Duque Vladimir Eustass

Duque Vladimir Darion Eustass (a.k.a. El Duque de Altamar)

El famoso duque Vladimir Eustass es un hombre particular. Muchos dicen excéntrico, exótico, extraño... cuando en verdad, no es más que un extranjero. Nadie sabe de dónde ni cómo vino, ya que dice ser nativo de las tierras más allá del mar Numrial. Tiene piel bizarramente azul, con tatuajes de negro decorando su pecho, cuello y cara, y usa un gran parche dorado tapando su ojo izquierdo.
Se cuenta que llegó a los puertos de Bahía Blanca hace más de cien años, capitán de un gigantesco galeón completamente vacío. Un barco fantasma, sin tripulación. Arrivó empapado hasta la médula, con ropajes extravagantes, adornado de joyas y riquezas. Cargaba un gran ataúd de madera verdosa en su espalda, e impidió que cualquier otra persona lo tocara. Le tomaron por un loco, al principio, hasta que descargó de su barco tres cofres repletos de oro como tributo al regente de la ciudad. Quería quedarse unos días, y conocer la "famosa" Costa Mercante.
En esa época, Bahía Blanca todavía no se había fusionado con Puerto Mali todavía, y estaba bajo el control absoluto de Tal'Dorei. Había un regente, gobernante puesto en su posición por el consejo elfo, y este con gusto recibió a un patrón tan rico como lo era el Extranjero. Se dice que cayó tan bien durante esos pocos días que le invitaron a los círculos más privilegiados de Tal'Dorei a contar su historia, mismo si no era un elfo. Eustass se negó, sin embargo, y se asentó como un noble en la misma ciudad, aconsejando al regente, del cual era muy amigo.
Durante mucho tiempo, se consideró al extraño Vladimir como un príncipe de más allá de Tal'Dorei, y muchos le visitaron, pagando muy caro por información sobre los peligros del Mar Numrial. Es el único testigo de los horrores de más allá del mar vacuo, y el único hombre que dice haberle dado la vuelta al mundo. Sus proezas marineras fueron rápidamente corroboradas, ya que solía dejar su noble morada para viajar no solo por todo el mar numrial, sino por todos los océanos del mundo.
Ganó notoriedad como un legendario navegante, e importantes figuras reconocieron su poder e influencia. Cada vez que partía, volvía con más riquezas de las que ya tenía, inundando sus arcas de joyas y tesoros inimaginables. Por qué decidió quedarse en Bahía Blanca? Pocos saben. Con tanto poder económico podría haber fundado un asentamiento, mismo haberse vuelto un político importante. En cambio, compró el título de Duque al Emperador, y se volvió, por su riqueza, aún más importante que el regente de Bahía Blanca. Tanto capital significó que podía prestar mucho dinero a jugadores importantes, lo que lo consolidó como no solo el prestamista más famoso del Imperio, sino el hombre más rico del Oeste.
Es el sueño de todo ladrón el de robarle al Duque Eustass. Se cuentan historias sobre sus bóvedas, leyendas sobre sus riquezas, pero aún así, mismo si muchos lo intentaron, solo un legendario criminal logró salir vivo de una operación en la famosa Casa de Zafiro. Pasaron los años, y eventualmente, Bahía Blanca se expandió tanto que comenzó a tocar Puerto Mali. Fue por estos tiempos que el regente, un elfo puesto en cargo por las autoridades de Tal'Dorei, murió en un atentado por parte de un grupo terrorista de la isla élfica.
En vez de elegir un nuevo regente, el Consejo Imperial decidió, para saldar con algunas de las deudas que le debían, de nombrar al Duque como gobernador. Además, ya se había vuelto el hombre más poderoso de Emon, por lo que tenerlo como aliado valía mucho. De esto ya pasaron más de treinta años, y el Duque continua haciendo sus viajes y expediciones, de tanto en tanto. El hecho de haber sido nombrado supervisor no cambió su estilo de vida. Por todo el mundo se habla de Eustass, y no siempre de buena forma. Algunos dicen que, cuando está lejos de su ciudad, es el capitán de la tripulación pirata más peligrosa de los cuatro océanos. Nadie le repite esto a su cara, claro, ya que al último noble que lo mencionó en la Casa de Zafiro se le cayeron los dedos de las manos.
Se dice que Vladimir es un gran brujo del agua, ya que controla las mareas con un movimiento de su muñeca. Nunca se le vio en una batalla, pero cuando piratas intentaron atacar Bahía Blanca y Puerto Mali, los océanos mismos se revelaron en su contra, encallando y hundiendo sus barcos. Fue el Duque quien creó la Cresta para unir las dos ciudades, y entabla muy buena relación con el Consejo de Tal'Dorei. Hoy por hoy, sigue siendo el hombre más rico del Oeste, sin duda, y muchos matarían por presentarse aunque sea una vez en su corte.
Los rumores más extraños sobre él, sin embargo, hablan de su misteriosa esposa. Nadie nunca la vio, aunque Eustass asegura que existe. Se dice que está siempre enferma, muy débil para levantarse de su cama en la Casa de Zafiro. Algunos teorizan que no existe, y solo la usa como excusa para no casarse. Otros, más macabros, dicen que está muerta, y que la cargó en aquel ataúd con el que llegó a la ciudad, hace más de un siglo. Dicen que todas sus expediciones, sus viajes a los confines del mundo, no son para nada más ni nada menos que encontrar la forma de traer a su amada de vuelta.
Hace poco se anunció que el Duque, después de 130 años de estar en Bahía Blanca, tiene un hijo. Se celebra en su honor una gran fiesta, que solo hace surgir más dudas. Esta misteriosa esposa existe, al fin y al cabo?

El Duque de Altamar, peligroso, intrigante, extraño. Es el hombre más rico del Oeste, y gobierna sobre Bahía Blanca y Puerto Mali desde la Casa de Zafiro.

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"Si, claro, ni que fueras el Duque de Alta Mar." es una expresión para designar que alguien cree tener la riqueza o la proeza navegante de Vladimir Eustass, cuando en verdad no.

Alignment

CN

Honorary & Occupational Titles

Duque de Bahía Blanca, Gobernador de Puerto Mali, Rey Pirata

Current Residence

La Cresta, entre Bahía Blanca y Puerto Mali

Gender

Hombre

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"Allí, allí, donde ningún carro puede llevarte. Allí, allí, donde el río se encuentra con el cielo, con la luna. Hay agua que puede calmar tus sedientos huesos. Siéntate al lado del río... y toma, toma, toma, hasta ahogarte. Algo... algo en el agua... te traerá de vuelta. Allí, allí, donde ningún carro puede salvarte. Allí, allí, donde el mar se encuentra con el borde del mundo. Hay agua que puede zanjar tu sedienta alma. Siéntate en el lago estrellado... y traga, traga, traga, hasta desgarrarte. Algo... algo en el agua... te traerá de vuelta."