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Creencias y religión

La religión es para los segeheos un pilar central de sus vidas, en los mitos y leyendas encuentran héroes justicieros que guían sus acciones, malvados monstruos que mantienen a las almas más pías temerosas de la oscuridad y lo ignoto, pero también aspectos más públicos como los orígenes de algunas instituciones y una razón para la hermandad de sus pueblos. Aunque la mayoría de segehos siguen la shai, término segeheo que en origen significaba luz verdadera, justicia o ética aunque hoy en día la palabra solo se utiliza en contextos religiosos no todos adoran a las deidades en mismo modo o con la misma vehemencia.
  Los cultos a los dioses del decateón, las 10 deidades principales, funcionan independientes uno del otro y la gente ruega el favor de un dios diferente dependiendo del momento de su vida. Un granjero ora a Ahet y Aur por buenas cosechas y los mercaderes depositan en sus balanzas la fe en Ishat por un intercambio justo.
  Existen infinidad de cultos y sociedades religiosas más o menos extremistas esparcidos por todo el continente que centran su vida en la adoración y persecución de los ideales de un dios concreto. Algunos de estos cultos son públicos y sus iniciados gozan de gran estima en la sociedad, como los iniciados en los misterios de Enki, culto originario de los valles suelonios y ampliamente extendido por el continente dedicado a la medicina y el cuidado de los enfermos y necesitados. En el otro extremo está el culto khalarino a su hermana Narak; una secta que dormita en las ardientes arenas del desierto y que se rumorea sacrifica jóvenes sacerdotes a la diosa. Existen, asimismo, muchas sociedades de magos que dedican su vida al estudio de una de las magias elementales al amparo de su deidad patronal, aunque hoy en día muchas de ellas han evolucionado a ser universidades o instituciones de enseñanza muy especializadas más abiertas que aceptan a no iniciados entre sus estudiantes.

El decateón

La shai es una religión politeísta con 10 dioses mayores. El conjunto de estas deidades se conoce como dekadevai en segeheo, o sea, el decateón o conjunto de diez dioses entre los que se distinguen varias familias divinas. Los cuatro hermanos elementales son los patrones del agua, el fuego, el aire y la tierra así como guardianes del conocimiento mágico sobre estos elementos. Las hermanas Enki y Narak conforman el ciclo de la vida de nacimiento, muerte y resurrección tan central en la existencia de los segeheos. Los dioses restantes, a veces llamados deidades civiles, expresan la relación en sociedad de los segeheos: paz, guerra, justicia y las emociones que les permiten expresarse, entre ellas una de las más poderosas, el amor.Estos son, en órden alfabético:
 

AHET

Ahet es el mayor de los 4 hermanos, los dioses de los elementos, y es el encargado de velar por la tierra. Por extensión es adorado como dios de los cultivos, las flores, los árboles y todo verde vivaz, en su cualidad de deidad de la tierra y todo lo que esta encierra es también el guardián de secretos y riquezas. Junto a su hermano Aur es asimismo el garante de la fertilidad en todos sus aspectos.
  Ahet suele representarse como un hombre adulto, con barba recortada y pelo corto de color marrón en el que entrelaza una corona de ramas y hojas que cambian con las estaciones. Es físicamente robusto y su tez resembla los tonos de la tierra. En los mitos presenta una personalidad tranquila, algo seca incluso y carece de todo sentido del humor.
  Uno de sus atributos más significativos además de la corona de hojas es la capa con la que se cubre su lado izquierdo y oculta siempre una de sus manos, así mientras en su mano derecha porta las semillas de las plantas que crecen al sol su mano izquierda oculta los secretos naturales de la tierra y sus riquezas.

AUR

Aur es el menor de los 4 hermanos, los dioses de los elementos, y es el encargado de velar por el agua. Ahur otorga a los segeheos la lluvia necesaria para los cultivos y los castiga con nevadas en invierno. Se lo relaciona con la Luna por los efectos que tiene esta en el mar y las mareas que gobierna y al mismo tiempo con la medicina, por la preferente capacidad curativa del agua y de la hidromancia. Junto a su hermano Ahet es asimismo el garante de la fertilidad en todos sus aspectos.
  El aspecto de Aur suele ser el de un efebo de piel blanquecina, casi transparente y cabellos largos y argénteos como la luz sepucral. Su atavío consiste en una larga toga de niebla, vapor y rocío que cubre su tronco desde los hombros. Aunque de aspecto frágil y etéreo, el carácter de Aur es caprichoso e imprevisible como las olas del mar suedo.
  Aur es el guardián del agua de la vida, que guarda en un pequeño recipiente de plata y protege con recelo. Dice la leyenda que quien beba estas aguas verá curados todos sus males, aunque huelga decir que nadie la ha encontrado.

