Capítulo 1 Prose in Terra | World Anvil
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Capítulo 1

Capítulo 1. La bruja y el fan.

El trabajo de una bruja de Cuentonegro es muy diferente a lo que el vulgo piensa. No son señoras ancianas de aspecto decaído, con verrugas en los lugares menos adecuados y con calvas en la cabeza, ni tampoco tienen el pelo grisáceo, sucio y graso ni van ataviadas con ropas rasgadas o sombreros con punta. Desde luego, una bruja de Cuentonegro no podría ser así, pues su trabajo exige ser pulcras.   Naia es bruja desde que tenía 7 años y sabe bien lo que eso implica. Cada una de las narradoras del cuento debe cuidar su imagen con gran detalle. La higiene es por tanto un requisito para cualquier bruja, y aunque se sabe que la estética no afecta a las labores que realizan, ninguna bruja pensaría jamás en presentarse ante el aquelarre de forma desganada, sin porte ni cuidado en su forma de vestir.   El caso de Naia es especial, pues al ser adolescente aún no tiene una voz o escritura relevantes entre sus hermanas. Así que Naia tan sólo puede vestir una túnica sencilla y un brazal de oro trabajado, el mismo que todas llevan y les recuerda a quién deben obedecer.   A veces esto es dificultoso. Intentar combinar el mostrar una estética llamativa al tiempo que la elección de ropa es tan limitada es un desafío, y para Naia hoy es aún mayor, pues piensa constantemente en las posibles futuras críticas de sus hermanas, hablando consigo misma. ¿Se fijarán sus hermanas en el cambio de su túnica? ¿Aceptarán que haya cambiado su túnica, o criticarán su atrevimiento?   La túnica que lleva hoy tiene una serigrafía remolinos azules que añadió en secreto la última vez que salió del palacio, y no la ha mostrado hasta entonces. Naia tapa su ropa interior con la túnica, y toma el brazal de oro para colocárselo. Se mira al espejo. Finalmente se decide a tomar el cepillo y preparar su pelo: va a utilizar esa túnica digan lo que digan.   ***       Katia elevó su espada, dudosa. ¿Debía matar a Yugerpeko? Después de todo lo que había causado, incluso tras ver a niños llorando para alimentar su máquina de pesadillas, Katia dudaba. Katia dudó en rematar a un ser tan vil. Yugerpeko se carcajeó ante la actitud de Katia.  
  • Ya veo. No erez capaz. ¿Cómo iba la gran Katia, la heroína del mundo, a manchar zu ezpada con la zangre de alguien indefenzo? No tienez lo que hay que tener. Aunque zeaz la portadora de la Ezpada Calibria, aunque hayaz vencido a milez de loz nueztroz... nunca fuizte de capaz de quitarle la vida uno. ¿No es cierto, Salvadora?
  • La mirada de Yugerpeko se enfrentó a la de Katia. Sus palabras resonaron en su cabeza, y el hecho de que dejase de cecear destacó aún más su discurso. Katia aún acumulaba energías en Calibria, pero su cabello rojo ya estaba perdiendo brillo. ¿Eso era todo lo que podía hacer?  
  • Tienes razón - admitió Katia, dejando caer su espada junto a Yugerpeko -. No soy capaz.
  • Pero yo si.
