Sesión 6. La Orden de la Vigilia

Durante dos semanas, entrenamos duro y sin cesar hasta que al fin, hoy, nos reunimos con el duque para partir. Nuestras habilidades se habían reforzado al igual que nuestros vínculos en los entrenamientos.

Durante aquella quasi quincena, tuve tiempo para descansar y poner en prácticas algunos de los encantamientos más avanzados, para el fluido de hechizos, que encontré ocultos en el archivo de los Pride. Como me figuraba, ahora soy capaz de dimensionar mis conjuros para que alcancen una gran potencia y afecten a más personas manteniendo sólo la concentración en un punto arcano. En aquel libro, también pude obtener pistas sobre cómo “acelerar” los conjuros basados en la agilidad del conjurador. Parece una tarea difícil pero no pararé hasta dominar la técnica.

Volviendo a nuestro encuentro con el duque, Varian nos recibió en el gran salón y nos obsequió con algunos regalos antes de partir hacia Riversdale. A Yorbehk, le fue entregado el Cuerno de los Pride o Cuerno del Orgullo. He podido comprobar, de primera mano, la utilidad de este valioso objeto que, al soplarlo, es capaz de alentar los corazones a la batalla.

A mí, me fue entregado de primera mano el Martillo Maravilloso del Herrero. Este inmaculado objeto está recubierto de mithril puro, además, está pulido hasta el punto de que es capaz de reflejar la luz. Varian me comentó que, dicho martillo, le fue entregado a su padre por uno de mis antiguos hermanos de la Orden al salvarle de algún tipo de peligro años atrás.

He de reconocer que los karalienses tienen sentido del honor.

Tomando los regalos y cuatro caballos de monta que nos ofreció el Duque, partimos hacia Riversdale. El camino fue bastante ligero, el camino estaba en un considerable estado y los caballos mantuvieron un buen ritmo durante toda la travesía.

No obstante, al pasar la mitad del camino, reconocimos al caballero que el duque Varian andaba esperando, ser Mortimer. Sin embargo, ser Mortimer se encontraba controlado por un “devorador de intelecto”, una horrenda criatura en forma de cerebro que había parasitado al desafortunado caballero. Tomando la iniciativa, nos abalanzamos contra él y, de pronto, todo se cubrió de oscuridad.

Empecé a temerme lo peor cuando perdí la visión de todos mis compañeros incluso pensé que se trataba de un… Bueno, eso es imposible… El caso es que, la fuente de la oscuridad, resultó ser la magia inestable de Yorbehk. Abatimos al caballero tras un intenso combate en la oscuridad y, tras tomar un respiro, enterramos a Mortimer.

Al atardecer, me senté en uno de los troncos alrededor de la hoguera apagada y mis compañeros me preguntaron sobre el origen de aquella aberración. Les expliqué todo lo posible sobre aquellas criaturas, y su perturbador origen, al igual que recordé mi juramento de acabar con esa amenaza para el mundo.

Sinceramente, me sorprendió que todos mis compañeros se mostrasen prestos a ayudarme a acabar con aquel ser. Dudo que todos los karalienses sean como ellos, pero en esta Compañía he podido encontrar verdaderos camaradas en los que poder confiar. Por ello, siento que he contraído una peculiar deuda moral que me invita a seguir junto a ellos. Espero que mis viajes no me fuercen a tomar una decisión comprometida al respecto. Bueno, me estoy explayando demasiado.

Conforme a la aberración, la seguimos hasta un antiguo túnel cuyo sello había sido desplazado. Qué o quién lo hizo es un misterio para mí en estos instantes, pero pienso llegar al fondo del asunto.

Nos enfrentamos a la aberración y a otras tres que dieron batalla, aunque no reconocí su patología pues nunca antes me había enfrentado a ellas. Creo que en la Atalaya de Cesia podría buscar un antiguo tomo sobre aberraciones, mi Orden siempre ha sido amiga de los conjuradores que allí han residido.

Acabamos con nuestros enemigos tras un intenso combate, el peor que hemos tenido hasta el momento, y nos adentramos en la cueva hasta encontrar la entrada al túnel y el sello retirado.

En un principio, vi que el sello podía ser reparado fácilmente con mi Martillo Maravilloso del Herrero, pero entonces comprendí que el sello volvería a contener la misma fuerza que plasmaron mis antecesores en la Orden.

Entonces lo comprendí, mis compañeros y yo estábamos allí por suerte o por destino, y todos contábamos con habilidades mágicas aunque nuestra raíz sea diferente. Yo podría canalizar el antiguo ritual de mi Orden y añadir la magia arcana, Yorbehk podía emplear la relajación que le enseñé para hacer fluir su vigorosa magia salvaje y desbocada, Balran podía emplear su magia ancestral y primordial empleando los poderes propios de la naturaleza, y Josef podía destinar sus encantamientos embelesadores para encantar el sello.

Así pues, unimos nuestras corrientes arcanas para dotar de fuerza al sello. El sello rápidamente se iluminó y mostró todo su esplendor, brillando con fuerza e iluminando toda la cueva con un resplandor azulado.

La puerta fue sellada y, el sello que bloqueaba la puerta, se mantuvo fulgurante en vez de apagarse como solían hacer todas las puertas según los escritos.

Creo que mi Orden estaría orgullosa…

Creo que hemos encontrado una forma de parar a esas criaturas…