Celestial / Cosmic
Tras su aparición cataclísmica, el Canis Nigra consigue alcanzar a la diosa corrupta, Auril. Tras disipar los Nodos del Vacío, la forma titánica de la diosa mengua hasta alcanzar un tamaño humanoide. Al preguntarles cuales son sus objetivos, Ari le explica su situación con Glyth y ke propone una alianza a la diosa para vengarse de sus corruptores. La diosa acepta, y tras un momento de duda permite que la clérigo/diosa finalice el ritual de purificación que acaba por eliminar cualquier tipo de magia o energía de Más Allá del Velo. Les otorga su protección y les da un plazo de una semana para finalizar sus asuntos y reunir fuerzas, tras el cuál teleportará a todos los dispuestos.
Tras utilizar una maniobra evasiva como método de aproximación a Auril, el Canis traza un plan de actuación para derrotar a la diosa corrupta. Pero se encuentran con unos nodos extraños repartidos a lo largo de su cuerpo. El plan cambia a despejar los Nodos del Vacío y liberar a Auril de sus ataduras corruptoras Uno a uno los nodos van cayendo hasta terminar en el Nodo del Corazón. Cada nodo despejado fue debilitando el ritual de corrupción y menguando el tamaño titánico de la diosa. Al mismo tiempo, a su alrededor, hordas de aberraciones y esquifes ilícidos de Más Allá del Velo luchaban con un ferocidad horripilante contra las fuerzas del Canis y el mayor ejército de Arpistas visto hasta la fecha en todo Faerun. Al acabar con el Nodo del corazón, la diosa megua por completo, recuperando su tamaño humanoide y provocando un repentio y violento cambio de presión. Mientras tanto los aventureros tratan, sin mucho éxito, de evitar el inmenso tirón a bordo del Colmillo Carmesí. Después de recomponerse, el grupo se dirige hacia la diosa, quien espera paciente y amenazante, todavía en alerta y cubierta por energía paracausal. Al alcanzar a la diosa en "hielo firme", Ari trata de purificarla con ayuda del Huso de Ythryn. En el proceso, se consumen los fragmentos del cráneo del demiliche que tenía alojados en su cuerpo, siendo canalizados por el uso hasta convertirse en Numen, energía mágica pura y restaurando a Auril. Tras eliminar los últimos resquicios de energía paracausal con Numen, la diosa les pregunta qué desean, cuál es su objetivo. Dundiel le responde firme y llanamente, salvar el Espacio Real de la inminente Incursión de Más allá del Velo. Entonces, Ari interviene, proponiendo a la Dama Invernal que les ayude, pudiendo obtener así su venganza para con sus captores. Auril duda un instante y decide prestar su fuerza a estos mortales, en la lucha contra aquellos que intentaron controlar al Invierno, otorgando así al Corps del Canis (todos ellos incluso los no presentes) la bendición invernal "Fauces Gélidas" y concediéndoles el plazo de una semana para reunir a cuantos aliados tengan. Tras este período, la diosa teleportará a todo el que se preste al frente, de una sola vez. Antes de marcharse a reponer fuerzas y prepararse para la batalla, aconseja a Ari, como diosa incipiente que es, que cuide a su rebaño y lo cultive para hacerlo crecer. Por otro lado, a Dundiel, quien había perdido recientemente a su patrona, le recomienda encarecidamente que se apoye en su recientemente encontrada deidad.