Amy

Antigua Suma Sacerdotisa de Helena

Las voces de una niña que obraba milagros en lo más profundo de la Fuente Salada empezaron a sonar con fuerza hace unos años, pero estas se acallaron de golpe con la desaparición de la supuesta muchacha.

Apartada de su familia cuando era solo una niña, Amy creció en el seno AllHammer, preparándose ya de pequeña para suceder a la sacerdotisa de Helena. El lujo y la comodidad marcaron su vida, como también lo hicieron los brotes psicóticos. Bien y mal se debatían en el interior de Amy, quedando expuesta esta maldad cuando, con 7 años, uno de sus supuestos milagros dejó paralitica a una habitante de Helena.

Preocupados por la situación, sus mentores se apresuraron en buscar el apoyo de los eruditos del Archivo. Edmundo, uno de los más versados estudiosos de Helena, dio con la clave del problema: en el cuerpo de la niña se manifestaban dos fuerzas, una celestial y otra demoniaca. Con el fin de preservar la bondad de la joven, Edmundo propuso una solución arriesgada: persuadir al demonio por medio de un ritual para que abandonase el cuerpo de Amy y, al mismo tiempo, pasase al suyo. El ansia de saber quizá embelesaría a la criatura.

Pero cuando el demonio hubo anidado en el cuerpo de Edmundo, los Inquisidores de la Amapola Negra ejecutaron la otra parte del plan de Edmundo, dejarlo atontado para que el demonio no pudiese obrar sus malas artes.

Desde aquel momento, Amy se tornó un alma bondadosa cuyos poderes fueren siempre utilizados para el bien mayor. Su obra como sacerdotisa fue discreta y breve, pero nadie puso nunca en duda sus poderes.

En la iglesia de Helena, sin embargo, Amy se topó de golpe con su hermana Emy, quien nuestros héroes intentaban apartar de un grupo de asesinos. El encuentro fue tenso, pues Amy pronto se dio cuenta que su vida acomodada se había producido a costa de dejar sola y en la más absoluta miseria a una hermana que ni siquiera recordaba.

Antes de poder siquiera conversar con Emy, uno de los asesinos de Cassandra roció un poderoso veneno sobre Amy, quien contrajo de inmediato la misandenia. Para salvarla, el grupo accedió a la mente de Edmundo y liberó el demonio que ahí dormía, quien prometió salvar a Amy.

Mas si bien el cuerpo de Amy quedó a salvo, la culpa siguió devorando a la muchacha, y sin una fuerza que compensase al celestial que había en su interior, este se materializó en forma de un angle corrompido por la culpa y el desasosiego. Nuestros héroes lucharon contra la criatura hasta que, finalmente, Emy alcanzó a su hermana y la tranquilizó. El ángel se disipó, dejando a Amy sin poderes y a Helena sin sacerdotisa.

Tras aquello, Bolto accedería de improvisto en la catedral portando consigo a un niño maldito que Amy no pudo salvar. Con su muerte y todo lo acontecido, la joven decidió alejarse de la iglesia. Lucharía por lo que es justo y bueno, pero a su manera.

En el Archivo, Jhun se encontraría de nuevo con una Amy poseída por el demonio de Edmundo. Aunque el demonio le ofreció a la tiefling la opción de matarla a cambio de llevarla al infierno, Jhun decidió dejar con vida a la joven.