Johanes, que le acompañaba, tropieza y cae sobre el recipiente, destrozándolo y esparciendo la sustancia por todo el lugar.   Karim desata su ira sobre el Helvético, echándole del edificio. Por suerte es capaz de recuperar suficiente de el polvo blanco que guardaba el recipiente y tras las pocas rudimentarias pruebas que puede realizar, llega a la conclusión de que se trata de algún tipo de medicamento herbal.   Tras no encontrar nada más en las ruinas del pueblo, Karim decide examinar los cuerpos de las afueras. Awambe y los dos Hellvéticos ayudan en el proceso mientras Pixel y Bajan buscan por los alrededores. Por suerte al mover los montones de cuerpos, Karim descubre algunos que no han sido tan dañados por el fuego y los carroñeros, gracias a encontrarse en la parte interna de las montañas de cadáveres, lo que le permite sacar algo de información de los cuerpos.   Karim descubre dos cosas. La primera, que es bastante probable que el asentamiento estuviese bajo el azote de una plaga similar a la viruela. La segunda es que algunos de los cuerpos presentan envenenamiento por cloro, un método utilizado por Spitalianos para "purgar" poblaciones. Esta última información se la guarda para si. Mientras Karim examina los cuerpos, Walter encuentra evidencias del uso de algún químico para acelerar la combustión de los cadáveres, de lo que sacan la conclusión de que quien lo hiciese quería hacerlo rápido y sin quedarse a ver los resultados.   Tras no encontrar nada más de utilidad, el grupo se reúne a debatir sobre la información encontrada antes de partir de vuelta a Serdeta, y Pixel tiene una idea, revisar la orilla del río contraria a donde encontraron los restos de las dos personas ejecutadas por disparos. Seguramente no encuentren nada, pero no perdían nada por intentarlo.   Por suerte, se equivocaba.   Sentado, apoyado en árbol, encuentran el cadáver de uno de los Spitalianos. Aún lleva su traje característico y el desplegador yace a su lado. Para sorpresa de todos, no es solo un montón de huesos y, a pesar de los signos de putrefacción, el cuerpos e conserva bien después de tantos meses.   Karim no pierde un segundo y procede a examinar el cadáver. El pobre diablo parece haber sido, efectivamente, degollado, pero encuentra evidencias de que la herida fue curada para después ser reabierta. Además, encuentra un pinchazo de aguja tras una de sus orejas. Rápidamente, llega a la conclusión de que, lo que le inyectaran, ha ralentizado el proceso de putrefacción del cuerpo. Por último encuentra varios parásitos Percane muertos en el interior de su cuerpo, por lo que es bastante probable que el Spitaliano cruzase el río a nado hasta esta orilla.   Con esta nueva pista, para Bajan queda claro que los preservistas ocultan algo y solo les han contado verdades a medias. El Spitaliano ha sido, claramente, degollado, pero no esta a unos metros del campamento, además de los otros hechos informados por Karim. Bajan, lo tiene claro.   Tienen que regresar a Serdeta y enfrentar a los preservistas con la información que tienen.   Tras regresar a Serdeta se reunen con Styx, que tras, "Una fiesta con sus contactos," ha averiguado que los preservistas trataron a los cinco supervivientes de Cartina en privado en su residencia, sin dejar entrar a nadie. Dos de ellos fallecieron durante el proceso y, según sus fuentes, fueron tratados con una sustancia púrpura. Más secretos y misterios rodeando a los preservistas.   Al día siguiente Bajan y el resto del grupo se dirigen a la residencia de los preservistas. Son recibidos por Erala, que trata de despacharlos como siempre.   Bajan, comienza a interrogarla, enfrentándola con los descubrimientos realizados en sus investigaciones.   Erala se defiende de las acusaciones, señalando como, en lugar de cumplir su misión o regresar al protectorado, parecen haber dedicado semanas a investigarles y tratar de inculparles de algo. Tratando de terminar la conversación, les da uno de sus cargadores para que comparen las balas con el casquillo encontrado. Como Walter había vaticinado, no coincide la fabricación, pero tampoco el calibre.   Erala decide dar por terminada la conversación y se dispone a regresas al edificio, cerrándoles la puerta en las narices, pero Bajan no ha terminado.   La agarra de un brazo, en un segundo está en el suelo, con Erala retorciéndole el brazo a él.   El grupo saca las armas.   Los preservistas salen del edificio espada y pistola en mano.   Arrido y Bajan llaman a la calma, Erala suelta a Bajan y es llevada al interior del edificio por Arrido . Dejando al grupo con Rolan, el tercer preservista.   Rolan se disculpa por el pronto de su compañera y en un tono monótono y deshecha todas las preguntas y evidencias de Bajan. No tienen pruebas de nada y han venido aquí sin provocación a acusarles con conjeturas y suposiciones. Tras esto último, Rolan, vuelve a la residencia y cierra la puerta tras él.   