DOKHAS

Dokhas es una deidad controvertida y polémica. Mientras algunos abrazan al dios de la guerra otros lo repudian en esta faceta abrazando otra, el odio. Dokhas es el rostro en el que los humanos no quieren verse reflejados; guerra, discordia, odio, venganza, … y que al mismo tiempo no pueden evitar porque humanos son. En su faceta más calmada Dokhas inspira las estrategias ganadoras y susurra a las emociones en los debates encendidos.
  Su apariencia es también igual de discutida, algunos autores lo presentan como hombre y otros como mujer, aunque siempre se describe como una deidad alta y robusta, de cabellos largos y cubierta de armadura.
  Entre sus atributos destacan la lanza con la que ensarta a sus enemigos y el escudo con el que defiende a sus aliados. Antes de lanzarse a la batalla los guerreros ruegan a Dokhas por vigor, valentía y fuerza.

ENKI

Enki es la madre divina de los segeheos, la diosa de la vida y gemela antagónica de Narak. La dadora de vida, creadora y deidad principal en el hogar está siempre muy presente en la vida de los segeheos. Enki es la guardiana de las mujeres a la hora de dar a luz y protege celosamente a los niños de los males y las enfermedades para evitar que Narak reclame sus vidas antes de hora.
  Enki es una madre amable y comprensiva pero estricta y no perdona los pecados ni las faltas. Se la presenta con una larga y sedosa melena pelirroja decorada con mariposas. Como madre que es, muestra orgullosa las mamas con las que alimenta a todos sus niños.

ERAI

Erai es la mediana de los 4 hermanos, los dioses de los elementos, y es la encargada de velar por el aire y los cielos. Gobernadora de los vientos es también la patrona de los marinos que guía a buen puerto o a la tempestad según su voluntad. Su brisa también impulsa a los exploradores y a los genios a nuevas fronteras físicas o mentales por lo que se la considera diosa impulsora del progreso.
  De apariencia liviana, a Erai se la presenta como una joven risueña y juguetona que flota sobre tela gaseosa. Al agitar su larga melena trenzada genera desde suaves brisas a devastadores tornados.
  Nadie conoce cuantos artefactos sagrados posee, ni siquiera sus hermanos pues Erai gusta de inventar y coleccionar cachivaches, curiosidades e inventos de todo tipo. Entre los más conocidos se cuenta un cuerno capaz de invocar tormentas.

NARAK

Narak es la personificación de la muerte y la putrefacción que sucede a la vida otorgada por su hermana antagónica Enki. Asimismo, es la guardiana del vacío ignoto y oscuro que encierra la némesis del hombre y la mujer. En calidad de guarda de las almas acompaña a los fallecidos y recomforta a los vivos haciendo su pena más llevadera. El papel de Narak es vital para la continuidad de Segeh, la muerte genera vida y desde el polvo y el barro que Narak deja su hermana reforma y recrea.
  Narak es una diosa que se prefiere sentir lejana. Su nombre infunde respeto y su impasividad y presencia tranquila, casi inerte, inquieta a los vivos. A diferencia de otros dioses, a Narak no se la adora abiertamente en grandes templos y ceremonias; en las etapas postreras de la vida los ancianos se preparan para recibirla en soledad y meditación. Narak ha inspirado muchas sectas de proscritos y repudiados que ansían la muerte de la sociedad que los rechazó, algunas de ellas poderosas hasta lo inimaginable.
  Las pocas representaciones de Narak, principalmente grandes estatuas conmemorativas de masacres, la dibujan como una mujer idéntica en rasgos a su hermana aunque con el cabello recogido y toda su cabeza cubierta por un largo sudario blanco, el color de la nada.

