Ascensión al trono negro
"El Trono Negro no se reclama, se conquista; su asiento no es un premio, sino un peso eterno, donde el caos se convierte en corona y el abismo responde al llamado de quien se atreve a dominarlo."
Historia
Historia de la Ascensión al Trono Negro
El Trono Negro surgió como respuesta a un período de caos e incertidumbre en el Infierno, donde las luchas de poder amenazaban con fragmentar el reino. La idea de una figura suprema conectada directamente al Qlifoth fue introducida por Skarith, un demonio visionario que marcó una nueva era tras la caída de Asmodea y la errática estructura de poder previa.
Los Orígenes del Trono Negro
El Trono Negro fue construido con un propósito simbólico y práctico: vincular a su ocupante con las raíces del Qlifoth, permitiéndole acceder a un flujo constante de energía infernal. Este vínculo otorgaba al gobernante no solo un poder inmenso, sino también la responsabilidad de mantener el equilibrio en el Infierno. Skarith estableció reglas estrictas sobre quién podía ocupar el trono, limitando la sucesión a aquellos que demostraran fuerza, sabiduría y un entendimiento profundo de las necesidades del Infierno.
Ejecución
1. La Presentación ante el Concilio
El aspirante debe comparecer ante el Concilio de las Llamas Eternas, compuesto por los líderes de las principales facciones del Infierno. Acompañado por un demonio de alto rango que lo respalde, el aspirante:
- Declara sus Intenciones: Debe justificar por qué merece el Trono Negro, exponiendo sus logros, fuerza y visión para el Infierno. Esta declaración es tanto una muestra de ambición como de sabiduría, pues los líderes evaluarán cada palabra en busca de señales de debilidad o arrogancia desmedida.
- El Respaldo del Compañero: El demonio que lo acompaña debe testificar en su favor, ofreciendo su apoyo como garantía de la valía del aspirante. Este acto es un riesgo significativo, ya que un respaldo desacertado puede dañar la reputación del acompañante.
Si el Concilio lo considera apto, el aspirante recibe el permiso para comenzar su viaje hacia el Trono. En este punto, el acompañante se despide, pues el resto del ritual debe realizarse en solitario.
2. La Entrada al Qlifoth
El aspirante se adentra en las profundidades del Qlifoth, un viaje que representa su capacidad de enfrentar lo desconocido. La entrada al árbol está marcada por un portal viviente formado por ramas entrelazadas que parecen respirar con energía infernal. Al cruzarlo, comienza una travesía que pondrá a prueba su resistencia, voluntad y conexión con el Infierno.
3. El Viaje por las Raíces
Dentro del Qlifoth, el aspirante se enfrenta a un laberinto de ramas y raíces que cambian constantemente, dificultando el avance. Este entorno vivo desafía al demonio de múltiples maneras:
- Pruebas Físicas: Criaturas distorsionadas, creadas por la energía del árbol, atacan al aspirante, exigiendo habilidades de combate excepcionales.
- Pruebas Conceptuales: El árbol genera ilusiones basadas en los temores y deseos del aspirante, obligándolo a confrontar sus debilidades internas y superar dudas existenciales.
- Pruebas de Resiliencia: La energía del Qlifoth se intensifica a medida que el aspirante se acerca al Trono, exigiendo una fortaleza excepcional para resistir la presión constante.
4. El Encuentro con el Trono
Tras superar las pruebas, el aspirante llega al Corazón del Qlifoth, un espacio vasto y oscuro donde el Trono Negro se encuentra flotando entre raíces colosales y energía pulsante. En este punto, el aspirante debe:
- Afirmar su Derecho: Tocar el Trono Negro y establecer un vínculo con él. Este acto es extremadamente peligroso, pues el trono rechaza a quienes no considera dignos, destruyéndolos en el proceso.
- Integración con el Qlifoth: Si el aspirante es aceptado, el Trono lo conecta directamente al flujo de energía del árbol, transformándolo en un Príncipe Infernal y otorgándole el poder y las responsabilidades que conlleva.
5. El Regreso
Tras su ascensión, el nuevo príncipe emerge del Qlifoth con una energía renovada y un aura que lo distingue como soberano. Este regreso marca el inicio de su reinado, y su primera tarea es consolidar su posición frente al Concilio y las facciones del Infierno.
Participantes
1. El Aspirante
Rol: El centro del ritual, el aspirante es un demonio que busca ascender al Trono Negro y convertirse en Príncipe Infernal.
- Responsabilidades: Declarar sus intenciones, demostrar su valía ante el Concilio, y superar las pruebas del Qlifoth.
- Cualidades Requeridas: Ambición, fuerza, sabiduría y una conexión innata con la energía infernal.
- Destino: El éxito lo transforma en un Príncipe Infernal; el fracaso puede significar la muerte o el deshonor eterno.
2. El Respaldo
Rol: Un demonio de alto rango que acompaña y apoya al aspirante durante la presentación ante el Concilio.
- Responsabilidades: Testificar a favor del aspirante, validando su capacidad y logros. Este respaldo es crucial, ya que un acompañante reconocido puede influir en la decisión del Concilio.
- Riesgo: Si el aspirante falla o es rechazado, la reputación del respaldo puede verse comprometida.
- Límite de Participación: El respaldo no acompaña al aspirante dentro del Qlifoth, dejando al candidato enfrentar su destino en solitario.
3. El Concilio de las Llamas Eternas
Rol: Los jueces del ritual, compuestos por líderes de las principales facciones del Infierno.
- Responsabilidades: Evaluar las intenciones y logros del aspirante, determinando si es digno de emprender el viaje hacia el Trono Negro.
- Poder: Pueden aceptar o rechazar al candidato, basándose en sus méritos y en la credibilidad de su respaldo.
- Significado: Su aprobación es un reconocimiento oficial del potencial del aspirante para gobernar el Infierno.
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