Frustrados por no lograr ningún avance, el grupo decide buscar al único miembro del grupo preservista que no es Spitaliano, Alecor.   No tardan en encontrarlo apostando en una taberna,por desgracia, a pesar de ser mucho menos hostil que los preservistas, no sacan nada nuevo, no obstante, tras la conversación, queda claro para Bajan, que, por su comportamiento, el chatarrero oculta algo, pero siguen en un callejón sin salida.   Mientras la charla con Alecor ocurría, Karim, tiene un encontronazo con Selena, una de las dos Spitalianas, que quedan al servicio de los preservistas. Tras un fugaz conversación con Karim tratando de convencerla de hablar sobre los preservistas, la joven le da un vial mientras finge que se quiere librar de él.   Al examinar el vial, Karim reconoce la sustancia que contiene. Beso purpura, la droga fabricada por el noble en las Tierras del dios susurrante.   El instinto se hace cargo del cuerpo de Karim y sale corriendo detrás de Selena, tratando de interceptar. Esta le apunta con su desplegador, claramente asustada mientras le grita y mira nerviosa a su alrededor. Karim decide retirarse por el momento, pero se posiciona en un punto donde pueda vigilar la residencia de los preservistas.   El grupo se reúne con Karim, para debatir cual es el siguiente paso a seguir. Al oír sobre el casquillo encontrado, y el callejón sin salida en el que se encuentran, Styx decide compartir con el resto del grupo que su misterioso "cliente generoso," es realmente un miembro de la guardia de honor de Serdeta, al cual está chantajeando al descubrir que este, roba munición de las arma ancestrales.   Deciden hacer uso del chantaje para obtener muestras de la munición que utilizan los guerreros de Serdeta para comparar con el casquillo. Si coincidiesen, la situación en la que se encuentran podría cambiar radicalmente, así que deciden encontrarse con él al anochecer mientras Karim vigila el lugar donde se hospedan los reservistas.   El contacto de Styx les suministra los tres tipos de bala que utiliza el clan y, si bien la manufactura coincide, no lo hace ninguno de los calibres. La munición ha salido de algún lugar de Las Fauces, pero no del clan Serdeta.   Bajan decide que esto puede significar que otro de los clanes de Las Fauces se haya hecho con armamento avanzado, por lo que el grupo decide, para terminar el día, hacer una visita a Gorlu Serdeta para advertirle. Agradecido por la información, invita al grupo a probar un manjar de Serdeta como muestra de amistad, una bebida dulce y fría llamada Miltaque.   Al salir se encuentran con Anata Serdeta, que les realiza una petición, acompañarles en sus viajes a Las Fauces, pues si demuestra su valía al clan, podrá ganarse el título de guardia de honor de Serdeta. Tras debatirlo el grupo acepta, pero mientras tanto Walter se ha adelantado para informar a Karim de todo lo ocurrido.   Cuando Walter se encuentra con Karim, son interrumpidos al ver como el grupo de preservistas sale, junto al chatarrero, equipados claramente para una expedición a las fauces. Con una ausencia que se hace terrible para Karim.   En el grupo falta Selena.   En cuanto el grupo se aleja, Karim y Walter irrumpen en la vivienda, para encontrar a Selena muerta, degollada en un rincón.   Walter sale corriendo en busca del resto del grupo, mientras Karim procede a perseguir a Arrido y sus hombres.   Walter llega en pocos minutos, gritando la situación al grupo que no pierde ni un minuto, Bajan va a por su caballo seguido por Anata mientras el resto se dispone a seguir a Walter.   De repente se oye un disparo.   Awambe cae el suelo agarrándose un costado.   Todo el mundo queda clavado en el sitio, tratando de averiguar que ha pasado, mientras la guardia de Serdeta se dirige al lugar con los rifles preparados.   Johanes se levanta del suelo, mirando su rastreador y a awambe. Al caer se le ha disparado el arma y casi mata a uno de sus compañeros.   Al ver lo ocurrido, Anata, se hace cargo y despide a la guardia mientras el grupo comienza a ponerse en marcha, justo cuando Karim aparece, al oír el disparo ha abandonado la persecución y, al ver lo ocurrido se pone a atender a Awambe.   Durante el resto de la noche el grupo sigue el rastro de los preservistas, con Bajan y Anata a caballo, a varios minutos mor delante del resto. No obstante pierden el rastro al llegar a un puente oculto que atraviesa el río por un punto diferente a los vados conocidos, pues los preservistas han destruido dicho puente tras cruzarlo, haciendo imposible la persecución.   Resignados, se reúnen en Redali y se aprovisionan.   Al amanecer saldrán de caza

Rewards Granted

  • 7xp
  • Campaign
    El beso purpura
    Protagonists
    Report Date
    12 Jul 2019
    Primary Location
    Las Fauces
    Secondary Location
    Serdeta (ciudad)
    Las Fauces:
    Tierras de las fauces

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