ISHAT

Ishat encarna el destino, la justicia y la verdad. Ishat es el dios encargado de hacer pagar a los pecadores y los injustos y de recompensar a los justos y rectos. Es también quien juzga las almas de los muertos pesando sus pecados y sus virtudes. Él es el orden que inspira desde las buenas decisiones de los parlamentos y a las cortes de justicia hasta las más nimias reprensiones. Las leyendas cuentan que fue Ishat quien inventó los juicios como forma de descubrir la verdad en los hechos e iluminar la mentira.
  Su temperamento es tranquilo pero incisivo e imparable al mismo tiempo. Ishat suele aparecer como un dios calvo y con los ojos cerrados a raíz de un antiguo dicho segeheo que dice: a la justicia ni se la arrastra del pelo ni se le compra con la vista. Básicamente quiere decir que la justicia es imparcial e insobornable. Su vestimenta varía entre armaduras y togas dependiendo de la tradición del lugar.
  A Ishat le acompañan varios atributos: en su mano derecha porta la balanza con la que pesa las almas de los muertos y las acciones de los vivos, en su diestra la llama que ilumina la verdad y de su cintura cuelgan las llaves que abren las mentiras.

LAIN

Lain es un dios que ha sufrido varias alteraciones durante su existencia. Inicialmente concebido como el dios del comercio y las transacciones la visión de este dios se ha ido ensanchando y del comercio únicamente pasó a ser patrón del progreso mediante el intercambio justo de tecnología y conocimiento lo que a la postre a acabado convirtiéndolo en el traedor de la paz. Aun así en su faceta inicial no solo cubría bajo su manto a los comerciantes justos, su sombra ocultaba los robos, saqueos y la esclavitud y la trata de personas. Se trata de un dios con dos caras, como una moneda. Lain suele asociarse, a veces, también con las ciudades, por ser el faro del progreso, y con la retórica y la persuasión y la mentira por su relación con el comercio y vender una verdad.
  El aspecto de Lain suele ser el de un joven con el torso desnudo y cubierto de tatuajes cuyo significado solo conocen los sacerdotes iniciados en su culto. De su mito se extrae que es un dios curioso y extrovertido; con su lengua y soltura ha conquistado más de una ocasión y se ha ganado más de un enemigo.
  De su cintura cuelga una gran cadena con eslabones de diferentes materiales que simbolizan al mismo tiempo el progreso y la unión. Se lo asocia también al roble, árbol relacionado con la paz, al que se imagina bien portando una rama o una corona de ramitas entrelazadas.

SUZ

Suz es la mediana de los 4 hermanos, los dioses de los elementos, y es la encargada de velar por el fuego. Se sabe que en Segeh el culto al fuego data de antiguo y su personificación como diosa femenina se comparte también en muchos otros cultos menores y anteriores. Suz está también relacionada con el sol y el calor interior o el alma humana. Al igual que muchas deidades su don tiene dos caras, el fuego y el sol permiten la vida y ayudan al ser humano, pero también puede convertirse en un incendio abrasador que deja desiertos a su paso.
  Como diosa ancestral que es, su aspecto ha variado mucho con las eras pero la tendencia actual es presentarla como una mujer de cabellos largos y cobrizos ataviada con telas rojizas y tocados dorados, metal con el que se relaciona.
  Suz fue quien enseñó a los hombres a fundir metal y a forjar herramientas, armas y armaduras. Es, además, la guardiana de la llama eterna capaz de otorgar la inmortalidad a cualquier ser humano, vivo o muerto.

UNNEI

Unnei es la convergencia de muchos dioses anteriores que por su preeminencia y similitud ha acabado absorbiendo al resto convirtiéndose en el dios del amor en todo su esplendor. En origen Unnei era la encarnación del amor sexual en todos sus aspectos y alcances, que junto a otras deidades cubrían todo el rango de emociones relacionadas con el querer a alguien. Con el tiempo Unnei sincretizó todos estos aspectos y hoy se lo adora como deidad protectora del amor amical, filial, sexual y propio entre otras acepciones menores.
  De aspecto cambiante, las representaciones de este dios varían muchísimo, sobre todo cuando se centra únicamente en uno de sus atributos; a veces niño, otras adulto y otras joven su edad no es algo definitorio. Eso sí, siempre se lo representa desnudo o ligeramente cubierto. Como dato curioso, en su faceta sexual se lo suele mostrar con un miembro viril sobredimensionado.
  Los ritos nupciales suelen realizarse bajo auspicio de Unnei cuando no son únicamente políticos y él es quien enlaza las almas de los enamorados por la eternidad.

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