  • Claudio se adelantó de inmediato y tomó la espada Calibria. Yugerpeko quedó atónito, balbuceando, claramente pensando cómo es posible que otra persona pueda blandir a Calibria. Pero su pensamiento duró poco. En un movimiento torpe pero violento, Claudio acercó la espada a su riñón, y la ensartó en la cabeza de Yugerpeko como si fuera una lanza.   En un segundo movimiento, elevó la espada, cortando el cráneo de Yugerpeko. En el proceso Calibria se resbaló de sus manos, volando en un arco y dejando caer sangre desde el aire, para caer y clavarse en el suelo tras Claudio. Yugerpeko estaba muerto.   Las manos de Claudio ardían de dolor, de hecho estaban quemadas. Gritó en un alarido, un grito de rebelión, un grito de realización, de odio y al mismo tiempo satisfacción. A la vez lloró. Había matado al monstruo. Una tristeza mayor le llenó y junto al cadáver siguió llorando. Katia sólo podía mirar. No tenía derecho a participar en su grito. Y mucho menos en su pena.   Fundido en negro. Créditos con música agridulce y caen los nombres de los trabajadores en un fondo negro. Eder sostiene un paquete de patatas y mira emocionado. ¡Impresionante! ¡Han respetado la escena por completo! Y además no han escatimado en animación, piensa. Acto seguido Eder abrió su portátil, dispuesto a ser de los primeros en dar su opinión sobre el episodio 106 de Katia la Salvadora.   Una vez más se le han adelantado, y mientras escribe su opinión general de episodio se le adelantan más en el hilo de conversación del foro. No importa, en cuanto escribe su comentario y lo publica ya hay varios +1 y algunos comentarios citándole positivamente.   No es de extrañar el flujo tan rápido de comentarios: estamos hablando de Katia la Salvadora, la serie con mayor empuje de los últimos 4 años. Lo que comenzó con unos capítulos de una novela online como cualquier otra creció hasta volverse una serie de 7 novelas editadas y vendidas de forma internacional, tanto que incluso en el archipiélago de Japón apostaron por crear una serie de animación que ya superó los 100 episodios emitidos. Por supuesto, existe merchandising de todo tipo, desde pósteres a figuras, lo que vuelve a Katia la Salvadora un éxito comercial aún mayor, un inesperado caballo de troya en tierras asiáticas y un fenómeno global.   Eder es un forofo de Katia la Salvadora, la serie de moda desde hace 4 años. La sigue desde el lanzamiento del segundo libro y desde entonces es moderador de Katiadicted, el foro de opinión sobre la serie más famoso en habla inglesa e hispana, usando el nick de Olddraken.   Y aquí llegan los trols, pensó Eder cuando los primeros comentarios negativos y críticas malas saltaban. Algunos eran solo trols oportunos, mientras que la otra mayoría se quejaba simplemente porque era el último episodio de la temporada y la serie iba a hacer un parón, a lo que cualquiera podría contestar que si quieren más, bueno, tienen más libros más para leer pues las 5 temporadas del anime han abarcado hasta el volumen 3 de las novelas (y se queda a poco más de la mitad).   Pero un pequeño grupo hilaba su queja con otro tema: las sospechas de que no iban a lanzarse más libros de Katia la Salvadora, y de que aún no habían logrado permiso del autor para continuar el anime. Que el cierre de temporada suponía el fin de la serie, buenas noches mi dulce príncipe comentaban repetidas veces los más pesados.   La paciencia del mod Olddraken estaba llegando a sus límites. Como moderador podía tolerar que el tema se desviase un poco, pero cada vez más y más el hilo de conversación se centraba sólo en las sospechas del fin de la serie más que en el episodio.   Esto llevaba ya pasando un mes. Tema que surgía en el foro, tema que al poco tiempo se llenaba de comentarios tipo "bueno, qué más da, el autor no quiere escribir más por visto", "creo que el autor ha muerto sin dejar pistas sobre la trama", "otra vez esto, no se ni por qué sigo en el forito". Una vez más Eder tuvo que bloquear el tema para evitar más pesados.   Lo que más le pesaba es que tenían razón, o al menos Eder estaba de acuerdo con ellos. Desde hace un par de años el autor no publicaba nada en sus redes sociales, ni contestaba a correos o entrevistas. La última nota que dejó fue en su Twiker con un mensaje diciendo: "The great battle will have an unexpected outcome. It should. #retry". La editorial tampoco hacía comentarios al respecto, evadiendo la pregunta o diciendo "el autor necesita espacio".   Ciertamente, el autor era conocido por ser muy reservado sobre sus datos y vida personal, usando el seudónimo Malhela Rakonto, así que la única forma de informarse sobre actualizaciones y novedades era a través de sus redes y los comunicados oficiales de la editorial. De hecho un tema recurrente era intentar descubrir más información sobre el autor, y aunque tenían algunos datos concretos (como que el seudónimo estaba escrito en esperanto y que los primeros capítulos webs fueron escritos en español), ni siquiera estaban seguros de su sexo.   Eder se cerró el portátil y se levantó del sofá, con el paquete de patatas en la mano. Dio un par de pasos y admiró su colección de Katia la Salvadora: todos los volúmenes de la serie, las ediciones en cómic, los Blu-Ray lanzados, figuras que representaban a Katia en diferentes modos de batalla, de cuando Claudio atacó a Katia la primera vez, del primer encuentro entre Katia y Último, de las bestias Sicansias, de Aylen demostrando su fuerza leónida... Eder sonrió, pero al poco su sonrisa se quebró.  
  • De verdad... ¿de verdad se ha acabado? - pensó Eder en voz alta. Acto seguido, lanzó el paquete a la basura. No encestó.
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