El ermitaño
Un ermitaño de las congeladas tierras, aventurado en sus habituales marchas por territorios nunca explorados, halla la entrada a una cueva que nunca antes había visto, una caverna oscura, fría y profunda.
El ermitaño, un enano de expresiones duras, adentrándose con su antorcha en una mano y su enorme hacha en la otra, comienza a sentir que aquellas profundidades tenían un aire desconocido, un aire de lugar que necesita ser explorado. Aquel lugar invitaba a seguir adelante, como si alguna fuerza desconocida no le dejara dar marcha atrás. Luego de un largo camino entre rocas huecas y estalactitas de hielo que sobrepasaban sus medidas y un camino que le tomo un tiempo difícil de medir, se encontró con una superficie vertical pulida, suave y fría al tacto que reflejaba destellos de su antorcha en direcciones diferentes, mas no podía ver su reflejo por la geometría completamente irregular.
Luego de unos escasos minutos pudo determinar que se encontraba frente a un muro de hielo dentro de la caverna, pero este hielo parecía no derretirse al acercar su antorcha. Intrigado por conocer la naturaleza de aquel fenómeno, continuó su marcha en busca de algo que le permita calmar la incertidumbre que aquel muro le provoco al no ceder frente a un foco ígneo. Mas adelante, como si formara una entrada a algún lugar desconocido, una arcada tenía lugar en aquel muro de hielo extraordinario, de unos ocho pies de altura y de tres pies y medio de ancho.
<WIP por el jugador a cargo>
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