Un nuevo amigo

Dante volvió al templo de la llama púrpura, buscando la información que se le había prometido hacía dos ciclos. Pudo saber sobre So, pero no era exactamente lo que esperaba, el último registro que tenía el templo sobre su esposa era del Noxante pasado, no era muy detallado, sólo hablaba de los pormenores de una misión. No era mucho, pero al menos sabía que seguía con vida. Respecto al antiguo líder del templo logró conseguir el nuevo lugar al que había sido asignado. Necesitaba más información, por lo que logró pactar con el guardián de la puerta cien piezas de oro por información más privilegiada sobre So. Una vez más esta información tomaría algún tiempo.

Continúo su camino yendo al templo de la llama Naranja. Su viejo amigo logró encontrar información sobre un miembro del clero del templo azul, no era gran cosa, pero era algo con lo que continuar con su búsqueda de la sabiduría de los tres caminos. Sobre su intento de contactar con Kuthruel al parecer no tuvo éxito, pidió a su antiguo compañero insistir una vez más y se regresó al Pelambre.

Flek volvió una vez más al templo de Ázafhel, esta vez un poco más convencido de iniciar su camino en el clero de la Guardiana. Habló otra vez con “Bigotes” le preguntó qué camino debía seguir. Su nuevo amigo le ayudó a encontrar la respuesta, decidió ir por el camino de la redención, Este sería su comienzo en el camino que lo llevará a convertirse en un paladín de la Guardiana.

Zet’ aún confundido con los origenes de su magia decidió esta vez buscar la sabiduría de Lerman. Fué a un templo del Experimentador, allí conoció a un humano que parecía estar muy interesado en las historias que el súbrido tenía para contar. Zet’ compartió todos los detalles de su dura travesía por las salvajes tierras de Senifini, su duro encuentro con los esbirros del señor de la sangre y la caída de Avzacilo. Toda esta información que compartió fue suficiente para que el hombre le prometiera investigar más sobre los orígenes de sus poderes y la influencia del Señor de la Sangre en Senifini.

Una vez todos en la taberna, Muktan reunió a todo el grupo y les presentó a un nuevo compañero un gran y fuerte semiorco llamado Korg que además traía consigo una misión que traería consigo una buena recompensa, además de la promesa de un permiso para estar en la ciudad, ya que los aventureros habían entrado sin consentimiento de la ciudad. La promesa de dinero rápidamente mobilizó a los empobrecidos aventureros. Antes de salir, Dante pidió a Flek que se comunicara con su fiel amigo Cenizo, pues llevaba varios ciclos sin aparecer. Flek recibió la información de que Cenizo se encontraba cautivo en alguna caballeriza propiedad de la ciudad, parecia estar bien pero no se le permitía salir de allí. Dante prometió una vez cumplida la misión que regresaría para liberar a su querido amigo.

Mukthan guió al grupo al lugar de la misión, una derruida mansión en las cercanías donde antaño se encontraba la gran Biblioteca de Abjanel. Su objetivo era recuperar una “mascota” de un pudiente señor de la ciudad. Los aventureros se adentraron con cautela a la vivienda. Tras confirmar que no había nadie allí, comenzaron a rebuscar cada rincon de la gran mansión, buscando alguna pista que les pudiera ayudar a encontrar a la supuesta mascota. En el primer piso lograron encontrar una puerta que los llevaba al sótano, sin embargo esta se encontraba cerrada. Con ayuda de un poco de fuerza bruta, la magia de Flek, y la astucia de Zet, lograron pasar al otro lado Dante, Flek y Zet, que se dispusieron a continuar investigando el paradero de su objetivo. Al final de las escaleras lograron encontrar un extraño objeto magico y signos de que hacía apenas unos segundos alguna criatura había estado allí. Flek, decidió investigar más afondo el objeto, usando uno de sus hechizos identificó las propiedades y la utilidad de este, sin embargo segundos después cayó al suelo inmóvil. Dante trató de despertarlo, pero nada parecía hacer reaccionar al tabaxi. Derrepente el suelo a sus pies comenzó a ceder lentamente, los cimientos de la casa comenzaron a crujir. Corrieron hasta la puerta cerrada del sótano Zet’ le pidió a Dante que se metiera en su bolsa de contención junto con el inmóvil Flek, acto seguido cruzó la puerta en su forma de serpiente y todo el grupo comenzó a huir del lugar mientras este se derrumbaba a sus espaldas. Tras el colapso de la estructura no hubo más que silencio y una gran columna de polvo que no dejaba ver nada.